26 febrero, 2015

Yécora-Lluvia-Barro y Bocata (6 Ciclistas)

Distancia: 39km
Desnivel acumulado: 631mt
IBPindex: 31

Crónica por Luis “MULTACAR”.

6 aguerridos ciclistas 6: Toño, Santi, Pepón, Isra, Dalmau y Luis.

Antes de nada una advertencia: Esta crónica es para gente aguerrida, con arrojo, con “compromiso”, gente que sabe arrimar el hombro y levantar el paso, con dos cojones. Abstenerse de seguir leyendo los gallináceas, frioleros, miedosos y “mindunguis”. Los que se quedan en la cama al abrigo de las mantas en lugar de salir a andar en bici con los amigos. Sí, tú. ¡Para! no leas más.

Siempre ha habido hitos en la historia que han marcado un antes y un después: el diluvio, el nacimiento de Jesucristo, el anticristo en la peli “El día de la bestia”… Exagerando un poco, solo un poco,  podríamos decir que hoy se ha producido otro gran acontecimiento, otro evento de gran envergadura que nos obliga a poner el cuenta kilómetros a cero.

Los que no habéis salido hoy que sepáis que os habéis perdido un día excepcional, extraordinario, duro, pero de gran disfrute. El aporte, sobre todo psíquico,  que os habría dado este día hace que os quedéis un paso atrás en el grupo. Dudo que, después de esto, podáis afrontar grandes retos, algo superior a la vuelta a La Grajera.

Da igual por dónde hemos ido, si nos hemos perdido o si hemos cogido un “poco” de barro en algún tramo. Hoy se ha hecho afición, compañerismo, hermanamiento, luchando, sufriendo. Hombro con hombro. Contra ese gélido viento que te escupe el agua en la cara y te corta como cuchillas. Apretando los dientes, sin quejas, forzando a tope, a un ritmo endiablado, intentando coger calor en el cuerpo.  El Cid, al destierro, con doce de los suyos…polvo, sudor y lágrimas. Cambiemos el polvo por barro y las lágrimas por agua (N.del T.)

Hemos salido titubeantes hacia el León Dormido, como bien apostilló Pepón, a ver hasta dónde nos permite llegar. Los vascos cómo son de exagerados hasta los charcos son allí más grandes, auténticas piscinas algunos. Primer momento crítico de la jornada, pasado Oyón, llegamos al charco de Pepón. Recordando lo que le aconteció, les he gritado a los que iban en cabeza para que extremasen las precauciones. Santi a punto ha estado de caer en el mismo sitio, pero ha pasado. Pepón se ha quitado la espina pasando también sin dificultad (tengo que volver al Piojo).

Cuando hemos alcanzado la altura de la nieve nos hemos desviado a la izquierda, hacia Yécora. La intención era coger un camino hacia Oyón al final de la bajada, pero Isra se ha descubierto como gran conocedor de la zona y nos ha convencido para afrontar la dura subida hasta Yécora. Desde ahí hemos cogido una senda nueva muy chula que nos ha llevado a la ermita (no recuerdo su nombre) donde rápido, rápido hemos hecho una foto de grupo, que han sido dos porque no contábamos con el buen hacer de Víctor para colocar la cámara encima del sillín.

La vuelta que hemos dado a la balsa ha sido para deleite de los que, mordiéndose los huevos, estuviesen siguiendo nuestros progresos en Loctome. De hecho, hemos estado a punto de dar otra en tu honor, Víctor.

Bajada a toda la hostia hacia  Oyón, pero oh sorpresa, el camino se acaba de golpe y porrazo. Segundo momento tenso del día. Teníamos que atravesar una era solo un “poco embarrada”. No serían más de 50 metros, pero densos de cojones. Las ruedas de la big foot de Aigor eran finas comparadas con las nuestras. Total que, como estos vascos no ponen una estera al final de los caminos, no nos ha quedado otra que llenar de barro la carretera.

Ya enfilando Logroño el grupo se ha dividido en dos. Los valientes que se han ido a almorzar y los sufridores que nos hemos ido a lavar la bici y a atender a la familia.


Mañana corta pero muy intensa. No ha dado para más. Estos días son los que crean afición, qué podemos hacer un domingo por la tarde y lloviendo, aparte de lavar la bici, solo se me ocurren dos cosas…y no me gusta ir al cine.

7 comentarios:

vitinbtt dijo...

¡¡Que aguerrido ciclistas!!, cuando sea mayor quiero parecerme a ellos.
La crónica está muy bien, parece que progresas adecuadamente.

Anónimo dijo...

Abstenerse de seguir leyendo los gallináceas, frioleros, miedosos y “mindunguis”

Los que no habéis salido hoy que sepáis que os habéis perdido un día excepcional

No entiendo esto, si no seguimos leyendo
¿Como lo vamos a saber?

israelogro dijo...

Divertida crónica y buena vueltita hicimos para el día que estaba. Lo mejor el bocadillo.

La ermita se llama de a Virgen de la Bencijana.

Toño Pleitos dijo...

Buena y divertida crónica, Luis. Aunque siendo un ciclista aguerrido y con arrojo debes demostrar esas mismas cualidades al escribir las crónicas y no escamotear al público en general los pleitos y querellas "familiares" que hubimos de presenciar a cuenta de un error en la elección del camino a seguir (hasta ahí puedo leer, como diría el gran Kiko Ledgard).
Tortilla cojonuda la de la gasolinera de Oyón y, Luis, el picante ES - PEC - TA - CU - LAR.
La Ermita es la de Bercijana.

Luis dijo...

No sé a qué te refieres, de hecho no te conozco de nada. Je je.

Luis dijo...

No sé a qué te refieres, de hecho no te conozco de nada. Je je.

Carraspana dijo...

Estas son las rutas que marcan las diferencias. Un abrazo.