21 de octubre de 2018
Distancia: 47km
Desnivel acumulado: 844mt
IBPindex: 62
Crónica
por Miguel “Cuñao”
Edu"ayuntamiento", Lolo, Jero, Roberto "Montemediano", Fer, Miguel "cuñao", Fran, Dieguito, Pepón, Santi "E", Iñaki, Israel, Josema, Igor San Juan, David "Ayuntamiento", Toño, Jorge, Luis, Javi, Saul y Vitín.
Por fin hoy se alinean los astros para hacer una salida oficial dominguera. Me acerco a la gasolinera donde los mas madrugadores ya están calentando con un cafelito. Hacía tiempo que no salía los domingos y veo que la vieja tradición del pasamanos la ha cortado de raíz Pepón otorgando a todo el que lo desea un recibimiento cual oso amoroso con besitos y carantoñas.
Salimos con un buen fresquete
mañanero pero con el cielo despejado en dirección
a La Grajera por donde pasamos tranquilamente hasta llegar a la subida de la viña
donde se empieza a hacer la selección natural en el grupo y nos
pegamos el primer calentón de la mañana.
Nos adentramos en una zona de niebla hasta pasar Navarrete donde cogemos un
camino que transcurre entre viñas y que nos dejara en Hornos
de Moncalvillo donde hacemos el primer repostaje junto a la ermita. En este
punto nos abandonan Roberto, Jorge y David que vuelven hacia Logroño.
El resto continuamos la ruta
y a partir de aquí cogemos una pista en subida con algún
tramo complicado que nos obliga a echar pie debido a los pedrolos y a que alguno
prepara un tapón del quince.
Salimos a la pista que rodea la
dehesa de Sotes y tras rodar un tramo por ella nos reagrupamos para iniciar la
subida mas complicada del día debido al desnivel y al
estado del terreno.
Aquí Javi se baja de su bici
prestada porque dice que pesa mucho y le va lastrando, pero tras comparar con
otras monturas parece convencerse de que el problema no es la bici sino el
mismo que no puede con sus cataplines.
Hoy no esta tan mal la subida y tras la
primera parte que es la peor, creo que todos subimos, cada uno a nuestro ritmo,
pero sin descabalgar. Llegamos al último tramo de este camino
donde disfrutamos de unas vistas espectaculares de toda la ladera de
Moncalvillo hasta salir a la carretera que sube a las antenas a la altura de la
fuente, donde hacemos el ultimo avituallamiento.
Cruzamos la portilla y
enfilamos un rápido descenso entre la vegetación
hasta salir a las praderas de Daroca. Aquí
nos reagrupamos y atravesamos las verdes praderas hasta la pista que nos dejara
encima de Daroca.
De aquí bajamos por los caminos
habituales y mas rápidos pasando por Medrano y Entrena. El último
tramo complicado es la ya habitual senda quemada que se realiza sin sobresaltos
y de aquí a Lardero donde me despido de la cuadrilla que
hoy tiene como anfitrión a Luis que según
me cuentan los corresponsales preparo un gran festival.
Pues esto es todo. Como
siempre una bonita ruta, rápida por haber almuerzo y con
la mejor compañía como siempre.
5 comentarios:
Crónica pasable y entregada a tiempo, el problema es que llevamos retraso y se van acumulando las publicaciones.
Pasamos una mañana excelente, un poco de niebla antes de llegar a Hornos, pero después un día espectacular. La senda que comunica la Dehesa de Hornos y la pista que lleva a la carretera de Moncalvillo estaba (al menos para los primeros que pasaron) en perfectas condiciones para poder subirla sin descabalgar, me cuentan que el Portento la hizo silbando, como ha mejorado este chaval.
El almuerzo fue muy bueno, no sobró nada, estaba todo para chuparse los dedos, ensaladilla, tortilla de Winnie, pimientillos etc etc, a la hora de sacar los licores anduvo listo, ya que tiene una botella de licor de manzana que la llevamos viendo media docena de años y al final consiguió que se rebajase hasta la mitad, parecía que estaba buena si no que lo diga Israel.
Buena crónica Miguel siempre es un placer compartir ruta contigo un abrazo
Muy bien Miguel!!! Eres un tío serio y responsable, de los pocos que quedan ya en esta cuadrilla de descerebrados informales. Yo creo, contrariamente a lo que se venía pensando en este grupo, que entre tú y Miguel Ángel, el cuñado es Trancas.
Gran mañana de ciclismo, en la que visitamos de nuevo la pradera de Daroca que, últimamente, es como el salón de nuestra casa. El ritmo fue alto pero no debido a la sagacidad de los de adelante sino a las prisas por llegar al convite de Luis I. De todos es sabido que sino consigues llegar a su castillo antes de las 12 tu carroza se convierte en calabaza y los caballos que tiran de ella en grises ratoncillos.
Gracias Luis por el convite, espléndidamente preparado por tu señora, aunque en esta ocasión hemos echado en falta el mágnifico bizcocho de tu hija y un poco más de ceregumil para que el retorno a nuestra morada fuera menos duro.
Buena crónica Miguel. La ruta fue rápida y divertida con un tiempo estupendo. Luis nos hizo sudar a la vuelta amenazando con dejarnos fuera si llegábamos tarde para que así pudiéramos apreciar como sufre él siempre que se acerca la hora de volver al redil. Te prometo Luis que la botella de Grand Pommier el próximo año no sobrevive, aunque esta vez casi acaba ella conmigo en el duelo personal que disputamos.
Gracias Miguel por la crónica. Otro gran agradecimiento a Luis 1º el Grande por su enorme invitación. Mientras él estaba en la ruta, su mujer y su hija le hacían la ensaladilla y las tortillas. ¡Cómo se lo montan algunos! Para el apartado de licores, me quedo sin palabras, el buqué de ese licor de melocotó, adquirido tras largos años en bodega, aún lo tengo en el paladar.
Publicar un comentario