12 de octubre de 2018
Distancia: 53km
Desnivel acumulado: 833mt
IBPindex: 48
Cróica por Israel
Pepón, Israel, Fran, Bartolo, Luis, Dieguito, Mikael
Aquí estamos enfrentando la siempre incomoda subida de “los
almendros”, ni larga, ni dura, ni con mal firme pero extrañamente desagradable
cual desnudo de Tate. Según hemos llegado al inicio de la cuesta el compañero
Miguel comenta que casi mejor avuelve ya para Logroño, quiere llegar antes de
las once por un tema o no se qué (Luis le mira y baja la cabeza en compungido
entendimiento). Antes de irse Miguel pregunta a Pepón, parado unos metros más
arriba, por la mejor manera de volver a Logroño. Él siempre amable y bien
dispuesto volviéndose sin descabalgar le da cumplidas explicaciones de la mejor
y más rápida manera de volver a los brazos de su dominatrix. Miguel escucha,
asiente atentamente, se empapa de las pormenorizadas indicaciones y consejos de
Pepón. Cuando este al fin termina le dice “Casi mejor que me vuelvo por donde
hemos venido”. Y ya tenemos a Pepón subiendo rezongando y soltando improperios.
Pero que mala vida le dais.
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Tres horas antes me he despertado como siempre alegre a las
seis y media con tiempo de sobra para desayunar, asearme y llegar puntual a
nuestra cita de las ocho. Me encanta afrontar las mañanas con tiempo y sosiego.
-6:40 Tras remolonear cinco
minutitos en la cama me levanto de un salto digno de un nonagenario con
lumbalgia. Afronto un primer fallido acercamiento al escusado, saco el móvil mirando por encima las noticias.
-6:55 ¡Huy!, como vuela el
tiempo. Pongo la cafetera, saco las galletas, meto la leche al microondas
durante un minuto y medio, no más que si no quema. Mientras espero el consabido
“clín” saco el móvil y compruebo la previsión del tiempo.
-7:05 “Pero qué haces a oscuras
ahí plantado mirando el móvil, ababol” Me dice mi mujer que desvelada se ha acercado
a la cocina extrañada por mi silencio. Bueno aún vamos bien de tiempo. Vuelvo a
calentar el desayuno sorprendentemente frío, este microondas va como quiere.
“Clín”. Unto unas galletitas mientras saco el móvil y miro el facebook por
encima.
-7:20 Qué graciosos los videos de
gatetes. ¡Coñe, aún sin vestir! Termino de un trago el desayuno, como se nota
el fresco ya se ha enfriado el café. Me poso infructuosamente otra vez en el
retrete, hay que intentar salir de casa con los deberes hechos, mientras saco
el móvil y miro el twitter un segundín.
7:30 Je,je,je qué risas los tuits
de monetes. Venga, venga, en marcha. Abro el armario empiezo a sacar la ropa de
ciclismo ¿Qué tiempo iba a hacer? Revisaré la previsión, saco el móvil…
7:40 Qué cabrito el Pleitos desde
New York aún tiene tiempo de ofender por whatsapp el tío, le contesto… ¡Joder
que horas!. Cojo la primera ropa que pillo y raudo me visto salvo las
zapatillas por no molestar y tal. Miro la bici, deshinchada, la hincho. Cojo
las chuches, la cartera, engraso la cadena. Aún hay tiempo. Corro a calzarme.
Mi perra tiene casi 18 años sufre incontinencia y está sorda como una tapia
desde hace tres pero cuando aún descalzo piso la meadita que me ha dejado el
pasillo creo que se ríe al oír mis improperios. Recorro la casa a la pata coja,
me lavo el pie en bidet, echo los calcetines a remojo, me cepillo los dientes,
friego el estropicio del pasillo, me pongo otros calcetines, me da el apretón,
evacuo, agarro la bici, llego a la puerta del piso dispuesto a salir, me vuelvo
a la habitación para calzarme, retorno a la puerta apagando todas las luces,
cierro la puerta y llamo al ascensor.
-7:50 ¡Llego, llego!. Entro en el
ascensor, la bici entra un poco justa pero ya estamos bajan... pero bueno si el
ascensor está subiendo, miro los botones, todos lucen, al meter la bici he
rozado la botonera pulsando todos menos
el del portal. El ascensor va subiendo pisos a su tran-tran abriendo y cerrando
las puertas en cada uno de ellos. Saludo al vecino el cuarto que espera el
ascensor cuando se abre la puerta en su planta. El ascensor rebota en el último
piso. Saludo de nuevo al vecino del cuarto al bajar, no cabemos los dos y la
bici, no me ha mirado con buena cara. Saco
el móvil y escribo en el grupo de whatsapp “Voy”.
-7:55 En el portal me pongo el
cubre calvas, el casco, los guant… dos guantes izquierdos. Dejo ahí mismo la
bici y subo corriendo por las escaleras despreciando el ascensor, al subir me
percato que la puerta del ascensor se va abriendo en todos los pisos he debido
pulsar otra vez todos los botones al sacar la bici. Abro la puerta, entro como
un basilisco en la habitación, enciendo la luz, cojo los guantes, me los pongo por
si a caso, mi mujer me lanza un cojín
desde la cama, falla, salgo al pasillo, miro la hora, coño si no me he puesto
el reloj-pulsómetro, vuelvo a la habitación enciendo la luz, cojo el reloj, mi
mujer me lanza otro cojín, falla, le doy
un reconciliador beso de despedida clavándole la visera del casco en un ojo,
huyo, algo golpea la pared tras de mí, no es un cojín, al salir llamo al
ascensor en un gesto reflejo pero me lanzo de cabeza por las escaleras, me
monto en la bici, oigo al vecino del cuarto despotricar desde el ascensor mientras
va subiendo y bajando sin destino fijo, no espero a saludarle otra vez y salgo
zumbando.
