25 de junio de 2017
Distancia: 44km
Desnivel acumulado: 1495mt
IBPindex: 129
Crónica por Israel
Edu “Ayuntamiento”, Josu, Javi, Tate,
Iker, Fer, Dieguito, Israel, Santi Alonso, David, Luis, Toño, Vitin y Victor LLop.
Hoy que me dispongo a escribir la
presente crónica me entero de que se ha cancelado la cronoescalada al
Molcalvillo por falta de inscritos a quince días de la prueba.
¡¡Que poca fe!!
Las cuatro rutas que ya he preparado en
Ezcaray durante estos últimos años he tenido que aguantar el tipo y no
cancelarla con solo dos o tres apuntados a escasas 48 horas de realizarla.
Finalmente una vez más, ha sido un “sexito” de público con 16 ciclistas
dispuestos a todo, sobre todo a madrugar. No puedo más que agradecer aquí el
apoyo incondicional e implicación de la cúpula y fuerzas vivas de este gran
grupo en mi modesto proyecto de jornada ciclista, sin ellos no hubiera sido
posible.

Empezamos ruta dirigiéndonos a la plaza
del quiosco de Ezcaray con su oportuna fuente. Seguimos unos pocos metros por
el centro del pueblo para en breve empezar a subir por una callejuela a mano
derecha que pronto se convierte en senda en fuerte subida que nos deja en las
puertas del depósito de agua de Ezcaray allí donde estaba aparcado el coche de
Diego con su dron dispuesto. Seguimos la senda que empieza al costado del depósito
y que unos cientos de metros después nos terminará dejando en el inicio del
Camino de Herradura que une Ezcaray con sus aldeas hasta Posadas.
En esta primera senda antes del camino me
pongo en cabeza para guiar al grupo, tras un pequeño remonte siento que el grupo
no me sigue, paro volviendo la vista y me percato de extraños movimientos en
las zarzas y arbolitos en la senda. Tate que estos últimos meses no a ciclado
nada con el grupo, ocupado como estaba en tomar posesión de su feudo en la
Grajera donde todo el ejercicio que ha hecho ha sido pasearse en bici eléctrica
de asador en asador para presentarse como nuevo guarda y proceder a la cata de
cuanta vianda se asara en ellos, le han bastado estos pocos cientos de metros
para caerse como mínimo tres veces. Tal escándalo mañanero ha alertado de su
presencia en la sierra a la avifauna local que huía de él en nubes de
pajarillos en alocado piar y aterrados graznidos. Su fama de exterminador de
todo plumífero que se pone a su alcance seguro que a llegado hasta el último
nido del más recóndito bosque en los cuales se cuenta al caer el sol a sus
aterrados polluelos la leyenda de Tate la “catatombe” avícola.
Cogemos ahora el Camino de Herradura a
buen ritmo dirección Posadas en un rápido sube baja que nos acerca y aleja de
la orilla del Oja según le da por ahí al simpático camino. Pasamos el cruce de
Zaldierna y seguimos hasta cruzar la aldea de San Antón. Desde aquí el camino
en suave pendiente va cerrándose a la sombra de los muchos avellanos que nos
van flanqueando en un oscuro túnel de cuyo techo gotean dispersos rayos de sol
para iluminarnos, hora sí hora no, en una bella secuencia digna del mejor cine
de David Cronenberg (maestro del género de terror llamado “horror corporal”
que eliminando las fronteras entre lo mecánico y lo orgánico explora los miedos
humanos ante la transformación física, la deformidad y la infección).
