17 de septiembre de 2017
Distancia: 36km
Desnivel acumulado: 586mt
Luis, Pablo, Tonho, Igor, Pepe, Javi Bartolo, Miguel Angel, Dieguito, Rafa, Santi
En lo más profundo del sueño, mi pulsera empieza a vibrar,
son las siete de la mañana, uf que sueño, me hago el remolón y me vuelvo a
dormir, al cuarto de hora vuelve a vibrar, esta vez mientras me voy espabilando
voy sopesando las opciones que se me pueden acontecer esta mañana, que si hacer
alguna labor en casa, pasar el aspirador, reñir con la familia y la más
determinante, si no aprovecho hoy que puedo salir, me voy a estar arrepintiendo
todo el día, así que, ya con el tiempo justo me preparo para ir a la cita
dominguera de Las Gaunas, esta vez a las ocho de la mañana.
Sorpresa cuando llego, tres minutos antes de la hora, no hay
nadie, lo que me hace mirar la hora de nuevo, en esto que aparece Toño, Igor y Pablito, me dicen que estarán en la
cafetería haciendo tiempo, no sabía que había dos quedadas, así que de repente
aparecen todos los que vamos a salir en esta mañana, eso sí, un poco fresca que según vaya saliendo el sol
nos irá calentando el ambiente.
La ruta de hoy tratará de coger gran parte de las sendas que
transcurren entre Logroño y El Cortijo, así que no nos separamos mucho de la
ciudad, lo cual agradezco, ya que mi estado físico es lamentable y si hubiera
sido de esas que buscan la montaña lo
más seguro que me hubiera quedado sin fuerza alguna para el regreso, hoy al fin
y al cabo siempre puedo regresar a casa aunque sea arrastras.
Para no liarme enumeraré las sendas que hicimos, así que
allá voy:
Cuesta del huevo,
nombrada así porque casi a un ex componente del equipo, (ahora se dedica a
labrarse el futuro), casi pierde un ídem,
salimos de Logroño por la zona de
Valdegastea, por una cortita senda de apenas unos 700 metros que nos deja en el cruce con el
camino viejo de Fuenmayor, para hacer una pequeña subida al viñedo que hay en
la planicie de su cima, una vez arriba hacemos una pequeña incursión de bajada,
para ahora sí, meternos en la senda que
flanquea el monte, un pequeño tiempo de espera hasta ver a Pablito, que cogió
por equivocación una de las múltiples posibilidades que se te presentan al
hacer las sendas que se entrelazan, una vez resuelta la situación rodeamos el
picacho que está preparado para que los chavales gocen con sus peraltes y
montículos a forma de circuito, finalizando con una fuerte rampa con su
posterior bajada que nos deja en el camino Viejo de Fuenmayor.
Con lo bien que me venía que el cambio de Rafa se saliese de
vez en cuando para no perder comba, va Dieguito y se lo repara, joder, ahora
hay que tirar un poco más.
Cuesta de los cerdos, cuyo nombre se le atribuye por existir una
granja de cerdos en semi-libertad, que por cierto, la granja sigue existiendo
pero de los animales hace tiempo que no se les ve el rastro.
Me da vergüenza ponerlo en la crónica, pero las cosas son así
de duras, me tuve que bajar dos veces, (2), en la cuesta, el caso que se sube
bien, pero soy incapaz de manejar el manillar y llevarlo por donde quiero.
Esta cuesta nos deja
a la altura de las antenas de Radio Rioja, saludando al árbol de Javi
Bartolomé, hace tiempo este árbol fue testigo de las travesuras de los
jornaleros de las viñas adyacentes, así de la existencia de restos de botellas
rotas, que fueron a parar a la rueda delantera de Javi, contra lo cual no se
pudo hacer nada, por lo que tuvo que
volver a casa antes de tiempo para grata
sorpresa de su familia que le esperaba para hacer una lavadora y un poco de
plancha.
Bajada de las Antenas,
la primera parte es la que va desde las antenas hasta el camino que luego una
vez asfaltado va hasta el pueblo, podemos decir que fácil y la segunda parte en
la que la existencia de dos o tres escalones la hacen un poco más técnica,
bueno para quien baja bien no existen ni escalones ni piedras, ni siquiera existen
los frenos.
Como es costumbre no pude eludir las críticas a mi
actuación, en las que no me bajé ni un momento de la bici, y es que ni siquiera
me subí, que aburridas iban a ser las rutas de los domingos sin esas pequeñas riñas,
y que razón no falta, eh, Santi?
Ahora atravesamos El Cortijo y tomando dirección del puente
Mantible, a unos metros de pasar por el puente que sortea el antiguo trazado de
la vía del tren, transformado hoy en día en vía verde, nos regocijamos en la
siguiente senda.
