Y se montó el belén
Distancia: 45km
Desnivel acumulado: 521mt
IBPindex: 37
Crónica por Ricardo “barrancas”
Otra vez aquí, a los pies de los
caballos, o mejor dicho delante del teclado.
Después de dos salidas fallidas
por mi parte, sabía que hoy era el día y así ha sido.
Me toca la crónica y sin
rechistar a ello que me pongo.
En la gasolinera, como casi todos
los domingos a las 8, nos juntamos esta vez 13 amigos que vamos a poner el
belén, como cada año por estas fechas, esta vez cerca de Nalda, en el mismo
sitio que el año pasado pues parece que no hay otras ideas. Esta vez nos
juntamos:
Vitin, Igor, David, Toño, Miguel
Ángel, Miguel, Mikael, Luis, Eduardo, Fernando, Jero, Dieguito y un servidor,
Ricardo.
Notamos la falta de algún
componente de la cuadrilla de los más habituales, pero por diversas razones hoy
no están entre nosotros.
Esta mañana no hay risas ni
chascarrillos entre nosotros, las últimas noticias recibidas no eran las
mejores y nuestras caras lo reflejaban, fríos como el día comenzamos nuestra
ruta.
Una ruta, la de hoy, súper
conocida de todos.
Salimos de la gasolinera
dirección Alberite por el camino que lleva su nombre, tranquilos, sin prisa,
total hoy la ruta es cortita y no hace falta volvernos locos.
Como siempre, mientras pedaleamos
y charlamos de las cosas que han ocurrido durante la semana, nos presentamos
sin querer en Alberite. Esta vez vamos rectos hacia Albelda en vez de meternos
por la “nueva” vía romana, o como nosotros llamamos “los mogrones”.
A partir de aquí el ritmo se incrementa,
parece que se ha entrado en calor, y vamos como un tiro al lado del Iregua,
hasta salir al asfalto, para pasar al lado de la ermita de la virgen de Bueyo,
y ya por la carreterilla hasta la fuente de Albelda.
Aquí no se para ni para coger
agua, que ni hemos sudado, así que “parriba” dirección Nalda.
Hacia allí vamos, baja una
coronita, que alguien le dice a Igor y el ritmo se incrementa hasta el cruce
que tenemos que tomar a la izquierda, donde los de cabeza casi se quedan
parados a consecuencia del vacile de siempre, que si por aquí, que si por allí,
que recto, que no; el caso que vamos a la izquierda, a cruzar el río y
enfrentarnos a la subida de la mañana: la cuesta en cementada de la Guardia Civil.
Cada uno a su ritmo vamos
subiendo poco a poco, alguno dice “carrera, carrera” y se desatan las
hostilidades, entre algunos, otros seguimos a lo nuestro y el hombre sin
palabra, que no pensaba entrar al trapo, vuelve a hacer una de las suyas y los
deja a todos a pedir y como siempre viéndole el trasero.
Estamos en Nalda. Después de
esperar un momento a los rezagados y ahora si coger un poco de agua continuamos
nuestra marcha hacia el destino. Ya esta cerca.
Salimos del pueblo por el camino
al lado de la ermita, en un principio es de asfalto pero luego a partir de la
perrera se torna de tierra. El camino está perfecto, solamente un par de
charcos nos quieren complicar un poco pero los pasamos sin problemas. Pasado ya
el cruce del chorrón y antes de llegar al abrevadero de la salida de senda
bonita, nos giramos a la derecha por una sendita, para a unos cien metros tener
que dejar las bicis, no sin antes cerciorarnos de que nadie nos ve, no nos vaya
a hacer alguna gracia.
Dejadas nuestras monturas tenemos
que cruzar a pie unos cuantos matorrales, zarzas, piedras, pinchos, hacer
escalada y……ya estamos en la cueva.
De las mochilas empiezan a salir,
a parte de las figuras clásicas del belén, algunas que otras que no lo son
tanto. Una vez colocado todo en su sitio, algunas risas y unas cuantas fotos
otra vez a bajar hasta las bicis.
Ahora empieza el festival.
Tenemos que brindar como cada año y degustar productos típicos de estas fechas.
Sí, y así es. No se como pero de las mochilas siguen saliendo cosas, parece
magia, pero Fran no está, así que será que tienen doble fondo porque……
-
Una botella de champán
-
Dos de vermut
-
Bombones de la caja”Loja”
-
Y de los otros
-
Dátiles gigantes
-
Turrón
…… y yo que se cuantas cosas más.