Reunimos la tropa en Posadas y tras
aprovisionarnos de agua recorremos un breve tramo de unos pocos cientos de
metros de asfalto, el único que pisamos en toda la jornada, en mi intento de
evitarlo a toda costa no sea que provoque algún tipo de reacción alérgica entre
los más integristas “beteteros” del grupo. En un plis llegamos al inicio de la
subidita del día el antiguo camino a Barbadillo de Herreros que los locales
llaman subida del Pago San Juan. Algo más de once kilómetros que suben unos 920m
aunque acumulan gran parte de los mismos en sus primeros tremebundos
kilómetros. Como entremés para lo que nos espera por comer, la subida nos
ofrece un primer rampón de girlache de cemento y cantos rodados horneado a más
del 25% de inclinación que nos cuesta lo nuestro digerir. Tras superar el
escollo continuamos camino, yo me mantengo atrás solo concentrado en mantenerme
en lo posible encima de bici, sin pretender alardes en estos primeros duros
kilómetros que por experiencia se que si los intento subir fuerte me dejan mas
vacio que la panera de Vitín.
Los más fuertes encabezados por David
suben alegremente mientras los demás ahí vamos renqueando, unos tienen que
echar pie a tierra e incluso se ve alguno empujando bici. En este tramo Eduardo
cayó al suelo todo lo largo que es sin mayores consecuencias.
Nos vamos separando cada cual en su
sufrir y estando un momento solo empiezo a oír gruñidos, resoplidos y bramidos
ahogados. ¿Pero qué coño…? Los sonidos que creí eran de un pobre jabalí
arrollado por el portento resultaron ser de de nuestro compañero Victor Llop
que subía dando bandazos intentando vomitar sin bajarse de la bici. Parece que
un cierto exceso de espuma cervecil la noche anterior le ha puesto su estómago
del revés. Acompañándole en su renquear subir cuajado de arcadas, convulsiones,
lamentaciones y sollozos intento ir animándole en lo posible. Un rato después
cuando andaba buscando con la mirada una roca apropiada para poder dar fin a
tan triste agonía de Victor vemos bajar a Diego que nos comenta que el resto
del grupo está esperando un poco más adelante bajo unos árboles, dejo al
descompuesto compañero en su buena compañía y subo al encuentro.
Nos juntamos todos y descansamos un poco
mientras terminan de subir los compañeros y de bajar David que sube como un
cohete pero en cada bifurcación se asusta y vuelve a bajar, y vuelve a subir, y
vuelve a bajar, y así todo el día. Terminan de llegar los compañeros y nos
informan de que Victor Llop se ha rendido y baja a Ezcaray por la carretera de
las aldeas. Lo lamento ya que me dijo que estaba ilusionado de estrenar
equipación al mismo tiempo que se estrenaba en una salida dominguera con el
grupo, otra vez será.
Desde aquí, ya hechos los primeros cuatro
kilómetros de subida, la pendiente es más aceptable y nos permite zurrarnos un
poco durante sus restantes ocho kilómetros. Voy remontando posiciones hasta
colocarme tras Toño, Eduardo y Luis sorprendentemente sin perderlos continuo
con ellos hasta el fin de la subida no sin mucho esfuerzo, tanto que en los
últimos 200 metros en los que la pista se endurece me cuesta mantener el ritmo
y veo como por fin se me escapan. Esta segunda parte de la subida nos regala
alguna de mejores panorámicas de la jornada apreciándose en algunos puntos todo
el valle del Oja hasta Ezcaray con un cielo azul precioso cuajado de
algodonosas nubes de cuento.
Estamos en el cruce con la pista por
donde transcurría en tiempos aquella bella ruta llamada del Peponazo que no
sabemos muy bien porque se dejo de realizar. Ver ir llegando compañeros
mientras descanso es un placer pocas veces disfrutado por mí. Enseguida llega
Vitín, me extraña que no me haya pasado por encima tras yo adelantarle
aprovechando su parada a coger agua en una de las muchas surgencias del
recorrido. Al ver su rueda trasera lo entiendo. La lleva totalmente deshinchada,
prácticamente rueda sobre la llanta y el muy cabestro sube el último repecho
sin dignarse a inflarla ni sentirse lastrado, pero que bruto es. En último
lugar llega Tate asistido por Santi Alonso que con su eléctrica y su
generosidad, yendo siempre cerrando el grupo, es un ángel salvador para todo
aquel que sufra una pájara, tenga una avería o esté bajo de forma.
