14 de abril de 2017
Distancia: 45km
Desnivel acumulado: 1802mt.
IBPindex: 154
Crónica por SuperMario
En esta ocasión nos reunimos en Anguiano: Enrique, Unai,
Roberto, Jorge, Diego, Toño, Víctor, Santi, Tony, Pablo, Anita, Israel, Javi Blasco,
Miguel “cuñao”, Eduardo y Mario.
Como todos los años en estas fechas nos congregamos en el
bello pueblo de Anguiano otro viernes santo, un año más viejos, un año más
experimentados, un año más... Puntuales a las 08:00 de la mañana estamos ya
todos dispuestos a disfrutar del ya famoso rutón de la muerte. la mañana
aparentemente comienza muy fresca pero las aplicaciones de nuestros smartphones
nos dicen que el día acabará calentando.
Puntuales como un reloj nos ponemos en marcha calentando la
maquinaria poco a poco, enfilamos las primeras sendas y caminos cuando de
repente nuestro compañero Miguel nos deleita con una pequeña escena graciosa en
la cual tras resbalarse y caerse lentamente sin consecuencia alguna para él, su
mochila amarrada a su espalda golpeó contra el suelo con tan mala suerte que se
le perforó el bote de espuma dentro de la mochila con lo que nos preparó una
espuma party que nada tiene que envidiar a las de la Amnesia o Pachá Ibiza.
Ya en el pueblo de Matute reagrupamos y comenzamos el primer
ascenso de la mañana nada mas salir del pueblo para llegar a las peñas de
Matute, que posteriormente nos llevarán por un ascenso progresivo y precioso
con unas vistas espectaculares hasta el cerro Peñalba.
Los incansables sagaces
suben y bajan a recoger a los mas rezagados para continuar la marcha hacia el
barranco Cervanco, un subidón muy duro con una pendiente constante con un
promedio del 18% en algo mas de dos kilómetros, el terreno está complicado, está
todo muy seco de lo poco que llueve, la trasera derrapaba en cualquier
situación y las piedras están muy
sueltas, no hay descanso alguno con lo cual a cada paellera que avanzas te vas
vaciando y vaciando hasta que llegas al último rampón donde no te queda otra
cosa que apretar los dientes para mantener la bici recta y con velocidad suficiente
con el chivato de la temperatura encendido, solo queda rezar para que ningún obstáculo
te frene la delantera y te arruine la ascensión.
Una vez en la cumbre y mientras los últimos van
llegando los mecánicos reparan el
pinchazo en un flanco de la rueda trasera de Javi Blasco. En este punto paramos
comemos y bebemos mientras recuperamos el aliento brevemente, proseguimos nuestro viaje esta vez por una
senda de bajada llamada la Calderona, divertida, muy divertida a la vez que rápida y
con un par de tramos peligrosos, la
salida de la senda un pelín desorganizada.
Nos encamina hacia el barrio de cuevas para seguidamente
enlazar al punto de partida inicial, enfrente del restaurante donde íbamos a
degustar los ya famosos caparrones paramos, unos a tomar café, otros a rellenar
agua y otros para arreglar de nuevo la cubierta de Javi Blasco que le estaba
fugando aire de nuevo, esta vez nuestros mecánicos optan por montarle cámara.
Reemprendemos la andadura por carretera para abandonar el
pueblo y empezar una leve ascensión por una pradera que nos acaba dando a una
pista la cual no abandonaríamos hasta la cumbre, aquí me comentan que Javi
Blasco de nuevo pinchó con lo que se vio obligado a retirarse definitivamente
volviendo a Anguiano al coche.
Las
fuerzas empiezan a ir mas bien justitas, los sagaces estiran el grupo a
sabiendas de lo que les viene encima, (como tiran los cabr..) la subida era exigente, un 7-9% continuado
pero muy larga, unos 9 kilómetros de ascensión hasta el árbol tan
característico en forma de N donde paramos a echar la foto de grupo.
Comemos, bebemos y recuperamos fuerzas para volver a
arrancar y continuar la subida unos dos kilómetros hasta el punto geodésico de
la cumbre, allí nos adentramos en una
senda difícil, peliaguda, con unos 14 millones de palos desperdigados por el
camino donde
relativamente tuvimos muchísima suerte de no averiar nuestras
monturas salvo un pequeño pinchazo de Pablo amigo de Toni; la senda se hace
larga y tediosa, pero recibimos nuestra recompensa con unas vistas increíbles,
desde ese punto nos tiramos hambrientos hacia Anguiano como balas por una pista
muyyyy rápida que nos lleva a Anguiano sin apenas darnos cuenta.
En Anguiano
nos esperaba nuestro querido Ricardo que se acercó a compartir el plato
caparrones con nosotros, y una merecida ducha, un vermut rápido y un buen menú
con un primer plato obligado, de caparrones claro..
3 comentarios:
Buena crónica Mario, veo que no se te ha olvidado.
Esta es mi ruta favorita del año, me gusta mucho prepararla y mucho mas que me acompañéis en todo su desarrollo, así que daros las gracias por venir.
Una faena lo de Javi ya que se tuvo que retirar por unos pinchazos, eso es mala suerte.
Ya está en preparación la del 2018, esta vez no se subirá Cervanco, pero algo inventaremos para que sufráis un poco.
Qué pena no haber podido asistir, pero un tema familiar de última hora, me hizo cambiar de planes. No sé si lo siento más por Vitín, que la prepara con tanto cariño o por los caparrones. Yo creo que es por los caparrones, así que al día siguiente nos fuimos con unos amigos a Anguiano a comerlos, junto con el bacalao confitado. ¡Qué maravilla!
Buena crónica Mario, veo que te quedaste con todos los sitios tan bonitos por los que pasasteis, no como otros, que salen de la gasolinera Las Gaunas, se comen unos bombones de la Caja Loja y terminan en el bar, sin saber o decir, por donde han ido.
Hasta la próxima
Buena crónica Mario; como dice Alcalá, eres un alumno aplicado que ha hecho los deberes y se ha empapado de la nomenclatura de los espectaculares parajes por los que pasamos, pero... (un pequeño tirón de orejas) por no salpimentar la crónica con unos pocos más chascarrillos, sucedidos y vaciles para deleite de los que se quedaron en casa (por cierto este año hubo ausencias destacadas y alguna sorprendente) y de los que así revivimos lo sucedido.
Ruta magnífica y dura preparada por el Torpedo, cuya fama (la de la ruta) se va extendiendo y agrandando por los círculos de la BTT de forma que, cada vez más, es frecuentada por componentes de otros grupos (bienvenidos todos).
Mención especial a Anita que es una campeona de las de verdad y no como ese mindundi de Valverde.
Quedamos emplazados ya para la siguiente edición que, por descontado, será incluso mejor (y más dura me temo) que esta.
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