16 de diciembre de 2018
Distancia: 38km
Distancia: 38km
Desnivel acumulado: 872mt
IBPindex: 62
Crónica por Miguel “Trankas”
Pablo, Jorge, Diego “Buitre” y Miguel “Trankas”.
Las previsiones se hicieron realidad, todas las fuentes consultadas daban lluvias para el Domingo, así que como no podía ser de otra forma amanece lloviendo torrencialmente, dentro de las previsiones cabía una posibilidad de que parara de llover a lo largo de la mañana, pero no fue hasta un poco antes del inicio de la prueba que hubo un pequeño respiro así que después de muchos idas y venidas hacia la ventana de la cocina para ver el tiempo, me pongo el traje de romano y me aventuro a iniciar la XXXVlll travesía del pavo 2018.
Llego al lugar de salida dónde me encuentro
con bastantes participantes resguardados en los soportales del ayuntamiento,
muchos diría para el día que se presenta, mientras estamos esperando la lluvia
nos da una tregua, allí están ni más ni menos que los cachorros del grupo O.R.,
Pablito y Jorge, a las 9:30 más o menos salimos después de que
los organizadores hayan hecho la presentación de la prueba, cosa que bastó para
que la lluvia empezara a arreciar con ganas.
No
lo he comentado, y es que este año la travesía es al revés, por lo que creo se
le añade un poco más de dureza.
Debido
al estado de los caminos, sobretodo en la zona entre las bodegas de Alberite
con La Unión la ruta la empezaremos como en otros años, en Alberite
cogiendo un tramo de vía Romana para enlazar con la senda que sube por la
ermita, de ahí a La Unión para bajar hacia los caminos que van para Ribafrecha
para ya hacer la ruta a la inversa de otros años, aquí es donde se
hallará el primer barrizal, para luego coger la senda que cruza la cuesta de la
manolita para prepararnos y llegar al antiguo vertedero de Ribafrecha.
Desde
el barrizal hasta este punto tuve importantes problemas con la cadena ya que no
hacía más que chuparse y meterse en el plato con el consiguiente miedo a romper
cadena, patilla o lo que fuera, así que la limpié como pude con lo que tenía
más a mano, hojas y agua de la camelback.
Aquí
empieza la subida por la parte del monte que da al convento de San Prudencio,
la lluvia hacía rato que ya no caía y el terreno aunque húmedo se podía
transitar bien ya que si bien existía algún charco aislado la existencia de
barro es nula.
Salimos a la manolita, la cuesta de las cuestas, la dureza es mayor en toda la ruta debido al terreno así que toca apretar más que cualquier otro día, subiremos hasta divisar la antena que nos advierte que ya hemos hecho cumbre, unos metros más adelante en Clavijo, se encuentra el avituallamiento, aquí está Guillermo con sus ayudantes viéndonos pasar casi de uno en uno y sin las aglomeraciones de otros años.
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que en Clavijo la niebla era tan espesa que la visibilidad era casi nula con lo
que la sensación térmica baja aún más.
Después del reconfortante caldo y un pastelito sigo con las intenciones de hacer la ruta completa así que me dirijo hacia la senda de Igor, ésta se encuentra bastante embarrada en su inicio, este tramo la rueda no me tracciona así que voy a pie, una vez pasado este tramo comienza a llover lo que me hace sopesar seguir hacia adelante o darme la vuelta, como no sé cómo va a estar el terreno ni el tiempo que me puede llevar hacerlo decidí con ayuda convincente de los chicos de la organización que estaban ahí apostados, de volver a Clavijo, antes del descenso por la Peña de Clavijo me engrasan la cadena el personal de la organización que se encontraba en este tramo para indicar de su peligrosidad.
Bajamos por el escalón de la Peña y el retorno
se hace en un rápido descenso hasta llegar al altiplano donde se desciende a
Alberite, hacemos la senda de los almendros y al bajar hacia Alberite
encontraremos el segundo barrizal, que se encuentra justo en la zona del camino
que va desde el ya descendido altiplano hasta el cruce con el asfalto, aquí sí
que llegué a temer por mi equilibrio ya que el barro que anulaba los tacos de
las ruedas las convertía en lisas totalmente, afortunadamente no pasó de un
susto.
Una
vez ya en la plaza de Alberite veo a Pablo y a Jorge que ya hacía tiempo que
habían llegado y que se marchaban, apareció también Diego “el grande”, que vino
a ver cuántos locos habíamos asistido a la ruta.
Después de recoger el premio del sorteo, dar
con el preñado y lavar la bici, Diego y yo volvemos para casa, hay que asearse
ya que luego tenemos una gran cita, la comida con todos los amigos y allegados
de nuestro Orgullo Riojano, donde comimos, nos divertimos y nos echamos unas
buenas risas.
Nota 1: Dar las gracias por el buen trabajo y organización de la asociación deportiva Sandalio que lo hizo realmente bien en el desarrollo de la travesía del Pavo 2018, y que ya estamos esperando la del año que viene, esperemos que con mejor tiempo, así que ahí nos veremos.
Nota 2: También un sobresaliente a
todos los que desinteresadamente se movieron y trabajaron para que todo
funcionara en nuestra comida de Navidad y hacernos pasar un buen rato en una mesa donde no falto de
nada, en la comida, en los vídeos, el los homenajes, en el reparto de premios,
creo que lo pasamos en grande, enhorabuena por hacernos pasar estos grandísimos
ratos.
3 comentarios:
Miguelón has explicado perfectamente la ruta en la crónica y parece que estuvisteis un poco pasados por agua y barro.
Ahora que estás "en forma" te gusta salir todos los días, ¡¡Como andas "Trankas"!!
Con respecto a la comida solo agradecer a todos los que asitisteis a ella, sin vosotros no sería posible, el año que viene mas y mejor....
Una marcha solo aptas para los hombres de nocilla.
Buena crónica para una ruta en la que solo pudieron participar unos cuantos descerebrados como tú o aquellos que dísponían de "vehículo de sustitución" por encontrarse su burra en el taller, como tú también, o los "sagaces" que buscaban ganar o hacer podio (no lo he confirmado pero, creo, que tú también).
En mi papel de tocapelotas oficial quiero destacar una errata no era la XXXVIII edición del pavo, te ha sobrado una X (precisamente la de esos vídeos que ves tan afanosamente en el móvil).
El segúndo (imperdonable) descuido es no haber incluido entre los que realizaron la ruta a Diego El Grande (para una que hace, os lo dejáis. No hay derecho!!!).
Por último, lo de la Comida del Pavo es inigualable, tanto en organización como en en grado de disfrute y diversión. Un 10!!!
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