13 diciembre, 2017

Sojuela-Senda los pitufos (14 ciclistas +1)

8 de diciembre de 2017 
Distancia: 47km
Desnivel acumulado: 867mt
IBPindex: 65

SOJUELA Y TAL Y TAL
(El Reino del Desgobierno)


UN PORTENTOSO RELATO DE
 TOÑO PLEITOS


14 CICLISTAS y un invitado de luxe
(Víctor, Ricardo, Pepón, Diego, Alcalá, Luis, David, Santi, Igor, Ana, Chuchi Morales, Félix, Jorge Izquierdo y Toño Pleitos). Con la aparición estelar del gran (y nunca mejor dicho) Josean.


El día 16 de enero de 2011, un inexperto biker…
No, vamos a llamar a las cosas por su nombre. Empecemos de nuevo.
El día 16 de enero de 2011, un inexperto globero, fue presentado a los Ordanzas en una fría y nebulosa mañana para realizar una “exigente ruta”; la Lololo (Logroño, Lodosa, Logroño). Ese inexperto globero era yo. Conocido, después de mi bautismo, como Pleitos, Toño Pleitos.

Muchos días han pasado desde entonces pero a ese inexperto globero se le fueron grabando a fuego ciertas normas y códigos de conducta que, en su inocencia, consideró principios inmutables esculpidos con cincel en el mármol de las esencias btteras.
De esta forma se regía mi vida, guiada por esos códigos, confiando en que, aunque el mundo se viniera abajo, aquellos nunca cambiarían.
En esa primera salida aprendí una de las reglas más importantes;  en ruta había que seguir, siempre y sin excepción, el track.
El track. ¿Qué coño será el track?
Como pude después descubrir, los tracks son líneas imaginarias, trazados ideales de las rutas creados por los Dioses de los Olimpos btteros y custodiadas en el archivo de rutas de los Ordanzas.
Las rutas a realizar se decidían por la Cúpula después de consultar ese archivo y la ruta escogida transcurría siguiendo escrupulosamente la línea marcada por el track –línea almacenada en la cabeza de Pepón y, por delegación, en unos aparatitos denominados GPS que, como cálices con la sangre de cristo, portan sus sacerdotes-. ¡¡Ay, de quien osará desoír los dictados del track!!! El peso de la ira de la Cúpula caería sobre su cabeza

El jueves, 7 de diciembre de 2017, recibo un mensaje en el grupo de whatsapp con el resultado de la deliberación de la Cúpula respecto de la ruta a realizar el día siguiente; “Mañana a las 8 en Las Gaunas. Sojuela y tal y tal, si el tiempo no lo impide”.


“Sojuela y tal y tal”. Un frío escalofrío bajó por mi espinazo. ¿Qué coño de ruta es esa? No está ni recogida en los archivos. Sojuela, bien. Pero y lo de “tal y tal” ¿qué podrá significar? Tengo que coger mochila, llegaré a comer, será una ruta cortita, dónde tengo que atacar para cogerle la posición a Igor y amargarle la senda, estarán “gagás” los de la Cúpula. Todas esas cuestiones revoloteaban por mi cabeza y me producían una profunda inquietud espiritual.

Viernes, 8 de diciembre. 8 de la mañana. Mi inquietud y desasosiego se acentúan; me acaban de encasquetar la crónica, la crónica de una ruta incierta en un día mentiroso que amenazaba frío y no lo hizo y que prometía lluvía y no cayó una gota.
Nos dirigimos a Sojuela (lo único cierto del día), oía conversaciones y las anotaba mentalmente para tirar de ellas en la crónica. Pero mi ánimo seguía profundamente perturbado, como ahora, al escribir estas líneas.

