24 enero, 2007

Rheinrunde Sud - Vuelta por el sur del Rin


Recread por favor la escena en vuestro cerebro: Un día entre semana, 19h00, -6ºC, oscuridad completa. Un par de focos alumbrando los senderos al borde de un de los mayores ríos de Alemania.

Una escena que sólo pueden protagonizar unos pocos locos del pedal como nosotros.

Esta semana, no tenía otra elección que una ruta por el Rin, pues tras el Kirill (El hurracán que pasó por aquí el jueves pasado), está terminantemente prohibido acceder a los bosques de Düsseldorf, hasta que se hayan realizado todos los trabajos de limpieza del mismo. Hay muchos arboles a medio caer, y otros muchos caídos, cortando el camino. Y no es plan de rodar a 20 Km/h con unos foquitos y encontrarse de pronto un "arbolito" cruzado en el camino.

Fueron 35 km en un poco menos de dos horas, tras los cuales al llegar a casa, me dolían los pies de lo congelados que estaban. 35 Km oyendo el ruido de las ruedas devorando el camino, y con todos los ruidos que en la oscuridad se amplifican. Tienes la impresión de que en cualquier momeno, de cualquier matorral te puede aparecer algo. Es un extraño sentimiento que sólo habrán experimentado los que hayan realizado una nocturna.

Os he dejado como fotos el perfil y el track obtenidos a partir del Google Earth.

2 comentarios:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Yo nunca he salido a hacer kms de noche, excepto dentro de ciudad. Cuando lo he hecho (y ha sido sólo bajar a una zona junto a la ría del Nervión donde convivimos gente a pie y en bici) siempre me ha parecido que llevaba encima una especie de "sobreexcitación". Son experiencias bien bonitas, ¿verdad?
Un saludo desde Bilbao, François.
Julen

François dijo...

Hola Julen!

Saludos recibidos y devueltos desde aquí. Has definido la situación con la palabra exacta: Sobreexcitación:

La oscuridad hace que al disminuir uno de tus sentidos más utilizados, la vista, el resto se hallen en alerta. Me imagino que eso les pasará a los ciegos. Y de esta forma, por ejemplo, el oído capta muchos más sonidos que los que captamos por el día.

También se vuelve a sentir esa sensación de miedo que experimentábamos de niños. Miedo provocado, creo yo, por una reacción del cuerpo, que obliga así a mantenerte alerta.

En fin toda una experiencia que recomiendo a todos realizar.

Lo dicho, saludos desde el Bilbao del norte, y me alegra que sigas leyendo nuestros blogs.