9 de junio de 2018
Distancia: 117km
Desnivel acumulado: 3762mt
IBPindex: 279
Israel, David Pe, Alvaro, Dieguito, Ana, Igor Sanjuan, Tomy Maquina y Valero
El día se intuye largo, muy, muy largo, habíamos quedado en el cementerio de Logroño a las 5.15h de la madrugada, tras hacerme camino entre todos los viandantes de esas horas un día de fiesta con unos grados de alcohol en el cuerpo, llego al Campo Santo con mi vehículo, bajo la ventanilla y me cae el peso de la Ley, te toca hacer la crónica y digo yo…. “y qué voy a poner?” “Pues sensaciones!!!” Me digo a mi misma….
El día se intuye largo, muy, muy largo, habíamos quedado en el cementerio de Logroño a las 5.15h de la madrugada, tras hacerme camino entre todos los viandantes de esas horas un día de fiesta con unos grados de alcohol en el cuerpo, llego al Campo Santo con mi vehículo, bajo la ventanilla y me cae el peso de la Ley, te toca hacer la crónica y digo yo…. “y qué voy a poner?” “Pues sensaciones!!!” Me digo a mi misma….
Nos dan el banderazo de salida, a las 7,00h de la mañana, empezamos
subiendo al Ioar, así a puerta Gayola, sin tiempo a asimilar, sin calentar, sin
pensarlo, los primeros 1000m aproximadamente de desnivel en menos de 10km y con
el desayuno todavía en el estómago.
A mis compañeros los había visto pasar como misiles,
Dieguito y Alvarito, a David, lo iba viendo de lejos, pero, como no, rodando
levantado en la bicicleta, no tengo ni idea como es capaz de hacerlo, es impresionante!!!
Una vez que llegamos arriba, comienza un bonito cresteo, con
unas vistas espectaculares allí donde mires, bueno la verdad es que no puedes
perder mucho rato la vista del sendero, dado su complejidad técnica, con
momentos rápidos, otros exigentes de subida, muchos exigentes de bajada.
De ahí, seguimos camino hasta llegar a la bajada imposible,
y cuando digo imposible, es que no era apta ni tan siquiera para bajar a pie,
pues el terreno era resbaladizo y criminal en el que te encontrabas lo mismo
piedras mojadas, barro y lo peor de todo, raíces que hacían las veces del
hielo, casi intratable hasta a pie y con la bicicleta en la mano que hacía de
apoyo…
Al llegar al primer avituallamiento, me dicen, que iba la
primera.
“Se os han escapado dos, por lo menos que van por delante,
sólo que son unas bestias pardas y ni habrán parado” Les digo yo.
Sin perder demasiado tiempo, dado que todavía estábamos
frescos pues tan sólo habíamos hecho 27 Km, seguimos carretera y manta y
volvemos de nuevo a Santa Cruz de Campezo, de ahí, entre bosques y parcelarias
varias que nos encaminan hasta Santa Teodosia, el segundo avituallamiento,
donde me encuentro con mis compis Alvarito y Dieguito, que por sus palabras
intuyo que a partir de aquí vamos a ir todos juntos, biiiiiieeeeeennnn!!!!
La subida de Santa Teodosia, después del avituallamiento, me
recuerda a Cuesta Madrid, pero lo peor no fue eso, lo peor fue una vez que
entramos en el bosque llenito de barro y muy difícil de negociar, ya cansaditos
con los kilómetros y horas encima de la bicicleta, estos pasos se atragantaban
bastante.
Todavía nos quedaba un paredón importante, bien denominado
“El Muro” dos kilómetros de subida, sólo decir que el suelo estaba hormigonado,
lo digo todo, nunca te fíes de una subida hormigonada.
Desde ahí fuimos a la bajada del Vallado, que me resultó
familiar, pues ya en otra ocasión me había tocado disfrutar de ella, bajada
vertiginosa en rapidez, pero sin calificativos para definir la belleza de la
misma, pero a su vez muy segura, por su fabuloso peraltado.
Agradecer a Alvarito, que hacía de Don Quijote, luchando con
los Molinos de Viento, bueno, mejor dicho contra el viento y allí estábamos
Dieguito y yo que entre los dos sumábamos un Sancho Panza, se nos ponía delante
en los llaneos o falsos llaneos, increíble pero parecía que nos estaban
empujando por detrás…
No contento con eso, a cada rato nos iba diciendo, venga
ahora beber y comer, comentario que nosotros en ningún momento poníamos en duda
y comíamos y bebíamos…
En resumen después de kilómetros y kilómetros donde podíamos
observar la belleza de los diferentes paisajes que nos íbamos encontrando tanto
al subir una montaña por un precioso sendero que nos conducía a la cumbre, como
a la hora del descenso por barrancos y valles, completamente diferentes entre
ellos, pero que nos hacían disfrutar de unas bajadas trepidantes, en velocidad,
pero a su vez seguras e interminables, de esas que cuando el descenso llega a
su fin, tienes una sonrisa en la cara de oreja a oreja.
La misma sonrisa se queda en la carita, cuando pasas la
línea de meta, tras 9.09 horas de bicicleta y que hace sentirte satisfecho por
haber terminado una de las pruebas más duras que hay en el calendario el Eusko
Bike Challenge 4.0.
CLASIFICACIÓN
3ª ANA CALLEJA: 9:09
149 DIEGO MONASTERIO: 9:09
151 ALVARO PEÑA: 9:09
189 TOMAS PEÑARANDA: 9:47
298 IGOR SANJUAN: 10:47
334 ANTONIO VALERO: 11:18
365 ISRAEL DE LA PEÑA: 12:21
DAVID ABIZANDA: Retirado haciendo la corta
12 comentarios:
Muy, muy buena crónica Ana, da gusto leer estas crónicas.
Ante la discusión del otro día sobre si David se retiró o no, según la crónica sí, se retiró por la zona de la corta o atajó.
Ahí os faltó un Toño haciendo patinetas, seguro que en eso no hubiese fallado.
A ver Israel no hagas esas rutas que nos haces sufrir a todos, siguiéndote tramo a tramo para ver si teníamos que mandar a Jero a rescatarte.
Buena crónica Ana.Leyéndola dan ganas de apuntarse. Tal vez me lo piense para el año que viene.
Gran crónica Ana!!! No podía ser de otra forma porque si la crónica, como dices, iba a ser de "sensaciones" las tuyas este año son inmejorables. Como está la niña!!! Que lo rompes!!!
Felicitaciones a todos los euskobikers que terminaron la prueba, solo acabarla es un logro.
Lamentar la triste retirada de nuestro flamante Señor Mayor con dos RBRs en sus piernas.
Que pena!!!
Muy buena crónica Ana haces notar lo mucho que disfrutas ciclando por esos montes.
La ruta muy bonita pero durísima no la recomiendo si no estas bien en forma. A mí no me ha merecido la pena más de 12 horas con dolor de riñones en cada subida terminándola sólo por cabezonería, ya veremos si vuelvo.
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