A por “El Colorado” del Moncalvillo. -
06 de Junio de 2021
Distancia: 57 Km.
Desnivel Acumulado: 1227 mts.
IBPindex: 100
Crónica por Miguel Angel “Trankas”
Vitín, Iñigo, Israel, Jorge,
Dalmau, Javi, Diego, Miguel Angel, Pepe y Luis.
Domingo 6 de
junio del 2020 a las once de la noche, el Boss manda un mensaje de
multidifusión a todos los que salimos esta mañana pidiendo un voluntario para
la redacción de la ruta, a lo cual, yo respondo que si no sale nadie voluntario
que me la apunte, iluso de mí, en qué hora momento y lugar me presté voluntario,
al día siguiente recibo la contestación, “Te ha tocado a ti”, que si suponemos
que todos los participantes de la ruta se prestaron como voluntarios, hoy es mi
día de suerte, ya que me ha tocado la susodicha.
Delante
del ordenador me dispongo a relatar la ruta, pero no sé ni cómo empezar ni como
continuar, ni terminar, después de cinco minutos con la hoja de Word blanca,
solo interferida por un mosquito que se veía atraído por la luminosidad de la
pantalla, encuentro la manera de empezar la redacción…
Me
levanto y voy hacia la nevera y saco una lata de cerveza y una jarra que guardo
en el congelador y ya está, el mejor momento del día acaba de empezar, un
momento me faltan los cacahuetes, ahora sí que sí ya puedo empezar la crónica
de este domingo.
A
las ocho de la mañana y como en los viejos tiempos, pandemia aparte, vamos
agregándonos a la quedada y sin saber todavía que habían maquinado los almas
máter de la cuadrilla, cogemos dirección al pantano de La Grajera donde ya se
vislumbra la cierta normalidad que poco a poco se va introduciendo en nuestro
día a día porque ya van apareciendo poco a poco los peregrinos dispuestos a
realizar el Camino de Santiago.
Saliendo
de La Grajera y del término de Logroño nos encontramos con las obras de enlace
de las nuevas entradas a Logroño, lo que hace que tengamos que dar un pequeño
rodeo para enfilar el Camino de Santiago hacia Navarrete, más o menos ya había
llegado a mis oídos que íbamos a marchar hasta el Barranco del Colorado en las
faldas superiores del Moncalvillo, una ruta más que exigente, pero que tanto a
los de las eléctricas como a los de las bicicletas musculares no parece
afectarles nada, y eso que la ruta
elegida nos llevará por zonas de bastante desnivel y dificultad.
Después
de Navarrete nos dirigiremos dirección a las bodegas de Medrano a las que no llegaremos,
sino que nos desviamos hacia la derecha y así empezar con la primera pendiente
del día, el camino con piedras sueltas que subimos para atravesar la dehesa de
Hornos para llegar a propio pueblo de Hornos de Moncalvillo, salimos a la
carretera dirección Daroca pero a 200 metros nos metemos a la derecha por la
ermita del Cristo para atacar la dehesa de Sotés.
El
comandante de la expedición no manda parar en la ermita como hacíamos antaño,
así que seguimos nuestro pedaleo unos más fuertes que nunca y otros suplimos
esa generosidad de la naturaleza por la de nuestros motores eléctricos,
bienvenidos.
Llegamos
a la primera portilla de la ruta que, no sin dificultad, nos la abre Dalmau
siguiendo las instrucciones del resto del grupo, seguimos en ascenso hasta
encontrarnos con la pista que sube desde Sotés, apenas sin parar para recuperar
fuerzas, vamos por la pista en terreno favorable pero picando hacia arriba
hasta el paso canadiense que delimita los partidos municipales de Sotés con
Santa Coloma, y sin cruzar dicho paso nos desviamos hacia la izquierda para
encontrarnos dos importantes repechos en un camino con bastante barro pero sin
llegar a ser lo suficientemente pringoso como para ensuciar en exceso las
bicis, solo las ruedas que se irán embozando los tacos hasta que no traccionan
lo suficiente y tengamos que echar el pie al suelo, aunque la mayoría, sobre
todo eléctricos, lo hicieron con buenas dosis de equilibrio y coordinación.
Después
de estos dos buenos repechones, salimos a otra portilla que da a una bonita y
verde pradera, aquí sí que esperamos a que todos llegasen para cerrarla y
continuar con el periplo.
El
tiempo es fenomenal sol luminoso el cielo azul mezclado con la atmósfera súper
limpia y clara hace que las vistas fuesen espectaculares, seguimos por el
camino de la pradera hasta llegar a la carretera que sube a las antenas del
Moncalvillo.
Una
parada posterior que se convirtió en mínima ya que la idea de coger agua se
diluyó al no caer ni una sola gota de la fuente que se encuentra a pie de
carretera, por lo que proseguimos y antes de llegar a las primeras curvas cogeremos
el camino que sale por nuestra derecha para hacer la ascensión por el camino
que nosotros le damos el nombre de las Super-nenas, alguna explicación tendrá
ese sobrenombre el cuál desconozco, el camino más o menos empieza con ascenso
engañoso hasta llegar a una primera curva tipo paella con bastante piedra
suelta, para convertirse en un ascenso todavía un poco más duro hasta llegar a
otra curva para llevar una pendiente constante y considerable hasta asomarnos,
sin llegar, a la carretera la misma que dejamos un par de kilómetros atrás.
