1 de marzo de 2020
Distancia: 50km
Desnivel acumulado:
1056mt
IBPindex: 79
Crónica by
Ricardo, Saul, Edu “Ayuntamiento”,
Jorge, Javi Costero, Fran, Javi, Tomás, David “Reventón”, Dieguit, David, DIEGO,
Luis, Jero, Toño, Roberto, Vitín y Rubén.
Amanece temprano. Cuando
me levanto a desayunar observo que una tibia luz entra por la ventana, más de
la que habitualmente encontramos en Las Gaunas los días de duro invierno.
Pienso que en breve se podrá empezar a quedar a las 7h.30. Incluso a las 7h.00,
para mayor disfrute. Eso me hace sentir bien.
Algo raro en mí, hoy me
ha sacado de mis sueños el despertador. Normalmente me adelanto a él para no
oír su ronroneo.
Tengo grandes dudas sobre
qué ropa vestir. No me gusta pasar frío, pero el exceso de ropa casi me funde
unas semanas antes. Finalmente opto por ir de corto con el pecho bien
protegido. Tras un buen desayuno, puesto en paz con Dios, y con mi flamante
emparedado en el bolsillo, me lanzo a la calle. A ver qué nos depara el día.
Cuando llego a Las Gaunas
veo un grupo de 3 personas, pero es un espejismo. Hay más gente que mierda en
Francia. Se ven caras que últimamente se prodigan poco, como Rober, David o
Saúl. También fallan algunos habituales como Israel y Pepón. Éste último lleva tiempo
sin salir. Seguimos echando de menos tus broncas, por esto o por lo contrario,
con ese vozarrón que tienes. A ver si te compras un bici eléctrica y vuelves a
practicar la bici de campo con nosotros, hombre.
Se nota el frío a primera
hora de la mañana. Estoy deseando llegar a la cuesta de las vacas. Tras el
calentón de subirla se acabó el mal tiempo. Para toda la mañana. Vamos bien, un
poco altos de ritmo. Como siempre se me escapan los más fuertes y los más
eléctricos del grupo. Intento seguirlos, pero mi esfuerzo es en vano. Cuando
nos desviamos a la derecha, en el camino a Sorzano, para enfilar la subida
hasta la portilla del camino nuevo, me paro a quitarme ropa. Me habrá costado
un minuto hacerlo. Lo que he sufrido para recuperarlo.
La subida del camino nuevo
se hace placentera, más de la mitad la hago charlando con Jorge, que nos ha
alcanzado poco antes ya que ha salido tarde de casa. También se da cuenta de
que el ritmo ha subido últimamente. Le ha costado lo suyo cogernos. Básicamente
no hemos hecho ninguna parada hasta la portilla.
Refrigerio de rigor,
todavía apurando las últimas unidades de los bombones de David, y nos metemos
en senda oscura antes de quedarnos helados. Está muy bien y súper limpia. En
algún momento me da tiempo hasta de disfrutar del paisaje tan extraordinario
que nos rodea, alguna raíz me mira con ojos de gacela. Hay que ir muy atento en
estas sendas llenas de trampas. Al acabar el tramo salimos a la amplia pradera
que en ese momento estaba con un radiante sol, lo aprovechamos para hacer la
fotosíntesis.
De senda oscura pasamos
al camino que sube a las antenas de Moncalvillo. Apenas paramos en el
abrevadero, para qué vamos a parar si nadie está cansado ni retrasado.
Contamos 6 paellas 6,
antes de afrontar la larga recta que desemboca casi delante de la, para mí,
nueva senda del Ciervo (by Oli). En este punto quiero hacer un inciso para dar
la enhorabuena a Olivier por el ímprobo esfuerzo en hacer nuevas sendas, para
mayor gloria. Ya te llevaremos un bocata con lima oculta cuando te metan en la
cárcel…
Nos vienen gustando cada
vez más las sendas, que se caracterizan por ser estrechas y casi imposibles
para adelantar al que te precede. Hay como un ranking no escrito del orden de
entrada, en función de tus habilidades. A mí me suele tocar de los últimos,
pero hoy me salto la disciplina y me cuelo justo detrás de los buenos. A ver si
se me pega algo. Nada se me pegó y, eso sí, a punto estuve un par de veces de
besar suelo.
Nos queda el Jabalí. Está
muy bien, aunque deberían asfaltarla, tanto bache te destroza las muñecas. Voy
todo concentrado a una distancia prudencial de Rober, para no molestarnos.
Curva ciega a izquierdas con terraplén de subida para encarar una bajada muy empinada
con árboles a ambos lados. Cuando me asomo me encuentro a Rober por ahí tirado.
Me entra un ataque de cordura y descabalgo. Tampoco hay que tentar la suerte.
Sojuela pueblo, senda
quemada y unos a casa y otros al almuerzo. Creo que hoy invitaba Eduardo
Diéguez.
¡Qué gran mañana! Ya
pensando en la siguiente.
Un abrazo, amigos.
5 comentarios:
Buena crónica Luis, ahora que estamos confinados viene que ni al pelouna frase de tu crónica: "En algún momento me da tiempo hasta de disfrutar del paisaje tan extraordinario que nos rodea..." la mayoría de las veces no le damos importancia a las cosas que realizamos con asiduidad, como es salir al "campo" y poder estar con familia y amigos. Esperemos que esto pase pronto. Me imagino que cuando volvamos a salir te podrás quedar a almorzar ya que me imagino que la casa la habrás dejado como los chorros del oro jejeje.
Muy buena tito Luis con esto de la trombosis y el comfinamiento hace mucho que no nos vemos y la verdad es que se os echa mucho de menos esos días con los or son de categoría un fuerte abrazo a todos amigos y pronto nos vemos
Buena crónica, Luis.
Parecía que estaba todo visto, pero parece que no. Nuevas sendas, nuevos recorridos, pero como siempre grandes rutas.
Salud y esperanza,
Barrancas.
Buena crónica primo....pero con lo de quedarse en casa parece q esto fue el año pasado.
Un abrazotr
Buena crónica, esperemos que dentro de poco podamos surcar esos caminos, sendas y paisajes que nos echan de menos.
Un Saludo y abrazos.
Publicar un comentario