29 enero, 2020

San Marcos UP - Aspero UP - senda corrales (8 Ciclistas)




Sendas p’arriba y p’abajo


5 de enero de 2020
Distancia:  60km
Desnivel acumulado:  884m
IBPindex: 89




Crónica por Fran



Con la misma ilusión que los niños transitaban ya a esa hora por la calle camino del campo de fútbol para recibir a los Reyes Magos, me dirijo yo al punto habitual de quedada con la certeza de que siempre habrá alguien en la gasolinera para compartir la ruta dominical con los amigos.

Allí estaban Toño, Víctor, Javi Bartolo, Israel y los hermanos Martinez: Iñigo y Luis, bien resguardados porque la mañana estaba muy fresquita, según los termómetros -2º.


Aunque ya es la hora, esperamos unos minutillos por si viene algún rezagado porque es extraño que seamos tan pocos. Enseguida aparece Fernando Alcalá, tan campante y sonriente como siempre, y si hará frío, que viene con la cazadora de invierno.

-Fernando: Buenos días!!
-Víctor: Y, el casco?
-Fernando: Ostia!!, me lo he dejado…
-Víctor: Pero, como no te puedes dar cuenta que vas sin casco!! Después de cruzarte todo Logroño..
-Fernando: No sé..
-Víctor: Coge mi bici y vete a por el casco que ya nos cogerás, vamos a ir hacia Viguera…

Tras un cursillo express de cómo pilotar la “e”, sale raudo y veloz a por el casco, mientras nos preparamos para salir, llega Israel conecta todos sus gadgets tecnológicos y ahora sí, nos ponemos en marcha por el camino viejo de Alberite, a ritmo tranquilo para dar tiempo a que Fernando nos coja.


Para no perder las costumbres del año anterior, los chicos de Rioja Sport nos adelantan, aunque solo van dos, van a buen ritmo, intercambio de saludos y buenos deseos para la mañana.
Nosotros seguimos dirección a la zona de Viguera donde, según el wasap de la cúpula, íbamos a hacer “sendas p’arriba y p’abajo”.

Como llevamos ritmo caribeño, vamos observando como las fincas por donde discurre el camino están cubiertas de un manto blanco que no tengo claro si será cencellada, escarcha o una helada de la ostia, pero hacen que la sensación térmica sea más baja de lo que marca el termómetro y hasta que no lleguemos a cotas altas no tiene pinta de que vayamos a ver el sol.
Antes de llegar a Albelda nos da caza Fernando que viene en modo “turbo” a toda leche disfrutando de las virtudes de las “e”.
Debido a la baja médica de Pepón y las calabazas con que últimamente nos obsequia Dieguito, Víctor es el único miembro de la cúpula presente y hemos conseguido sacarle, muy a su pesar, que la intención es subir la senda de San Marcos, la del Áspero, subir a Peña Saida y bajar Senda Bonita.

Los accesos a la ermita de San Marcos, entre las escaleras y la valla para el ganado, hacen casi infranqueable el paso con las bicis, sobre todo con las más pesadas y montamos un numerito digno de haberse grabado en vídeo pero con el frío que allí hacía, nadie se quitó los guantes para sacar la cámara.


Una vez al otro lado, enfilamos la senda hacia arriba con un terreno duro por la helada pero donde el agarre era perfecto, no sé si alguno fue capaz de subirla toda montado porque me quedé atrás con Iñigo dejando espacio entre nosotros, pero el tramo de las piedras es mucho más fácil bajarlo que subirlo.



Desde el collado al que se sube, ya se divisa un sendero llano al principio, un poco descendente después y al final una subidita que nos va a dejar en la senda que baja a la carretera de las canteras de Viguera, nuestro siguiente punto de destino.


Subimos cada uno a su trán-trán y nos reagrupamos arriba para ir juntos y no equivocarnos al coger el inicio de la siguiente senda, la del Áspero, una bonita senda entre pinos tanto para bajarla como en nuestro caso hoy, hacerla de subida.



Tras culminar la subida, llegamos a una pradera llena de vacas y sus residuos donde, por fin vemos el sol!!
Con estos rayitos de sol y el calentón que llevamos tras la subida, aprovechamos a recargar un poco los termostatos mientras comemos algo y nos hacemos unas fotillos.



Tanto nos ha gustado esta última subida, que hay quien osa proponer saltarnos el track y bajar por el mismo sitio y, aunque parezca mentira y quizá porque el país entero estaba sumido en una sesión de investidura, hacemos una votación y acordamos casi por unanimidad cambiar el final de ruta establecido y bajar por una senda que va más o menos paralela a la que hemos subido, la senda de Miraflores o de los Corrales creo que se llamaba, con un comienzo muy marcado y muy chulo hasta llegar a una bifurcación donde no sabemos si ir por arriba o por abajo, decidimos seguir por arriba no con demasiada convicción, hasta que llega Israel y dice ”yo creo que es por la de abajo”, entonces ya no hay duda, nos vamos por la de arriba…

Cuando ya hemos rodado un tramo, Toño me dice que no le suenan nada esos parajes y cree que nos hemos equivocado, duda que se despeja cuando llegamos a una bajada llena de piedras que bajamos como buenamente podemos y donde Víctor nos deleita con un 180º dejando la bici apoyada sobre manillar y sillín, no hay foto pero doy fe que así fue.


Al final llegamos otra vez a la cantera y decidimos atravesar la cutre-vaquería que hay para volver a la senda de San Marcos y hacerla esta vez de bajada. Cruzamos una mezcla de moñigas y barro y bajamos una larga cuesta con terreno un tanto resbaladizo y embarrado hasta el desvío que tenemos que coger para ir hacia la ermita. Esperamos a reagruparnos y arranque a toda leche, todos menos yo, se me ha salido la cadena y me quedo allí clavado mientras veo como se alejan mis compañeros.


Con la esperanza de que se den cuenta de mi falta, me dedico a quitar los plastones de barro y más que tenía en los piñones y en el plato para intentar colocar la cadena en su sitio, tras varios intentos infructuosos y algún otro percance debido a mi pericia, veo a lo lejos el casco naranja de Isra que se acerca, no es que sea un prodigio de la mecánica pero por lo menos conversación no me va a faltar y nos podremos hacer algún selfie, con él viene también Luis y mientras intentamos meter la cadena en el plato sin conseguir el objetivo, Isra se da cuenta de que también está salida de las roldanas del cambio, así que gracias a su perspicacia solventamos el problema y en marcha a juntarnos con el resto.


Subimos otra vez al collado donde hemos estado por la mañana, subida que aprovecho para revolcarme por el suelo y de esta creo que sí hay foto, y a bajar la senda de la ermita, otra vez a cruzar el laberinto de vayas y por la vía del Iregua volver a Logroño y dar por terminada la ruta con la rutina habitual de huevos con jamón y más, para no perder las buenas costumbres.


Una ruta que puede entrar a formar parte del Gran Libro de las Rutas o no, pero mucho mejor hacerla en verano porque es realmente fresquita.
Y más o menos esto fue lo que pasó.

Saludos y tal



1 comentario:

Luis dijo...

Fran, eres un virtuoso con la bici y con la pluma. Me parto de risa leyendo tu crónica. Escribes como hablas, con ese humor socarrón que te caracteriza. Qué buena mañana pasamos...lo siento por los que se la perdieron