12 de junio de 2022
Distancia: 76km
Desnivel acumulado: 1112mt
IBPindex: 98
Crónica por Joserra
Felix, Joserra, Pepón y Vitín
Terminando ya las fiestas de San Bernabe y en mi caso recién aterrizado de unos días en la playa me presenté en las Gaunas para disfrutar de la “betetada” dominical con la cuadrilla.
En la aproximación desde mi casa ya note que mis piernas estaban perezosas, creo que la vida de turista, ya conocida por todos de su dureza, me había dejado el cuerpo algo resentido.
Supongo, que por las citadas fiestas, solo asistimos 4, quizás porque unos aprovecharon para exiliar y otros porque estaban curando la resaca en posición horizontal.
Después del saludo inicial: “Vamos pal monte ¿o qué?” me informa Vitin de que la “rutita” va a consistir en ir hasta Torrecilla por la calzada romana y volver por Peña el cura, ni mas ni menos. Sin tiempo para asimilarlo, con mi cansancio de playa, vuelta y vuelta, chiringuito, paella y fidegua, arrancamos la ruta. No sin la preceptiva queja de Pepón a Vitin por desvelar tan preciada información de por dónde va a discurrir la ruta, pero vamos a ver, ¡que esto no es la KGB!
Vuelta a vuelta al pedal, íbamos comentando las anécdotas de la semana y curva a curva y recta a recta de la ya más que conocida calzada romana llegamos a la altura de Islallana. Pepón, único valiente con motor de caparrón, subió hasta aquí haciendo la goma, se quedaba unos metros por detrás de nosotros, pero cuando lo esperábamos nos decía: “Vamos, vamos” y luego se volvía a quedar, espero no le sacásemos mucho los ojos, pero bueno, seguro el entreno le vino bien por si se anima a intentar batir el record de la hora.
Al llegar a Viguera el astro pintaba algo feo, con tormentas no muy lejanas y alguna gota que se escapaba, asi que pensé que igual no era mala idea cambiar la ruta y hacer algo mas corto que de paso aliviaría mi cuerpo de turista despistado y resacoso. Con todo el propósito, lancé alguna indirecta a ver si germinaba, pero la determinación del grupo era firme y se quedó en nada. Para colmo, en una conversación que iniciamos con una lugareña, nos dijo que el día estaba muy bueno, y si llovía, pues así crecíamos, a lo que Felix dijo rápidamente, pues vamos entonces.
Llegando a la altura del castillo de Viguera y después de la primera subida fuerte se me ocurrió cambiar de pantalla en el garmin y vi que me había comido el 40 % de la batería, tenía la asistencia muy alta de mi última ruta, así que no me quedó otra que cambiar la asistencia al mínimo y a ver si aguantaba.
A partir de aquí comenzaba la parte más bonita de la ruta y no hay nada que no cure una buena senda como esta. Al poco ni me acordaba de la batería, todos los problemas parecieron desaparecer, ya no había nada mas que yo, la bici, la senda, ¡viva el FLOW! Al conectar con la pista ya solo quedaba la ultima bajada hasta Torrecilla, y nos lanzamos para abajo.
En Torrecilla tocaba parada en la fuente alta de la población con ingesta solida para reponer todas las fuerzas posibles. Después de la foto en la fuente, ya enmarcada, mirando al sillín de la bici de Vitín, retomamos la marcha hacia Nestares.
El calor empezaba a hacer mella en nosotros y antes de empezar la senda de Peña el cura empecé a hacer memoria de la dureza de la misma. Puesto que Vitín no la conocía, estuve pensando en voz alta y le puse al corriente de lo peleona que era, con piedras y medias laderas que nos iban a exigir de toda nuestra pericia. Asi fue, hubo que pelearla, pero una vez más, por dura que sea, una senda siempre se disfruta.
Una vez terminada la senda con una bajada corta pero chula, conectamos con la pista del arroyo Solbes.
Después de bajar un par de kilómetros por el túnel de árboles que se forma en esta zona junto al rio, tomamos el desvío a la izquierda para comenzar el faldeo hasta Castañares de las Cuevas. En este tramo sufrimos para superar algún repecho aislado tipo “rock garden”, aunque especialmente lo sufrió Vitin en sus partes más nobles al besar el suelo no sin antes caparse con el sillín. Nos dolió a todos Vitín, especialmente a Pepón que se afanó en sacar el teléfono para retratar el momento. Después del susto y acomodar la zona afectada en el sillín para ver si se adaptaba bien, Vitín nos dio el visto bueno para retomar la ruta.
Una vez en Castañares y después de pasar por el puente romano, tomamos la senda junto al Iregua y llegamos de nuevo a la altura de Islallana, aunque esta vez en la otra dirección. Ya “solo”nos quedaba desandar todo el camino hasta Logroño que a estas alturas se me hizo algo pesado.
Ya en Logroño solo Vitín y Pepón terminaron la ruta como se merecía y le pusieron un buen final con dos huevos y algo más… los demás a casa con los quehaceres habituales pensando en la próxima salida.
Saludos, Joserra.
2 comentarios:
Muy buena crónica JoseRa, así da gusto.
Rutón de los bueno, no había hecho todavía Senda Cura y me pareció espectacular, dura y preciosa; merece mucho la pena aunque la ruta en sí es exigente.
Otra gran jornada, y van ...
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