LA RUTA CUYO NOMBRE NO CABÍA EN WIKILOC
31 de julio de 2022
Distancia: 50km
Desnivel acumulado. 998Mt
IBPindex: 80
UN PORTENTOSO RELATO DE
TOÑO PLEITOS
Tate, Fer, Javi, Dieguito, Pepón, Luis, Vitín, Toño y Jero
El viernes tras la salida oficial de los sorbepenes, un dignatario de la Cúpula se acercó al Tierra Lara para, desde su magnificencia, compartir unas cervezas con sus humildes súbditos y, de paso, hacernos llegar su sagrada voluntad; “Toño, la Cúpula ha decidido que el domingo pagues el almuerzo, pongas la ruta y escribas la crónica”
Así que, tocado por la vara de dios, me sentí pleno de su gracia y dispuesto a llevar a cabo su encargo.
Decidí no arriesgar e idear una ruta cuyos componentes (sendas) fueran familiares para todos los miembros del grupo, aunque el cóctel con sus distintas proporciones, orden e intensidad fuese absolutamente novedoso, de forma que no fuera “más de lo mismo”, sino parecido, pues como bien advirtieron los sublimes Faemino y Cansado: “Parecido no es lo mismo”.
Para elaborar mi cóctel de éxito eché mano de los ingredientes que encontré en la despensa del ilustre establecimiento “ULTRAMARINOS Y SENDAS VARIAS OLI”. Llené la cesta de la compra con un amplio surtido de su catálogo: Medio Molinero UP, Arrieros, Senda de Los Perros, Natural UP, Druida UP, Panoramix, Medio Perdón DOWN, Tejón, Galgo UP, Senda Oscura UP, Perdón DOWN, Natural DOWN y de postre: Bartolo.
Me gustó tanto su disposición que decidí no alterar su orden.
Arrancamos de buena mañana, con la fresca, un grupo variopinto de bikers; mezcla de pulmonares y eléctricos, con un punto de madurez en sus componentes, aunque con alguna nota joven y en general con buena disposición; Vitín, Pepón, Tate, Bartolo, Alcalá, Luis Joaquín, Jero, Dieguito y un servidor.
Rápidamente cumplimos el trámite de llegar a Sojuela, a pesar la actitud renuente de Pepón, que fue a paso de burra hablando con su palmero de referencia; Bartolo.
Antes de llegar a Sojuela, al paso de la senda del peeling, Dieguito (en una equivocada estrategia ´para perder peso con la vista puesta en la prueba de Nieva) se deshizo del Garmin. Luis Joaquín tuvo a bien recogerlo y devolvérselo, consolándolo al asegurarle que, si quería perder peso, que no se preocupara, que no le iba a dar emparedado Carla (como así fue, pero ni a él ni a ninguno de los demás integrantes de la ruta)
Subimos por el Molinero, senda dura y exigente, en la que Tate nos hizo una demostración de que con una flamante eléctrica, con horquilla de 180 mm de recorrido y motor de última generación también se pueden hacer croquetas (y muy buenas, por cierto).
Culminada la senda de Arrieros a Pepón le vino su castigo en forma de avería mecánica, Jero fue el responsable de su reparación y la afrontó de forma drástica como si se tratara de un secuestro con rehenes: en vez de apretar el radio suelto, lo arrancó y Pepón lo fijó con cinta americana, mientras Javi le decía que no guardara la herramienta que la iba a necesitar pues entre tanto mecánico y observadores de la reparación nadie, salvo el ínclito Bartolo, se había percatado de la existencia del segundo radio roto.
Pasado el incidente, seguimos la ascensión por la Natural y el Druida. Se formaron dos grupos diferenciados; el primero, de sufridos riders, ansiosos por subir más rápido y más lejos, compuesto por Dieguito, Luis Joaquín y el cronista y otro, de riders disfrutones (el resto) que avanzan placenteramente por las rampas hablando de pimientos poblanos, del cuidado de la tomatera, del secreto de la elaboración de un bonito encebollado o del arte de hacer un buen escabeche.
Reagrupamos antes de Panoramix (senda poco transitada y que necesita un arreglito -ahí lo dejo Oli-) y después de bajar medio Perdón y enlazar con el Tejón, afrontamos la última senda de subida: El Galgo, que se hace dura e interminable después de la tralla que llevábamos en las piernas.
Como consecuencia, empecé a recibir de mis ilustres compañeros signos evidentes de que no tenían el coño para más subiditas y que en el Nebraska nos estaba esperando el almuerzo. No obstante, conseguí engañarlos un poco prometiéndoles que en la cercana fuente de la Alameda podíamos refrescarnos y comernos el plátano (frase ésta que parce que tuvo una gran acogida en algunos miembros del grupo).
Allí, además de lo arriba expuesto, nos hicimos la foto de rigor en la que pusimos lo mejor de nosotros mismos.
Nos dirigimos hacia la senda oscura pasando por el abrevadero (pero evitándolo pues mis servicios de información me habían comunicado que existía un complot para tirarme de cabeza en él).
El paso de senda oscura, la remontada hasta el inicio del Perdón y las subsiguientes Natural y Bartolo se realizaron con total normalidad, sin incidentes dignos de reseñar disfrutando de las bajadas y del entorno, pero yo percibía que mis compañeros no estaban plenamente satisfechos, pues eran de la opinión de que la ruta no dejaba de ser “más de lo mismo” y, aunque confiaba que con el almuerzo se les iba a borrar ese regusto amargo, decidí incluir una novedad en la vuelta a Logroño (haciendo la variante de Los Arandinos de bajada) que a todos pareció satisfacer, menos a uno (cuyo nombre no diré, pero creo que ya sé por qué entre sus múltiples motes figura el de; El Gruñón).
Lo ocurrido en el Nebraska ya no me corresponde a mi contarlo ni valorarlo, por ser parte implicada, pero sí me veo en la obligación de mostrar mi agradecimiento a los compañeros (y alguna compañera) que me obsequiaron con su presencia, a Oussama (Cafetería Nebraska) que nos trató como a reyes y a Tomás (Pastelería San Millán) que nos endulzó la mañana con un postre que no se lo saltaba un gitano.
Esto ha sido todo, hasta la próxima amigos y no olviden supervitaminarse y mineralizarse!!!
2 comentarios:
La ruta MAS DE LO MISMO, todo REPETIDO, pero la crónica como siempre muy bien, aunque últimamente te falta algo de chispa, estás muy ocupado aprendiendo a bajar y subir sin bajarte de la bici.
El almuerzo un 10, no se puede pedir mas; el fin de semana pasado la mariscada y este te arrancas invitando otra vez a almorzar con un postre de sobresaliente.
Otra gran jornada y van...
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