Son las 11am y estamos dentro del
presupuesto. Tristemente no aparece Barrancas al cual esperábamos con ilusión ver
llegar desde Canales, así que seguimos ruta. Subimos un poquito más dirección a
la Cruz de la Demanda hasta alcanzar el punto más alto de la jornada bajo el
Otero, unos 2003m de altitud. Bajamos un tramo en la misma dirección hasta
coger a nuestra derecha el sendero bien señalizado que nos llevara en un divertido
recorrido de piedras sueltas por la ladera del Otero hasta la senda trialera
que nos bajará de cabeza a Pozo Negro.
Empezamos la bajada a Pozo Negro Iker,
Josu, Fernando y Vitín consiguen bajarla sin despeinarse siendo este último el
único que la bajo entera con bici rígida. Los demás fuimos descabalgando en uno
u otro punto ya que la senda estaba realmente delicada con muchísimas lascas
sueltas. La anterior vez y única que la baje toda montado estaba mucho más
limpia seguramente por la labor de los compañeros de la Valdeminochi que ese
verano incluyeron esta bajada en su recorrido y siempre se curran mucho la
limpieza de sendas. Aquel año Tate y Dieguito también la bajaron durante la
prueba y estoy seguro que Diego hoy la hubiera bajado si no se hubiera quedado
el último sacando fotos ya que no es lo mismo bajar una senda despejada que una
cuajada de ciclistas torpones que bajan empujando la bici y dando traspiés.
Cogemos algo de agua en la fuente de Pozo
Negro, ¡qué lugar tan bonito!, y acometemos el último ascenso para remontar
hasta la pista. Esta corta e intensa subida será la última de la jornada, mientras
subo voy oyendo a mi espalda un quejido continuo cuajado de Ay!, Uy!, Oy! que
en su marcado ritmo me va alcanzando hasta que por fin me supera. Es Javi que
sube lamentándose de fuertes dolores. El sabrá qué coño hizo cuando cambio de
sillín que se ha desgraciado el ojete, tanto que hasta el último momento no
supo si podría venir a la ruta. La verdad que da pena verlo a su típico andar
en bici con los codos asomando en sus costados hoy se une que va separando
cuanto puede las rodillas de la bici aleteándolas a ritmo con sus codos en un
intento de aposentar sin dolor su maltrecho culo en un sillín siente que le
arde. Qué estampa, parece un pollo desplumado intentando remontar vuelo, eso sí
sube como siempre el condenao.
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Ale!! Empezamos a bajar la pista que nos llevará hasta el collado de Ybaya. Una bajada en pista rápida entre bosques y con bellas vistas que hizo la delicia de muchos ya artos de subidas. En unos momentos nos plantamos en Ybaya donde reagrupamos. Aquí comunico a los compañeros a los que pasé el track que no lo sigan he decidido quitar la subida a El Hombre y un tramo de bajada por un feo cortafuegos para poder grabar un poco con el dron de Diego y disfrutar de un buen vermú en el pueblo. Nadie se opone.
Arrancamos quedando Santi y yo cerrando
el grupo. En ese momento Santi dice, Uy! Mira una roldana. La miramos, vemos al
grupo ciclar sin problema, Santi la recoge, la miramos, vemos al grupo que
sigue avanzando y le digo a Santi:
-
Bah,
tírala está claro que no es nuestra.
Santi, siendo una persona inteligente y
con criterio, no me hace ni puñetero caso y empieza a ciclar con la roldana en
la mano. Al poco vemos como Iker se baja de la bici y mira con extrañeza su
cambio. Ahí está el dueño de la roldana huérfana. El tornillo es imposible de
encontrar pero Fernando saca uno específico para ello de su bien surtida bolsa
de herramientas salvando la situación y en lo que cuesta atornillarlo, que es
un ratito, podemos continuar.