Senda El rincón,
y es que no sé qué nombre ponerle, pero el monte en forma de pirámide que está
en el meandro que hace el río Ebro lleva ese nombre, esta senda sigue
recordándose por la sutil manera que empleé en su día de finalizar su
recorrido, todavía tengo piedrillas en las manos.
Volvemos a El Cortijo, y esta vez nos dirigimos hacia la presa, pero no, antes de empezar a
bajar tomamos un camino hacia la izquierda, camino de Valdeguinea, este camino
está marcado con los mojones de una de las rutas ciclistas que hay alrededor de
Logroño.
Buen camino con un pequeño sube y baja en el que no puedo
hacer otra cosa que ver alejándose a Rafa (hermano de Luis), seguimos hasta
llegar al camino viejo de Fuenmayor, pero a medio camino entre Fuenmayor y
Logroño.
Desde el alto vemos las vistas de un Logroño desperezándose
de una noche de fiesta, bajamos como medio kilómetro para girar bruscamente a
la derecha, hacia el campo de tiro de la G.C.
Senda del campo de
tiro, esta senda la cogemos después de que el camino nos deje en una
pequeña construcción a modo de casa de aperos, esta senda como su nombre indica
pasa por encima del campo de tiro que usa la G.C. para sus prácticas, el
recinto está convenientemente vallado, pero me parece que en los días de prácticas
el acceso por esta senda esté prohibido por razones obvias.
Se me está acabando el papel, así que voy a ser más breve en
las descripciones.
La senda descrita anteriormente nos deja en la parte
superior del Burro de Oro, flanqueamos el viñedo que hay en su altiplanicie y
desembocamos en las senda de los bloques.
Senda de los bloques,
esta senda recibe su nombre a los bloques de piedras amontonados que debieron
formar parte de alguna construcción y que fueron amontonados en este paraje,
senda que no es complicada pero que te obliga a casi sentarse en la rueda de
atrás, unos pequeños repechos, y después de un reagrupamiento, bajamos hasta
casi la estación de servicio de La Grajera, unas pequeñas senditas por la zona
nos deja en un viñedo en el cual hacemos dos grupos, unos deciden perderse la
maravilla de pasar por un canal que será próximamente soterrado con tubos, en
las que Pepe no se cansó de contarnos lo maravilloso y exclusivo del paso, el
cual próximamente no se podrá realizar, y otros, entre los que me incluyo, que
no hicimos ni caso a las indicaciones de Pepe, y es que fastidia volver hacia
atrás para al fin de cuentas llegar al mismo sitio.
Seguimos dirección Logroño, pero a la poca distancia giramos
a la izquierda para bordear un seco
canal y volviendo hacia la caseta de labranza nombrada anteriormente, nos disponemos
a hacer la última senda del día.
La senda de Yagüe,
supongo que se llamará así, su destino la entrada a Logroño por éste barrio
poco a poco más integrado en la ciudad.
Esta senda de 2,4 kilómetros la voy a calificar como rápida
y muy divertida, sin ninguna complicación en la que vas cogiendo velocidad
según vas avanzando por ella.
Ya en Logroño, nuestro amigo Tomás (el pastelero), nos
ofrece en su obrador unas riquísimas
rosquillas y tejas regadas con un buenísimo
y fresquito zurracapote, una vez que dimos con las existencias de su
generosa ofrenda y de ver la peculiar puesta en marcha del microondas
que yo equivoqué con una televisión de culo, nos fuimos a tomar un café
para echar unas risas y charlar de la salida de hoy.
Un buen día y acertada ruta, no me arrepiento lo más mínimo
de mi pequeña incursión en la salida dominical, intentaré ponerme en forma y
nos vemos en otra, gracias amigos.
4 comentarios:
Muy buena crónica Miguel Angel, aunque un poco mas y la haces en Octubre.
Tengo que hacerte una corrección; no es la es .
Parece que lo pasastéis bien, una ruta acorde con las fechas, cerca de casa y con un montón de sendas (que ya las tenemos mas que "trilladas") lo que la hace divertida y apetecible para cualquiera que ande en bici.
Buena crónica Trankas!!! Ya has cumplido uno de tus deberes con el grupo, ya solo te falta invitarnos a almorzar por tu cumpleaños... Dicen que por ahí te conocen como "Miguelín el Bisiesto".
No hubo menor forma de honrar a San Mateo que una corta y divertida ruta matunina con los amigos y concluir la celebración con las rosquillas, tejas y zurracapote con los que nos obsequió otro gran amigo; Tomás, en su obrador de la Plaza de Fermín Gurbindo.
Lo dicho, un placer en todos los sentidos.
Si lo pasamos en grande, vamos a empezar a tener amor por las sendas, lo del bisiesto...
Buena crónica Miguel Angel. Lo que más sentí de no ir, es perderme las delicias de Tomás, que a vosotros os tengo muy vistos y las sendas no se van a mover del sitio.
Publicar un comentario