A falta de crónica, buenas son fotos
A las 9,30 de la mañana 9 supervivientes de la cena de
Nochebuena, van a las Gaunas sin gorrito de Papa Noel, somos de Reyes Magos no
del gordinflón de rojo, ya vale de Haloweeen, Black Friday, etc, lo próximo que
va a ser celebrar la independencia comiendo pavo, en fin al grano se decide ir
a mi Dehesa de Hornos de Moncalvillo, me ofrezco voluntario para llevarlos,
pero mi querido Pepe dice tú no nos llevas a ningún sitio, eso sí con el mejor
de los cariños, donde hay capitán no manda marinero, se me olvidaban quienes
estábamos Pepe, Vitín, Richi, Igor , el otro Igor, Rafa hermano de Luis, Ana,
Dieguito y yo el único difunto, nos encaminamos hacia la grajera a un ritmo muy
apropiado para mi, se quería bajar la cena aunque más bien lo único que hicimos
era hacer hambre para la comida de Navidad. Llegamos a Navarrete y Dieguito
mira hacia el culebrón le digo que ni se
le ocurra que el turrón pesa todavía, la mañana era fresquita pero soleada, yo llevaba el
impermeable por si llueve, a Igor le encanto como me quedaba de bien ajustado
así me vale para cuando crezca, seguimos hasta empezar a subir a la Dehesa
entre viñedos ya sin hoja, por la ruta más habitual llegamos arriba y sin hacer
el circulo bajamos por la trialera hacia Daroca, previamente al abrir el paso para hacer la bajada
aprovechamos a hacer la foto de grupo, y mientras el otro Igor se come un
plátano para reponer fuerzas supongo, una vez en Daroca nos dirigimos a Medrano
aumenta un poco el ritmo o simplemente voy cerrando filas para variar, luego pasamos
por Entrena y volvemos en dirección
hacia la cuesta de las vacas, pero no bajamos por ella sino por la paralela que
desconozco su nombre, una vez en Prado Salobre nos reagrupamos llegamos a
Lardero, y como había prisa para preparar la comida de Navidad, en Logroño nos
despedimos y no hay almuerzo claro está, y colorin colorado este cuento de
Navidad se ha acabado, y hasta el próximo año.
1 comentario:
No hay mucho que comentar sobre este ejercicio de concisión y concreción de Fernando El Mudo (ahora comprendo su mote, no podía estar mejor puesto).
Para el que no se haya fijado en las fotos se distingue al famoso Fantasma de la Navidad, tocado con un casco rojo. Dicen los que han notado su presencia que desprende un inconfundible olor a carne de buey...
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