Aquí Diego me entrega su móvil y llaves
del coche para yo adelantarme hasta el fin del zigzag donde lo tiene aparcado.
Bajo la senda en solitario lo más rápido que me atrevo ahorrándome que los
demás aprecien lo torpe que soy tomando sus cerradas curvas. Llego abajo, abro
el coche, monto el dron, aprieto la sucesión de botones y palancas
milagrosamente en el orden correcto que Diego me enseñó el día anterior y el
dron ya está volando. Lo coloco a más de 200m de altura en la posición que le
permitirá grabar todo el descenso sin moverlo mucho, doy a grabar, llamo a Josu
y empiezan a bajar desde Santa Bárbara el ZigZag en riguroso orden decreciente
de habilidad.

Josu y Diego bajan como cohetes Diego
seguramente espoleado por el deseo de salvar su caro juguete de mis manos.
Enseguida llega me da un empujón y me quita el mando suspirando aliviado siendo
él quien termina la grabación haciendo hábiles picados y contrapicados con el artilugio.
Nos grabamos un poco más haciendo el
tonto y sin más terminamos de bajar por una callejuela hasta el centro del
pueblo donde otra vez bebemos en su fuente del quiosco.
Aquí damos por terminada la ruta, todo ha
salido bien sin mayores percances y vista la hora aún nos hubiera dado tiempo
con holgura a hacer lo desechado. Pero a los compañeros el ambiente del pueblo
lleno de terrazas repletitas de cervezas y vermús les hace la boca agua y se
dirigen a todo meter a ducharse rápidamente en el polideportivo.
Aquí hago interrumpo la narración, los
compañeros que se ducharon en el polideportivo cuando me reencuentro con ellos
están desencajados, cariacontecidos, balbucean algo sobre Javi y sin ser
capaces de articular palabra le señalaban llorosos sus partes bajas, por fin me
explican que pasó. Preguntad, preguntad vosotros a quienes lo vivieron yo no
tengo palabras para tanto horror.
Sobrándonos tiempo vamos de bar en bar
tomando y comiendo algún pincho. Enseguida se nos une Victor Llop ya
recuperado. Tras las risas, un pimiento relleno ultra-picante y alguna broma nos
dirigimos al local donde comimos mientras fuera caía fuertemente la lluvia
perfectamente sincronizada para no mojarnos ni una gota en todo el día. Nos amenizaron
la sobremesa una banda de gaitas de una mesa cercana que en un primer momento
aplaudimos y jaleamos pero pasado el rato no hizo huir sangrando de los oídos.
Dimos por finalizada la jornada
yéndose cada cual a su casa dando yo también por finalizada la narración.
Gracias a todos por acompañarme y solo lamento la falta de varios compañeros
comprometidos en otras disciplinas deportivas y de Pepón que tenía que oficiar
una boda.
Hasta otra guapis.
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Solo comentar que esta crónica le tocaba
realizarla a Toño pero ante su insistencia, pese que no me sentía muy
inspirado, accedí a hacerla a cambio de que aguantara él la bronca por mi
segura tardanza, como así ha sido.
7 comentarios:
Buenísima crónica Isra, pero a ver si eres capaz de enviara las crónicas un poco mas pronto "mendrugo".
Otra gran ruta y otro año que asisto, la "etapa" (como diría Richi") estuvo muy bien y lo pasamos fenomenal, yo no había estado en pozo negro y me parecío un lugar idílico, pero quien coño va hasta ahí; los sitios mas bonitos están en lugares muy alejados (y menos mal)
Por una vez "el patinetas" no hizo tapón pero se le vio un poco torpe en alguna bajada y, sin que sirva de precdente, también en alguna subidita echándole la culpa al pobre David (que culpa tendrá el de su torpeza).
Una pena lo de Victor Llop, aunque igual no estaba tan malo pero viendo en "nivelazo" que había se ablandó un poquito y, porque no decirlo, se rajó.