¿Dónde coloco yo lo del crecimiento caótico del tendón de Anita?  ¿Tendrá algo que ver ese caos con el desvarío de la Cúpula? ¿Se habrá cabreado Ana por lo del tendón y por eso han bautizado con su nombre lo de la ciclogénesis explosiva? ¿Qué hago con el descubrimiento de que las conversaciones que mantenemos en el pelotón versan ahora más con el cuidado de los padres que con el cuidado de los hijos? ¿Nos estaremos haciendo mayores? ¿Los de la Cúpula también envejecen? ¿Por qué algunos del grupo nunca cumplen años o, por lo menos no lo celebran? ¿Tan triste es su vida?
En Sojuela paramos a comer y Pepón nos desvela parte del arcano de la ruta; subiremos a coger la senda de los pitufos, haremos después la sendita de Daroca de subida y terminaremos bajando el culebrón.

Dicho y hecho. Ascendemos a buen ritmo hasta el cortafuegos de entrada al castillo de Daroca y puedo observar al comienzo de la ascensión, en medio de la pista, los restos de un jabalí del que prácticamente solo quedaba su piel. ¿Otro malo augurio?

Reagrupamos a la entrada del cortafuegos y allí pudimos ser testigos de una maravillosa muestra de amistad y camaradería de Pepón con su amigo del alma Ricardo. ¡Como lo esperó! ¡Con qué mirada de preocupación y ternura lo vió llegar esforzadamente a la altura del grupo! ¡Como le ofreció bebida y comida para su recuperación! Verdaderamente admirable.


Reconfortado el ánimo con este conmovedor episodio bajamos la senda de los pitufos, senda preciosa -tanto para bajarla como para subirla-, con el único inconveniente de que es demasiado corta.
Es aquí donde aprovecho para amargarle la senda al cansito de Igor y, de esta forma, sentir como la ruta, que había empezado torcida se empezaba a enderezar y, poco a poco, se despejaban los malos augurios que aún sobrevolaban mi cabeza.


Estábamos todos reunidos a la salida de la senda, en la pista que sube a la fuente de la Alameda, cuando un sujeto (es lo menos malo que se le puede llamar) ladino y traidor, un personaje venido de oriente con el único propósito de joder a los de occidente dijo las temibles palabras; “Oye, que aún es pronto, vamos a alargar un poco. En vez de bajar a Daroca, subimos para bajar por el camino de la casa rural.”
Un miembro de la cúpula estaba formulando una herejía, atentando contra el mandamiento del track. ¡¡Lo nunca imaginado. Lo nunca visto!!


Pero no acaba aquí la cosa, subiendo por la pista, echo la vista atrás y veo a otro miembro de la cúpula cometiendo una nueva herejía; Diego siendo remolcado por el comedor eléctrico de galletas con mantequilla y membrillo “made by Pepón” (léase Felisín).

Como dice Murphy todo lo que es susceptible de empeorar, termina empeorando y así sucedió. Los dioses de la btt nos enviaron su maldición en forma de barro. ¡¡Como nos pusimos!! En cinco minutos acabábamos con cinco kilos de barro por culpa de los herejes, cebándose especialmente en Diego que presenció cómo su móvil vuela, aunque lo del aterrizaje es algo que debe mejorar.

Sin embargo, el despropósito no estaba todavía culminado. Salimos del pueblo, en vez de por la carretera, por un camino que sale justo enfrente de la fuente, momento en el que nos encontramos con Josean El Grande y en ese instante, Pepón, el mismísimo Pepón, el Pepón que nos abroncaba en Valvanera por entrar a ver la iglesia y nos decía que para hacer turismo, lo hiciéramos con nuestras mujeres, nos llevó de turné por un merendero al lado de una ermita del que se tenían unas buenas vistas de la localidad.


Mi cabeza no daba para más, estaba mareado y aturdido. ¡Que cantidad de despropósitos!, sentía que el mundo se iba desmoronando a mis pies, que mi sistema de creencias se venía abajo. Josean también debió percibir la energía negativa que desprendía aquel grupo y decidió abandonarnos una vez culminada la senda de Daroca.

