15 enero, 2007

Espantando conejos con nocturnidad y alevosía.


Aprovechando las ganas de hacer kilómetros, ayer por la tarde (20h30), me fui a hacer una nocturna por los senderos que flanquean el Rin. Todo ello gracias al par de focos de Sigma que compré al venir aquí. En invierno es de noche profunda a las 16h30, y a este tipo de accesorios se les saca partido.

Con ellos puedes mantener una velocidad de 35-40Km/h por los caminos con una iluminación suficiente para frenar en el tiempo necesario. Por encima de esas velocidades, la cosa se vuelve un poco peligrosa.

La ruta de ayer era totalmente plana, por lo que la velocidad media de 23 km/h en 30 km fue fácil de mantener. Me fui hasta Kaisserswerth, un pueblo al norte de Düsseldorf, y luego crucé al otro lado del río, para bajar hasta la zona del nuevo puerto de Düsseldorf y volver a casa.

Ya era un poco tarde para los alemanes, y no me encontré a nadie. Solo me encontré con multitud de conejos, que cruzaban ante mi, asustados por la luz. Sin exagerar, me encontré con un par de centenas. Aquí campan a sus anchas, pues los perros están siempre atados y al borde del Rin está prohibido cazar. Además al no haber cultivos, y sólo haber campas de hierba no molestan y tienen suficiente alimento.

Lástima que por la noche no se puede obtener una buena fotografía, sino os hubiese anexado una foto de alguna familia de conejos.

En la Rioja se te cruzan los corzos, aquí los conejos.

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