8 de septiembre de 2019
Distancia: 50km
Desnivel acumulado:
1213mt
IBPindex: 94
Crónica by Fran.
Este domingo el grupo
estaba como el corazón de Alejandro Sanz; “partío”, una representación se iba a
Nieva para hacer la prueba allí organizada mientras que otros nos quedábamos en
Logroño con la esperanza de que alguien hubiese en la gasolinera…así que cuando
a media tarde del sábado y después de unas pintas (según dijo él), Pepón mandó
al wasap la convocatoria oficial, pudimos respirar más tranquilos, alguien
habría en la gasolinera.
Como era de prever no
nos juntamos muchos “eslabones”, que diría el “negro” de Javi, solamente dos
pulmonares y cuatro uves: Pepón, Mikael, Ricardo, Javi, Félix y Fran.
Mientras la espera de
cortesía por si aparece algún retardado, preguntamos al único miembro de la
cúpula y a la vez organizador de la ruta que donde íbamos a ir, a lo que
rápidamente y sin titubear contestó: “Al monte!!”.
Mikael insistió un
poco más porque quería volver pronto a casa para atender sus quehaceres
familiares y así supimos que íbamos a ir por la zona de Albelda y la ruta era
inédita.
Con esa información y
siguiendo los pasos de nuestro guía, nos ponemos en marcha por el camino viejo
de Alberite, muy concurrido de cuadrillas de muchachas y muchachos que volvían
de las fiestas de esa localidad.
Pasamos por la senda
del Iregua y por la Vía Verde hasta Albelda donde nada más pasar el pueblo
comenzamos a subir por el camino entre viñas que está junto a la bodega del
cofrade.
Subimos todos juntos y
en un cruce de caminos, giramos a la derecha para ir a buscar una senda que
nunca la hemos hecho de subida. La entrada estaba un poco cerrada por las matas
por lo que el guía se pasa y acabamos en una viña, media vuelta y a buscar la
entrada con más atención. Ahí estaba, justo donde nos había parecido al pasar,
la cogemos en fila de uno y Javi dice no se qué de las tripas y se va a parar
para marcar el inicio de la senda, que vayamos tirando que enseguida nos coge.
Como se nota que este hombre ha nacido y se ha criado entre vehículos de dos
ruedas, nos fue pasando uno a uno para llegar hasta arriba sin despeinarse a
100ppm.
La senda, que creo
que se llama el barranco de la Boquera, empieza ligeramente hacia arriba
cubierta de hierba para ir convirtiéndose en una fuerte subida cubierta de
piedras que poco a poco y cada uno como puede, vamos subiendo y subiendo y
subiendo hasta salir al Cerro Valmayor donde hay un poste que indica varias
direcciones. Mientras esperamos a estar todos arriba, aprovechamos para hacernos
unas fotos y admirar el paisaje.
Ahora tenemos que ir
hasta el helipuerto así que comenzamos a bajar hasta un cruce que va hacia
Clavijo donde se despide Mikael y nosotros seguimos subiendo hasta la portilla
que conduce al helipuerto, paramos para comer un poco y coger aire, poco tiempo
porque según Pepón, que se ha quedado como único representante de las antiguas
bicicletas, la ruta es de 90 km., queda mucho y hay que llegar a almorzar,
aprovecha para meternos alguna pullita de si tendremos suficiente batería y
cosas de esas…, no dijimos nada pero seguro que todos lo pensamos y algo nos
notaría en la cara que comenzó a carcajearse y decir que ya era todo favorable
y si no que pedaleásemos que el llevaba toda la mañana pedaleando. Este tiene
más aguante que cualquier batería del mercado.
La siguiente parada
será Leza, bajando por la Petaca, así que nos abrigamos y bajada rápida primero
por la pradera que nos ofrecía una preciosa estampa llena de florecillas
moradas que según los entendidos en botánica son las que anuncian el final del
verano y por eso comúnmente las llaman “espantapastores” o “quitameriendas”
pero su nombre científico es “Merendera bulbocodium”, o eso dice Google.
Una vez en Leza,
entramos en el pueblo por el puente San Martin y paramos enfrente en una zona
de recreo a coger agua y ver el vandalismo que han sufrido los bancos y mesas
que hay allí.
Cruzamos por el
pueblo para ir por la Ruta de las Ermitas, perteneciente a la Red de Anillos Ciclo-Montañeros
en la Reserva de la Biosfera de La Rioja, un camino asfaltado paralelo al río
Leza por el que descendemos hasta el Puente Laidiez que marca la frontera con
Ribafrecha.
Estrenamos la senda
que discurre paralela al río que la han transformado en un paseo encementado
que nos deja en un plisplás en Ribafrecha para seguir hacia Alberite por los
monótonos caminos por todos conocidos. Casi llegando a Alberite nos sorprende un
rebaño de vacas pastando los hierbajos de los laterales del camino como si
estuviesen en Moncalvillo, será por el cambio climático o estaban segando con
agricultura sostenible…
Ya de vuelta otra vez
por el camino viejo de Alberite y como agradecimiento a tan magnífica ruta con
la que nos obsequió y guió, dejamos que Pepón esprinte en el puente de la
autopista y corone en primera posición.
Y para culminar esta
espléndida mañana, nos fuimos los cinco a almorzar donde se nos unió Jorge Muro
que no había ido ni a Nieva ni a la salida oficial y allí estuvimos contando
historias y demás hasta que se acabó “El Afilador”.
Esto es todo para una
inédita ruta que puede entrar a formar parte del Gran Libro de las Rutas.
4 comentarios:
Fran aunque te costó hacerla, al menos está bien, pero no llegas a la excelencia del maestro Javier Bartolomeu.
Buena ruta con una subida (la Boquera) que es durísima aunque veo que de 6, 4 la subisteis montados hasta el final, por lo que no será para tanto.
Pobre Pepe llegaría al bar lleno de calambres, espasmos y con los pelos erizados, tanta electricidad a tu alrededor no puede ser buena.
Otra ruta para el "gran libro" y van.....
Muy bien descrita la ruta, por lo que no tengo nada más que añadir, Fran.
Otra gran mañana de mtb.
Salud y esperanza,
Barrancas.
Muy buena crónica Fran, con chispa y gracejo, como debe de ser, ahora da gusto verte pulular por estos caminos de Dios sin la necesidad de tener que usar la repetidísima coletilla de "Faltafrán". Muchas cosas están cambiando en todos los sentidos. En esta ruta y en la anterior me he visto muy solo y rodeado de fenómenos motorizados, ya no se si ando mucho o poco...siempre voy el último. Pasamos una mañana genial culminada por un gran almuerzo hasta al que incluso se quedo Félix y se añadió Jorge el cual nos aventuró el día anterior que nos iba a acompañar en la ruta, bueno está visto donde nos hizo compañía el tragonazo.
Otra gran jornada y van...
!Ahh¡ se me olvidaba. A Ricardo le encantó la subida y para el martes ya se fue a repetirla aunque esta vez cuesta abajo...como anda el tío, que facultades.
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