De nuestro paso por Valbornedo, el Culebrón y la Grajera apenas tengo unas borrosas nociones, mi mente estaba a punto de estallar.

De repente, a la altura del Decathlon, oí unas palabras milagrosas; “A ver, ¿quién va a almorzar?”.
¡¡La luz se hizo!!, mi mente se despejó, lo ví con una claridad asombrosa; la esencia de la btt no está en el track, ni en el hecho de no ser remolcado o propulsado eléctricamente ni siquiera en no hacer turismo para cumplir con el horario establecido, la esencia destilada de la btt son dos huevos con jamón y pan, mucho pan.
Por eso los carreteros solo toman café.
Eso es, eso es todo amigos…





10 comentarios:

vitinbtt dijo...

Toño, como acostumbras, la crónica está de 10.
Esta vez te has "cebado" con la cúpula, eso puede ser por 2 cosas: 1-Que tengas un deseo oculto en pertenecer a ella ó 2- Que tengas algún trauma desde chiquitín (tampoco es que hayas crecido demasiado) al ver que los maestros siempre sabían mas que tú.
No entiendo como no te pudo gustar la bajada a la casa rural cuando todos acabaron encantados por la idea, si no, le preguntas a Dieguito y su móvil.
Y otra cosa que te enseñó la cúpula ese día fue a hacer selfis y eso que no estaba Israel que es el auténtico maestro.

Anónimo dijo...

Buena crónica campeón, ahora bien eso de la cúpula te ha dejado marcado, como los adoras por Dios jejejeje, pero en definitiva, muy buena crónica y sobre todo buena mañana, este domingo mas y con comida espectacular

Chuchi

Toño Pleitos dijo...

Vitín, tu venganza ha sido terrible, has puesto la fotografía mas favorecedora de mi prmer día. Que cabrón!!! Como pasan los años y cambian los cuerpos, jajaja.

Igor San Juan dijo...

Hay mi Toñito si bajarías igual de bien que haces las crónicas te pediría matrimonio reconozco ser algo canso pero es solo comparable a la manía esa tuya de amargar sendas pero aún así te adoro rey mío

Jose Miguel dijo...

El cronista está acostumbrado a darle a la letra

Anónimo dijo...

Como siempre gran crónica maestro. Una gran ruta y un gran día de Btt.
Salud,
Barrancas

Pepón dijo...

Buena crónica portento.
Buena rutita la que preparamos, lástima que un inexperto explorador como tu confunda los distintos e inusuales caminos para desplazarnos en las rutas con ir a hacer turismo. El reproche es una cualidad en la que también se te puede catalogar como portento,¿o es que era acaso esa ermita un lugar conocido para ti?. Valora lo que es simplemente un enlace para hacer más ameno un recorrido.
Otro gran domingo, y van.......

Fer Alcalá dijo...

Salida sin grandes pretensiones debido a la climatología incierta. El "tal y tal" es algo que encierra toda la experiencia y sabiduría largamente atesorada por la Cúpula en la preparación de mil y una rutas, y que simples mortales como el narrador, está claro que no son capaces de entender ni de asimilar. Esperemos, que todas las elocubraciones descritas no le hayan causado daños cerebrales irreparables, pues no veo yo preparado al grupo para soportar una nueva deriva de Toñito hacia la "sin razón" y la locura, teniendo en cuenta que actualmente ya solo cuenta con el cariño incondicional de Igor y la compasión de Vitín.

Toño, si aún sigues cuerdo, te diré, que como siempre me a gustado mucho tu crónica, pues no es fácil hacerlas cuando las rutas son cortas, sin averías, sin grandes caídas... Has arriesgado mucho, como suele ser normal en ti, y has recibido, como también era de esperar.

Un abrazo y no cambies.

Unknown dijo...

Ese día también aprendiste a cambiar cámaras y que siempre se espera al último.

israelogro dijo...

Buena crónica Toño lástima haber faltado a la rutilla, ahora nunca sabré que impertinencia me habrías dedicado.