Aquí paramos y
esperamos a que todo el mundo termine este tramo, para así continuar con El
cortafuegos que tenemos de frente, ese cortafuegos lo tenemos entre ceja y
ceja, ya que es un verdadero reto subirlo sin echar el pie al suelo, no por su
pendiente, que no desmerece, sino por la cantidad de piedras y pedruscos sueltos
que lo conforman.
No sin
esfuerzo, llegamos otra vez a la carretera, la cruzamos para pasar por otra
cancela y entrar a la senda de la nevera de Daroca, que como es habitual, Javi
Bartolomé no había estado nunca, esta senda nos llevará hasta el cortafuegos que
nos llevaría a la torre de vigilancia, pero esta vez nos desviaremos al primer
cortafuegos que nos encontramos unos 50 metros antes a la torre.
Descendemos un
poco por dicho cortafuegos para hacer la parada del día, hemos llegado al punto
destino de la gran ruta, aquí abandonamos las bicis para andar unos metros hacia
el interior del monte, envueltos en un frondoso bosque aparece entre los
árboles algo enorme y de color rojizo, es el Barranco del Colorado,
impresionante falla del terreno, en la cual desaparece el manto vegetal del
bosque y queda a la luz la impresionante capa inferior de arcilla desnuda e inestable, todo un
barranco que ocupa una importante extensión en la cara norte del Moncalvillo
que le da al monte su seña de identidad.
Volvemos sobre
nuestros pasos al encuentro de las monturas para proseguir con la ruta, ya de
regreso hacia casa, seguiremos por el cortafuegos en continuo descenso,
haciéndose éste en algunos tramos impracticables para seguir montados por lo
que tuvimos que marchar con las bicis en la mano.
En un punto
del descenso quedamos a la espera, creo, que de Dieguito y de Jorge que bajaron
por otro descenso para hacernos la foto de grupo y seguir bajando, paralelos al
torrente que sale del Barranco del Colorado, el torrente no suele llevar casi
agua, por lo menos en las ocasiones que lo hemos visitado, pero forma unas
paredes excavadas en el terreno a ambos lados que hace que para cruzarlo lo
tengamos que hacer descabalgados.
Una vez que vamos
avanzando en continuo descenso la senda se convierte en camino para dejarnos en
la plaza de Daroca, en este punto se nos une nuestro amigo Jero, que debido a
la mala noche que le dan los hijos no pudo salir a la hora, así que fue a
nuestro encuentro.
En Daroca
comemos un poco, cogemos agua y nos vamos veloces hasta Medrano, de ahí a
Entrena, un poco antes de alcanzar la cuesta de las vacas Jero tiene algún
problema mecánico, la cabeza de un radio le ha dicho que no aguanta más y se ha
partido, los mecánicos del grupo despojan a la rueda del insumiso radio para
proseguir el veloz regreso a casa.
Bajamos la
cuesta de las vacas para posteriormente atravesar Lardeo y ya estamos en la
ciudad, unos irán directos a casa y otros harán un alto para reponer fuerzas y
comentar los pormenores de la gran etapa del día.
La ruta de hoy
ha sido muy exigente como así lo demuestran los más de 1200 metros de desnivel
acumulado, no en vano, por mi parte iba muy bien preparado con una moderna
e-bike que me había prestado mi mecánico de confianza, ya que, de otro modo no
sé cómo lo hubiera hecho, queda claro que en el monte no me iba a quedar.
Un Saludo a
todos los que conformamos esta gran familia, y ya sabéis, BBTeros somos y en el
camino nos encontraremos.
Ah por cierto
al terminar la crónica solo hay latas de cerveza vacías esparramadas por ahí y
un montón de cáscaras de cacahuete, madre mía ahora a recoger.
5 comentarios:
Buena crónica Miguelón, después de tantas rutas atravesando Moncalvillo es la primera vez que nos acercamos a ver el barranco del colorao y la verdad que ha merecido la pena.
Te has lucido Trankas, buena crónica si señor!!!
Hicimos una ruta dura tanto de subida como en el descenso pero al menos una vez cada par de años se puede hacer.
El barranco es majestuoso, digno de ver.
Bueno lo dicho, enhorabuena por tu relato Miguelon.
Otro gran día, y van...
Miguelon, buena crónica te has tirado. Menuda emboscada que os preparo el gran Pepon, jejeje.
Salud y esperanza,
Barrancas.
Disfruté la ruta tanto como la crónica. Tan bueno con la pluma y con la cámara.Pepón no deja de sorprendernos con su vasto conocimiento. Duro de dejarse ver de cerca ese emblemático Colorao. Otra gran ruta.
Seguro que sólo te tomaste una cerveza mientras escribías la crónica? Lo digo porque me has apabullado con tal profusión de detalles y descripciones de la ruta. No te has dejado ni una portilla por abrir o cerrar, ni una curva del camino por describir.
Gracias a tu crónica, me acordaré mejor de esta ruta, en la que no he estado, que de otras en la que sí he estado.
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