1 de abril de 2018
Distancia: 60km
Desnivel acumulado: 1290mt
IBPindex: 115
Crónica por Vitin
Lo primero, decir que es muy difícil escribir una crónica
después de “Fervantes” (“La Blasa” para los amigos) ya que tanto, su redacción,
su vocabulario y su imaginación son imposibles de igualar, así que espero no
aburriros demasiado.
El variopinto grupo lo componen: Un gordito venido a menos (kilos), dos orejas sobre dos gemelos , un vasco sin competencia, una chica con pelotas, un jovenzuelo con una gordita, una “rémora” de Pakistán y un Modosito “Alardes”.
La Cúpula, arriesgando su bien merecida fama, decide
realizar la ruta de “las sendas de Bargota”, sí, esa que por motivos ajenos a
sus diseñadores tuvo que aplazarse a mitad de la ruta y que tantos comentarios
negativos generó en contra de la organización, era hora de resarcirse.
De aquello barros vinieron estos lodos, de 17 el primer día
a 7 el último y de estos, 2 eran nuevos, parece que la gente se “acojona” con
bastante facilidad ¡¡¡Que esto es Mountain Bike, Coño!!
Preguntamos a Dieguito por “La Blasa” ya que el viernes le había dejado la
“flaquita” para poder hacer la ruta de la muerte y nos comenta que no tiene
noticias de él, yo pensé que se quedó haciendo la crónica (que le tocaba) y a
los días me entero que la hace en horario laboral, pero en las pausas para el
café ¡¡que grande!!
Salimos dirección a Oyon bastante tranquilos y charlando
sobre el devenir de la Semana Santa, que si las banderas a media asta, que si
el burka de los nazarenos, que si los costaleros van monitorizados….. en esto
que dice Igor, “en mi “pueblo” para cuando vas a ver la procesión ya han
pasado, es que van con ruedas ¡¡¡que somos de Bilbao!!”, en ese momento me
acordé de “La Juanola” que
vino a la anterior ruta en "silla de ruedas" y no se quedó allí porque un alma
caritativa le saco de aquel agujero.
Llegamos a Viana y nos damos cuenta que no va a ser como la
anterior vez ya que las sendas de la parte trasera están secas y las hacemos
con facilidad, continuamos por caminos en buen estado y como no había nadie que
le mojase la oreja, Igor va haciendo de “Alardes” siempre con Ana a su “vera”,
aquí recordé a “La Villavesa”,
que según dijo en algún foro se iba a
preparar el asalto a la mansión de Playboy.
Ya estamos en la “senda de paso preto” (bautizada así por ese
que renegó de ser OR después de haberle enseñado a andar en bicicleta), los
EndurerORs se ponen en primera línea y es la única vez que los vemos en toda la
bajada hasta que paran a esperarnos; en esta ocasión, el último tramo no estaba
resbaladizo y no pudimos ver esa estampa de un hombre tumbado sobre los lomos
de un “marrano” agarrándole las orejas (eso me pareció cuando vi la foto).
Pasar por lugares en los que ha ocurrido una tragedia y has
estado ahí para vivirla te trae recuerdos (blasfemias, ruedas atascadas,
cadenas chupadas, cambios rotos y gente intentando huir), pero de lo que mas me
acordé en el final de esta subida fue de los mas de 10 minutos que estuve
esperando a nuestro afamado PORTENTO,
este tipo da “juego” hasta cuando no está, como nos acordamos de él cuándo
falta, como esta vez que se fue hasta Texas a ver a Pau Gasol o ¿fue a Francia
a ver Pau?, bueno eso mejor que lo aclare el.
La última vez que estuve aquí, al final de la subida donde
nos dimos la vuelta, pensé que ya estaba todo hecho, iluso de mí, todavía
quedaban casi 7 kilómetros hasta la cima de la ruta y qué kilómetros, subidas
duras, toboganes a mansalva, bajada por senda y pista rota para volver a
subir…. El caso es que llegamos al cruce de Azuelo pero aun no hemos acabado el
ascenso ya que tenemos que seguir a la derecha coincidiendo con la línea de los
aerogeneradores; para entonces ya me había perdido dos o tres veces, pero en mi
descarga decir que soy daltónico, por si no os habíais enterado matrakos. Que
bien nos hubiesen venido aquí “Los
Electricos” para empujarnos un poquito.
Desde el último aerogenerador bajamos derechos a la senda
que llamamos “las palomeras de Bargota” por una pista sin complicaciones,
aunque un poco rota y sucia, en este punto me acorde de Luis I “El Castigado”, con la experiencia que está cogiendo
esta Semana Santa en el planchado y la limpieza ya se podría haber pasado por
aquí para dejarnos esta pista en condiciones.
Comenzamos la senda de las palomeras que está muy bien,
siempre por delante el jovenzuelo y el gordito, van tan emocionados que se
pierden, sí, estos también se pierden, así que los últimos somos los primeros,
aunque enseguida nos vuelven a adelantar, si estuviese por aquí Javi, (que
estaba celebrando el pase a la final de su retoño en Gijón) seguramente este
tramo no lo hubiésemos hecho tan alegremente, por algo le llaman “Amargasendas”.
En el merendero de Bargota paramos a comer, “El Pe” (que estaba analizando la
próxima vuelta a Portugal nonstop para personas mayores) en esta situación nos
habría llamado, lo más fino “mariquitas” ya que estábamos tumbados y rodeados
de margaritas. Enseguida tenemos que
salir pitando porque los que estaban asando al lado nuestro no nos iban a dar
de almorzar y ya estábamos todos salivando.