Isra, ahora andas un montón, aunque la rueda estuviese bien no te seguiría y esto es la verdad.
Muchísimas gracias por la invitación, eres un fenómeno y un gran amigo pero me parece exagerado que nos invites en Ezcary, por eso insisto que la invitación sea en Logroño.
Buena cronica, si es caso un poco corta para ganar el Planeta
Israel, un completo: buena crónica, buena ruta y buen convite. Gracias por todo. Lo pasamos fenomenal. Y a ver si empiezas a beber cerveza con alcohol, que ya nos metes a casi todos.
Isra, para esto he tenido que aguantar tantas críticas y requerimientos de entrega por parte de la Cúpula? Creo que la fenómenal ruta y el espléndido almuerzo con los que nos obsequiaste merecían un desempeño en la crónica a la anchura (perdón, a la altura) de la última con la que nos deleitaste en fechas recientes.
El Visir, a pesar de la mejora obtenida con la ingesta masiva de magnesio (despide un brillo mortecino en la oscuridad, causando el terror de sus compañeros cuando va a trabajar -su familia, al menos, está ya acostumbrada-) pinchó en la subida de la jornada (pinchó él, no su rueda) y no se ganó el almendradito en el rampón del entrada al camino a Barbadillo de Herreros.
Por cierto, Isra: nuestros almendraditos?
Por último, es de reseñar la aparición en la ermita de Santa Bárbara del espectro de Copito de nieve. La Santa Sede está investigando por si pudiera constituir milagro.
Escribo este nuevo comentario con el único propósito de aplaudir el magnífico vídeo realizado por Dron Diego. Llamadme palmero, no me importa. Lo bueno hay que aplaudirlo (siempre).
Fenómenal la combinación (completamente sincronizada) del plano general del descenso de Santa Bárbara y el subjetivo de Dron Diego. Todo un acierto.
Fdo. Palmerito Pleitos.
Gracias por los comentarios.
Espero podamos repetir muchos años más, la verdad es que me hace ilusión que subáis a sufrir conmigo un poco por esos caminos que tantas veces recorro en solitario, el ir buscando rampones y sendas por las que meteros es para mí un gran aliciente.
Siento que la crónica no haya sido esta vez de tu agrado Toño, esta visto que si no te doy papel protagonista no estás contento, eso te pasa por no caerte, tirar a alguien o provocar peligro con tu inconsciencia como acostumbras, poco a poco te van educando. En todo caso ya sabes que esta vez no estaba muy inspirado, realice la crónica solamente porque a ti aún te apetecía menos y me sentí obligado. Intentaremos mejorar en esto como en todo.
Felicidades a Diego por el estupendo video aún con mi torpe contribución.
Muchas gracias a todos los asistentes, a aquellos que aun queriendo no pudieron acudir y especialmente gracias a Vitín por subir aún a regañadientes, no hubiera sido lo mismo sin ti.
Perdón por la tardanza en leer tu crónica, pero así he vuelto a recordar el día tan estupendo que pasamos en Ezcaray y que ya se me había olvidado. He vuelto a rememorar el precioso camino hacia Posadas, la impactante visión del rampón empedrado, el encanto de Pozo negro, las vistas desde Santa Bárbara, el vuelo del Dron, el vermut al son de la banda de música de Ezcaray, las gaitas.... en fin... qué recuerdos...
La crónica me ha parecido bien,larga...pero bien. Desde luego no tiene el nivelazo de la anterior,-obra culmen de tu carrera-, pero al igual que tu forma física, tu valor literario va dando vandazos aleatorios difíciles de entender o pronosticar. Parece mentira que ninguno de los preparadores físicos de nuestro grupo no haya sido capaz de dar una explicación a tal fenómeno, algo más seria que la de los electrodos del Doctor Montalvin.
Gracias Isra por tu invitación y por el trabajo y responsabilidad que lleva preparar estas rutas.
Mi enorabuena a Diego por el video tan chulo.
Hasta la próxima.
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