Y claro que brindamos, como tiene que ser, por los que estábamos y por los que
no.
Tengo que decir que en este lugar
no entra el sol ni en agosto y hacia un frío del copón, Igor y Fer, con muy
buen criterio, se llegan a poner un chubasquero y los demás porque no teníamos
que si no también.
Después dejar todo recogido hay
que continuar la marcha, pero parece que a la peña le cuesta arrancar, no me
extraña nos hemos quedado helados. Yo, poco a poco, voy haciendo camino, ya
arrancaran. Los veo venir, por fin, me paro y aprovecho para hacerles unas
fotos. Hemos dejado atrás el abrevadero y continuamos hasta el cruce donde se
divide la pista, hacia Clavijo o vuelta a Nalda. Aquí al estar un poco más
altos ya da el sol y se agradece, joder que si se agradece.
Volvemos hacia Nalda para como a
un kilómetro meternos a la izquierda y afrontar la última “dificultad” del día:
la senda de la ruina.
Esta denominación le viene por
empezar prácticamente al lado de un corral en ruinas, no porque los que
habitualmente bajamos estemos así (en ruinas). ¿O si?
Es una senda súper fácil y muy
divertida, con algunos tramos un poco más empinados y algo técnicos, pero donde
no lo pasamos de cine cada vez que vamos.
Por esta senda volvemos otra vez
al camino que viene del pueblo y hacia él volvemos a un buen ritmo.
Y ya no queda nada más que volver
a Logroño, esta vez sí, por los “mogrones” hasta Alberite. A un ritmito bueno,
sin correr demasiado porque el camino está lleno de gente, nos presentamos en
el puente sin darnos cuenta.
Y ahora cada mochuelo a su nido,
unos a almorzar y otros a casita.
Ya se que la crónica no es gran
cosa, pero la ruta no da para más.
Aún así otro gran día de MTB en
compañía de buenos amigos.
Salud,
Barrancas
.
7 comentarios:
Muy buena crónica Barrankas, para lo que se podía escribir no ha estado mal.
Parece ser que alguno le quita el puesto a Ildefonso y solo decir que el nombre de la senda que hicimos tiene su miga "Senda de LA RUINA" y no digo mas.
Poco mas que decir, nos faltó la felicitación como otros años, esta vez no fue posible pero que todo el que lea le blog se de por felicitado.
Ruta donde nuestros Portentos no pudieron sacar el frasco de las esencias ya que la ruta no lo permitia, pero otro día será.
Buena crónica Ricardo aunque la ruta fue corta tuvo su miga muy bonita la tradición del Belén que espero compartir con todos vosotros muchos años
Buena crónica Ricardo aunque la ruta fue corta tuvo su miga muy bonita la tradición del Belén que espero compartir con todos vosotros muchos años
Gran crónica Ricardo; más por lo que no dices que por lo que cuentas.
No obstante quiero hacer referencia a dos pequeños detalles que no has incluido en tu narración; el primero, el detallazo de Jero que nos obsequió a todos con un chocolate calentito, transportado en su termo reglamantario y que todos agradecimos porque hacía un frío del carajo.
Y el segundo, que has olvidado mencionar que nos encontramos con un perro que andaba por las inmediaciones de Nalda, sin dueño que lo pasesara.
Buena ruta, buenos compañeros, buena crónica y buenos ratos, como sufrimos, unos más que otros.
Ricardo te has cascado una muy buena crónica con un rigor digno de elogio sobre lo que la mañana aconteció y lo que la pluma, nunca mejor dicho, debía en este caso plasmar.
Me parece excepcional que sigamos manteniendo estos días de rutas establecidos en nuestro calendario como clásicas anuales y de obligado cumplimiento, son días de pleno disfrute por lo que cada miembro de la cuadrilla pone de su parte aunque circunstancias impredecibles traten de empañarlas. Sentí mucho no poder acompañaros, las obligaciones merman las posibilidades, ya lo siento.
Otra jornada para recordar, y van...
Bien por la crónica Ricardo y todos contentos por cumplir un año más con uno de nuestros actos más tradicionales. La ruta tranquila y sin incidentes aunque alguno le dió bien al drinki..y luego dicen que se tomaron un chocolatito. Se echó de menos a alguno de nuestros históricos. Si LLegan a venir todos los que últimamente nos juntamos, hubiesemos hecho las comedias para entrar en la cueva.
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