A partir de aquí todo es nuevo, avanzamos por carretera un
rato, a lo lejos se ve una colina con una subida zigzagueante a la que seguro
nos dirigimos, bueno, seguro no, segurísimo; llegamos a un punto geodésico
donde paramos a ver la senda que sale a nuestra izquierda, parece muy empinada,
pero en principio no peligrosa. Antes de salir vemos que Ana va pinchada (ha
rajado un flanco), pero nada que no pueda arreglar la cinta americana y una
pequeña bomba. “La plañidera”
antes de subir a este punto ya se hubiese dado la vuelta alegando su cansancio,
su estado de forma o su edad, lo típico vamos.
La senda es empinada y no se puede bajar muy deprisa, al
menos los mortales; en un momento dado veo a Dieguito desaparecer literalmente
en un tramo de senda y a Victor frenar desesperadamente, al llegar vemos un
talud como de metro y medio con una rodada por la que no entran los pedales
pero Diego se la ha tragado sin problemas y aquí va el Llop a la envidia y se
lanza, la bajó sin consecuencias pero ya le tenemos advertido que a la boda va
en silla de ruedas (de las de verdad) y con una pierna escayolada ¡¡Avisado
estás!!. Como será el talud que tenemos que bajar las bicis y luego nosotros, la
envergadura de Alvarito nos
hubiese venido bien para pasar ese talud más fácilmente, aunque ahí estaba “PapaPepón”
para ayudarnos. La senda sigue hasta la final muy empinada, pero se baja sin
problemas.
Es cruzar una pista y continuar por otra senda, esta muy
noble como diría Santi (que
estaría “zurrándose” con los carreteros preparando las próximas carreras), pero
muy chula, a algunos les recordaba el Parkinson porque va a media ladera y en
alguna zona está un poco expuesta, pero es rápida y sencilla, una gozada.
Ahora toca volver a Logroño, Ana va diciendo “..esos montes los tenemos que pasar por
algún lado…” y claro quedan unas cuantas subidas (casi todas asfaltadas) en las
que se van viendo las fuerzas del grupo, voy en una posición privilegiada,
justo en la mitad, por delante El Vasco
haciendo Alardes, Ana enseñando sus pelotas, Pepón moviendo a la vez orejas y
gemelos, por detrás un grupete compuesto por el Gordito y la Gordita
“remostaos” e Israel que hoy iba de Modosito. Si hubiesen estado todos estos de
Nieva, Motemediano, Canales,
Viniegras…. Seguro que le hubiesen bajado los humos al vasquito.
Llegamos a Viana y volvemos por el camino de Santiago, por
cierto, lleno de peregrinos, Victor Llop llevaba un silbato que se oye menos
que un sonar, si hubiesen estado los del
Ayuntamiento con su super “pito” nos hubiesen escuchado mejor, aun así,
no hubo ninguna incidencia, subimos el último repecho asfaltado del monte
Cantabria haciendo el “mono” como de costumbre, esprintando a ver quién es el
mas idiota de todos.
Una vez en Logroño decidimos ir a tomar una cervecita, nos
acercamos al Kataleya y creo que ha sido la primera vez que nos hemos tomado
una cerveza de pie después de haber andado en bici, cuando estamos pidiendo
aparece como por arte de magia “FaltaFran” que
venía de andar en bici, en ese momento y en las fechas que estábamos me acordé
de todos esos “difuntos” que
se han ido quedando por el camino, hoy hubiese sido un buen día para su
resurrección.
8 comentarios:
El que tuvo retuvo y a ti no te va a enseñar nadie a hacer crónicas. Estupenda, como siempre. Leo que fue una gran ruta, una pena no poder asistir, aunque me hubierais tenido que sufrir.
Salud,
Barrancas.
Buena y divertida crónica, Visir!!! La ruta no debió serlo tanto o tus compañeros eran unos muermos dado que te la pasaste entera recordando a los ausentes. Por cierto, recuerdos de Pau.
No puedo acabar este comentario sin hacer referencia a la foto de grupo, creo (sin temor a equivocarme) que entre los casi 1000 posts de este blog estará en el Top Ten de las más ñoñas que se hayan publicado.
Espero que a la tercera, podré realizar -por fin- la exigente y divertida ruta de Bargota.
Vitín, continuando con la línea marcada en la crónica no me queda nada más que decirte que para estar como estás acostumbrado a escribir de derecha a izquierda la narración de izquierda a derecha te ha quedado muy bien y sin el recurso de faltar a nadie, como debe de ser, muy entretenida.
En pocas palabras solo decirte que el resultado a sido una crónica de muchas narices.
La ruta fue bastante durilla, y más después del jueves y viernes que llevábamos en las piernas.
La ruta, por buena, ira a parar al prestigioso archivo de los ANDANZAS EN BTT.
Otra gran jornada y van...
Una ruta exigente y divertida, ¡qué cantidad de sendas!
Esta hay que repetirla pronto con todos esos ausentes que han teñido tu magnífica crónica con un tono melancólico muy emotivo. Si es que eres un amor.
Pero qué crónica más bonita y enternecedora, acordándote de muchos de los ausentes y podernos dar así una cariñosa colleja. Está claro que el compromiso en las rutas y el dominio de la narrativa cronística solo están reservados a unos pocos elegidos, y entre esos.......y ya me fastidia tenerlo que reconocer, tú estás incluido, pero por los pelos ¡Matrako!, que últimamente fallas más que una escopeta de feria.
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