17 de febrero de 2019
Distancia: 61km
Desnivel acumulado: 1102mt
IBPindex: 84
Crónica por Tate.
Me llena de orgullo y satisfacción el realizar esta crónica,
ya que hacía cuatro meses que no acudía a una salida del grupo y, la verdad,
tenía ganas. La falta de salud, la pereza y demás ha hecho que abandonara las
salidas dominicales.
La llegada a las
ocho a las Gaunas, el saludo a todos los colegas cómo es de rigor y la temida
llegada de David son habituales para algunos, pero esta vez el otorgador de
crónicas no tuvo tan siquiera ni que mirar el móvil para endiñarme la crónica.
La mañana muy fría y aún a pesar de ello catorce ciclistas
acudimos a la cita Diego “buitre”, Dieguito, Felix, David, Ricardo, Toño, Javi,
Tate, Iñaki, Fran, Daniel, Santi, Igor y Vitín.
Ricardo se unio en el abrevadero de Moncalvillo.
Enfilamos hacia
Alberite y Viguera y aunque luce un sol esplendido el frío es intenso en torno
a -2ºC.
Hacemos la senda del pescador y cruzamos el puente para acceder hasta
Castañares.
El frío se nos pasa rápido al comenzar la cuesta de la regadera,
Víctor y Javi no estaban muy finos y fuimos los tres juntos hasta llegar al
inicio de la senda de la Regadera.
Frank, David y yo decidimos seguir por el
camino y el resto de valientes tomaron la senda hasta el cruce con el camino
que viene de Sorzano.
Algunos tramos nevados en las curvas nos hicieron
descabalgar pero llegamos al abrevadero sin novedad dónde encontramos al trasnochador
de Ricardo que había disfrutado de los bailables la noche anterior.
Continuamos ascendiendo hasta la llegada al refugio, donde
nos reagrupamos y hacemos la foto de grupo.
La senda de las neveras nos espera.
A partir de aquí los “descenders” tomaron la iniciativa hasta reagruparnos de
nuevo en el cruce de la pista.
Segundo tramo de la senda hasta el enlace con la
senda del molinero con un nuevo reagrupamiento; cada cual baja a su ritmo.
El
acceso a Sojuela lo hicimos por la pista en la que hay varios pinos caídos.
A
partir de aquí yo tomé las de Villadiego para bajar pitando a Logroño que tenía
que organizar una comida familiar.
Preciosa ruta y encantador reencuentro con los amigos.
5 comentarios:
La crónica está bien redactada, aunque la podríamos denominar "mini-crónica".
Una ruta muy bonita donde, la regadera y la subida hasta llegar a ella nos sorprendió con unas cuantas cascadas debido al exceso de agua y la suciedad interior. Nos mojamos un poco los pies en ella, pero alguno antes de llegar al puente romano de Viguera ya se había "bañado" entero, no sé cómo aguantó toda la ruta, pero estos de Nieva son muuuuy duros.
Algunos acabamos, como de costumbre, almorzando en el Nebraska, todo un lujo.
Una gran ruta que disfrute solo en parte. Asuntos" personales" lo impidieron. Tate te estas acomodando, lo sabes hacer mejor.
Salud y esperanza,
Barrancas.
Tate, me alegra tu vuelta a las andanzas pero esta crónica tiene menos chicha que esos escuálidos alambres que te permiten permanecer de pie y pedalear y que tú denominas piernas.
La ruta preciosa (por la regadera y las neveras) y exgiente (por la subida a la regadera desde castañares y por el frío que nos hizo hasta llegar allí).
Diego El Buitre no es que se bañara es que hizo el bautismo OR por inmersión!!! Menos mal que la caida fue justo antes de empezar a subir y a gozar del sol que sino ahí se nos queda el pobre.
Otra gran mañana.
Joer Tate, tienes que estar agotado. Se te perdona el exceso de celo por los almuerzos grajeros
tate directo al grano sin mas.. pero la calidad es lo que cuenta. si es verdad que no se puede dejar de contar el bautismo de Diego en el iregua helado, ni tampoco mi caida de tontolava en la cuesta de las vacas ya llegando a logrono, que rompi el casco y gracias a el no quede mas loco de lo que ya soy....
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