Lunes de Pascua
Ruta de las ermitas de Lagunilla
Distancia: 54km
Desnivel acumulado: 850mt
IBPindex: 53
Como si de cualquier otro domingo normal se tratara, suena
el despertador, me hago el remolón, lo miro de reojo con la esperanza de que
quedara bastante más tiempo, pero nada, toca levantar para emprender una nueva
e irrepetible aventura. Salto de la cama, son tres días seguidos de bici y me
siento algo cansado, no obstante con la ilusión del nuevo día parto hacia el
punto de encuentro en las Gaunas.
Solo somos cinco, esperamos los cinco minutos de rigor pero
nadie más aparece (que poco compromiso para con el equipo).
Salimos dirección Alberite, hace frio, pero los dos hermanos
San y Pepe se encargan de poner el ritmo que necesariamente marca el momento.
En Alberite cogemos el camino de la izquierda que no dejaremos hasta llegar a
Ribafrecha, no hace falta reagrupar y continuamos por la carretera dirección a
Ventas Blancas y nada más pasar el puente, empieza la subida, pero nos
desviamos hacia la izquierda por el camino que acorta y vuelve a salir a la
carretera, éste camino está muy roto por las lluvias y además nos da el sol de
frente. Alguien se acordó de la leche que se dio el año pasado y en algún punto
echo pie a tierra.
Volvemos a salir a la carretera para coger un camino a la
derecha, San se empeña en ir por ahí, Pepe le recrimina y acabamos en una bajada
que corta el hipo, algunos bajamos andando, Víctor como quiso, se quedó
enganchado al pedal y no podía levantarse, entre risas continuamos y en
cincuenta metros nos volvemos a meter a la derecha, éste camino nos dejara en
la subida más larga de la jornada, la cuesta de “las almendras”. Cada uno sube
como buenamente puede, es bastante dura dicen las malas lenguas, en el cruce
hacia Cenzano hacemos reagrupamiento pero Santi decide bajar por la senda que
empieza en el cruce hasta la curva para volver a subir, pero “mala suerte”, no
volvió a subir, se le quedo frenada la rueda trasera y después de desmontar,
montar, etc, dio por terminada la ruta.
Después de deliberar a ver quién podría subir a por él
decidimos llamar a Jesus -educador-, (que no el Nazareno) que muy amablemente
subió con el coche.
El resto continuamos, y a un kilómetro más o menos, nos
metemos a la izquierda por un camino muy roto con roderas y muchas piedras
hasta llegar a un lavadero donde paramos a hacer alguna foto, el momento como
siempre debemos inmortalizarlo, y siguiendo el viacrucis, continuamos por el
sendero hasta llegar a la Ermita de Villavieja.
A unos quinientos metros antes de Lagunilla del Jubera. Éste
trozo está lleno de desprendimientos del monte a causa de las lluvias, lo cual
hace que nos bajemos en varias ocasiones.
A la entrada del pueblo, paramos a coger agua y comer un
poco. Salimos del pueblo por la parte trasera de la iglesia y bajamos por las
bodegas hasta coger la parte del circuito de motos, subiendo y bajando nos
presentamos en Ventas Blancas y a la salida del pueblo a la izquierda cogemos
el camino que a buen ritmo nos llevara a Murillo. Una vez en Murillo como de
costumbre hacemos la senda de la Virgen que se cogemos en la curva de la
carretera y el camino que nos dejara a la entrada de las bodegas de Alberite, y
de ahí a Logroño, a lo de Gerardo, unos a almorzar y otros a tomar un café.
Un gran día, la madrugada a merecido la pena.
El domingo próximo más, esperemos que con más participación
y por supuesto habiendo pasado una mañana agradable y fructífera sobre todo y
como siempre por la compañía.
4 comentarios:
Bien Javi, la crónica no está mal, seguro que no la has escrito tu.
Te has dejado dos cosas muy importantes:
-La "voltereta" que te pegaste en las Ermitas.
-El bidón ¿donde estaría ahora mismo?
Zzzz.zzzz...zzzz
Javi, escueto como casi siempre a la hora de hacer las crónicas, no te fajas demasiado en la cuestión. Si al darnos las explicaciones habladas fueras igual de conciso y breve como escribiendo otro gallo nos cantaría.
Ah...y sin dedo que nos atraviese.
Como te quiero "llameacuerdo".
Javi, suscribo totalmente el contenido del comentario anterior (me entiendes, Javi?) Salvo, claro está, la última frase.
Por una vez y sin que sirva de precedente felicitar a D. Jesús Del Campo, por su buenos oficios como rescatador, su magnífica predisposición y su gran compañerismo.
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