9 de diciembre de 2018
Distancia: 52km
Desnivel acumulado: 583mt
IBPindex: 51
Crónica por Jorge.
Diego “buitre”, Dieguito,
Ivan, Saul, Vitin, Miguel “cuñao”, Javi, Israel, Pepón, Miguel “Trankas”, Fran,
Jero, Fer, Santi, Pablo, Felix, Igor San juan, Jorge”Buitre”, Toño, Roberto
“Montemediano”.
No sé si es por suerte o
desagracia, destino o casualidad, pero otro año más soy yo el que redacta con
mucha alegría la crónica de la puesta del Belén, que David me adjudico el
pasado domingo.
“Er papa” me levantó a
eso de las 7 de la mañana, no encontraba, mi ropa de invierno, porque el
excelentísimo, había decidido ponerse mi chaqueta, para salir el día anterior,
ya sabéis, estos carreteros de mieeeerda y su Santa manía de ir apretaditos y
aerodinámicos, muy a su pesar, seguramente no lo volverá a hacer, porque estuve
media mañana recordándoselo, luego me dice que soy rencoroso, de tal palo tal
astilla.
A decir verdad, este año
hemos dejado de pullitas y vacileos entre nosotros, ahora tenemos a Toño que se
las lleva todas, además le gusta, le gusta mucho, casi tanto como bajarse de la
bici, tiene la técnica más pulida que Carlos Coloma… Patinetas se nace, no se
hace.
Dejándome de disputas
familiares, religiosas y de abogacía, voy a contaros algo de la ruta, eso sí
podría escribir lo que quisiera de la parejita feliz y sus andanzas.
Salimos, como todos los
domingos a eso de las 8 esperamos a los más adormecidos, al mismo tiempo que
Dieguito espera a que le llegue el Xiaomi, (3 meses ya nene 3).
Era un día tranquilo sin
prisa alguna, solo ganas de disfrutar y pasar la mañana con los amigos.
Rodando por el camino
viejo de Alberite, la cosa se empezó a animar, risas, jaleo, saludos, y pocas
ganas de apretar los dientes, se nota el champán en la espalda, mirad si este
día es importante para los andanzas, que hasta el Maese(Santi) llevaba
mochilita de glober, solo le faltaba la chaqueta btiwn.
Enlazamos con la senda
Villegas, paralela a la vía romana, conocida por todos, risas, patinetas el ritmito
disfrutón, sonido de las calas, el agua chapoteando justo a nuestro lado, y la
maravillosa sensación de adentrarte, en un sendero rodeado de árboles y hojas,
pequeños detalles que, hacen de lo simple algo perfecto, menos para el Niño
(Pablito) que a cada segundo de su vida es más matrako, se bajó como siete
veces. (Que poco flow tienes niño, para están navidades pídete un disco de Eminem
y unas rodilleras anda, Toño, tú también)
Volvemos a la pista de la
vía romana para pasar de largo Albelda y Nalda, y comenzar a subir el rampón de
Viguera, un pequeño grupo nos adelantamos para tomar riendas en el asunto,
mientras subíamos, Pablito hizo alarde de su poderío escalador, Copito, le intentó
coger la rueda, con poca suerte, ese motor de Ford fiesta, no sigue a Pablito
ni queriendo, aunque, como todos sabéis, no es la flecha, es el indio.
Coronamos la subida, con
saborcillo a sangre y una sonrisa en nuestras bocas, esperamos a reunir el
grupo y empalmamos la carretera que nos lleva hasta las canteras de Viguera,
una vez allí, afrontamos una subida muy pistera, con rampas bastante fuertes, y
algún que otro descansito, cada uno puso su ritmo y pulsaciones para intentar
subir lo más cómodamente posible.
Llegar a la portilla se
nos hizo un poco largo, las cuestas eran bastante empinadas, sin embargo, como
siempre mereció la pena, una vez arriba el paisaje estaba protagonizado por
unas bonitas vistas.
Todos reagrupados,
empezamos una bajada espectacular, a media ladera, no muy empinada un par de
escalones malos, donde Pablo y yo nos bajamos a admirar las grandiosas
habilidades del resto del grupo, que no son pocas, son muy pocas, ya que solo
algunos consiguieron pasar ese escalón, Pablo lo intentó sin mucha suerte, tiró
la bici y fue corriendo a esconderse a un arbusto, es lo que hay, cuando
Dieguito se pone a grabar con el dron, la presión se palpa en el ambiente.
El sendero, es rápido,
las cubiertas agarraban, exceptuando algunas zonas rotas, una senda
polivalente, alguna subida, peraltes, curvas cerradas, abiertas… Después de
pasar un buen rato intentan pasar el súper escalón, colocamos el belén, y
celebramos, la mañana todos juntos, botella de champán, bombones, turrón…
Nos quedábamos fríos así
que, tocaba volver a casa, con la barriga llena y algún sorbito de más,
pedaleamos hasta casa escuchando los villancicos de Copito y compañía.
6 comentarios:
Jorge muy buena crónica, como vas mejorando.
Aprendes mucho al ir con Toñito y Fer, del primero aprenderás a hacer las "patinetas" como es debido, del segundo a bajar por sitios increíbles, sigue así y podrás llegar a ser "El fenómeno" ya que PORTENTO solo hay uno.
La colocación del Belén es una jornada un poco especial ya que la ruta no suele ser muy exigente y llevamos los dulces y bebidas navideñas para celebrar la próxima llegada de "las fiestas de diciembre".
Y las imágenes del dron son espectaculares....
Las 7 patinetas de senda villegas qiefaron reducidas a 1, coincidiendo donde todo el mundo puso pie a tierra. Después de todo a estos carreteros conversos, que dicen llamarse BTTeros, les das la mano y te agarran hasta el hombro. Una pena... JAJAJA
Muy buena crónica Jorge. Ya veo que no solo das caña a tu Paaapa, sino también al resto. Sigue así, ¡se lo merecen!. Me tengo que acordar de, además de darle a Toño, darte un poco a tí también en mi próxima crónica.
Buena crónica Jorge, aunque siendo hijo de Su Eminencia siempre espero un poco más de ti. No obstante, comprendo que solo en tu habitación, por la noche y en la cama tienes otras cosas en las que pensar y en las que ocuparte y no precisamente en bordar la crónica.
Cuando seas un autor consagrado y se estudie tu obra en los libros de texto se dirá que tus fuentes de inspiración fueron tres; el Papa (por tu complejo de Edipo), Pablo (por la cochina envidia) y Toño (por la falicidad de refugiarte en el comodín del público).
Por otra parte, disfrutamos en la tradicional puesta del Belén y de los manjares y bebidas que algunos de nuestros compañeros tuvieron a bien compartir con el resto. Gracias desde aquí (yo, para mi vergüenza no lleve nada. Lo siento no volverá a ocurrir).
PD. En mi próxima crónica tampoco pondré nada de Alcalá (ni puyas ni alabanzas), le ignoraré que es lo que le jode.
Muy buena crónica Jorge, pero afila las uñas que las "lobas literarias" se han fijado en ti.
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