8:05 Llego a Las Gaunas. Saludo a
todos vestidos con malliot largo, Luis incluso con chaqueta y Miguel totalmente
de invierno cullote largo incluido. Pepón se dispone a reñirme por mi tardanza
cuando me mira y se pone en modo madre. “Pero como vas así todo de corto, luego que te enfrías, si es que
no tienes cabeza, no has mirado la previsión…”. Yo lo miro sin resuello, estoy
sudando como un pollo y no se porque. Saco el móvil.
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Volvamos ahora a la cuesta
de los almendros donde la dejamos. Enseguida quedo el último, Fran se apiada de
mí y me acompaña. Se coloca justo delante de mío y sugerente deja deslizar la
correa de su mochila por su hombro. No caigo en la tentación, otros no podrán
decir lo mismo y más adelante se agarrarán a su mochila para que les remonte en
cuestas menos sufridas. A punto de coronar el punto más alto de la ruta Dieguito nos alcanza desde atrás, se ha
dedicado a bajar por una senda hasta retomar el final de la subida. Tres veces
le ha dado tiempo mientras yo subía, a Luis una. Comemos algo arriba. Saco el
móvil.
Bajamos hacia Lagunilla, los
caminos están horribles roderas y piedras sueltas. La mañana impresionante de
bonita, se han ido quitado ropa todos menos yo. Dieguito se ha quedado por
detrás haciendo el cabra, llegamos a la ermita de Lagunilla precioso sitio para
sacar una foto a Dieguito cuando llegue desbocado. Saco el móvil.
Foto grupo y seguimos.
Dejamos atrás otra ermita, siguiendo el bien llamado paseo de las ermitas,
pasamos Lagunilla y después Ventas Blancas dirección Murillo. En lontananza se
recorta un perfil inconfundible. El profeta del chándal estampado, el redescubridor
de la riñonera y de las sandalias de franciscano, la elegancia en bicicleta,
nuestro guía y líder bien amado Vitín se une a nosotros. Cruzamos Murillo y Javi
sueña con encontrar a Ricardo en su merendero preparándonos el almuerzo, en su
inocencia hasta cree ver salir humo de la chimenea. Pues no. El muy perrete nos
estaba esperando pero en el principio del camino a Alberite. No recuerdo ahora
la disculpa que puso para no salir a su hora pero a Ricardo se lo perdonamos
todo. Saco el móvil.
Miguel nos ha escrito en el
whatssap que ya ha llegado a casa y nos comenta que la bajada hacía el puente de
Ribafrecha está mucho mejor por la sendita que tiene a un costado que por medio
del camino lleno de pedruscos por donde hemos subido horas antes. Solo Dieguito
que flota y Pepón al que, aterradas, se le apartan las piedras pudieron subirla
entera. La trialerita de después también
fue divertida. De todo lo anterior a este punto ni me acuerdo, los
caminos de siempre quiero imaginar.
Ya siendo más ciclistas de
los que empezamos seguimos camino de Logroño cada vez más rápido unos espoleados
por las ganas de almuerzo, otros por el miedo a llegar tarde y alguno
arrastrado por el motorizado Fran.
Cruzamos Alberite, llegamos a Logroño y en un plís estamos en el Nebraska donde
más tarde apareció nuestro inevitable Chuchi Morales que haciendo oídos sordos
a los consejos de su entrenador trajino una cerveza tras otra. Ya sentados
descanso por fin esperando el almuerzo. Saco el móvil.
6 comentarios:
Me ha gustado más tu crónica de 6 a 8 que la otra. Pobre vecino. Tiene que odiarte.
Una crónica muy completa Isra. Pobre mujer, la tienes amargadita, ya te puede portar bien que si no te "corta el pelo" y si no sabes lo que es le puedes preguntar a Luisito.
Una pena perderme parte de la ruta, pero al final pude acompañaros durante un rato por lo que esta ruta si que cuenta jejeje.
Se acabó como casi siempre, almorzando unos días porque hay invitación y otros porque vamos al bar a comernos unos huevos fritos.
Una de las crónicas más divertidas de los últimos tiempos, Isra!!!! He llorado de risa leyéndola, en el sofá del salón, ante la mirada atónita de mi mujer y la displicencia de mi hijo al contemplar con desdén a alguien (su padre) que ya ha pasado sus momentos mejores.
Leo tus preparativos de ruta y te veo a tí, en todo tu esplendor. Uno de los mejores retratos (autoretrato, en este caso) que leído. Un 10.
Señalar, por otra parte, que Mikael ha conseguido superar (de forma abrumadora) a su tito Luis, no escalando ni descendiendo, sino en el vasallaje que demuestran a la dama (respectiva) que gobierna sus corazones.
Lo del Visir es penoso, no solo hace la mitad de las rutas remolcado, cuan rémora aprovechándose del tiburón eléctrico (creo que hay alguna foto al respecto) sino que últimamente le pretende quitar el cargo a nuestro "Mediasrutas" oficial; Ricardo. Es la reedición de la lucha entre el usurpador Tate y el apaleado Restituto.
Una sola palabra, espectacular. No paro de reír.
Salud,
Barrancas
Gracias por los comentarios. Tenía dudas con esta crónica, cuando se la leÍ a mi mujer no terminó de hacerle gracia; se ve que no duerme bien últimamente y se le amarga el carácter.
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