Domingo, 6h45 de la mañana. Suena el despertador. Maldita la hora en que dí mi palabra para salir con los O.R. Están locos. ¿A quién se le ocurre quedar a las 7h30? Yo soy de los que madrugan y gustan salir temprano, pero tanto!!!!
Después de aguantar mis deseos de mandar el despertador contra la pared, decido mantener mi palabra y me levanto. Desayunar, vestirme y rumbo a las Gaunas.
Allí estaba el resto del grupo, ansioso por salir disparados. Saludos y ya damos las primeras pedaladas. Subida tranquila a Sorzano, dónde se agradece que una nube decida absorber los rayos del sol durante el trayecto. No se cuánto tiempo me sacaron, pero yo decidí ir a mi ritmo. En este tramo estuve acompañado por Jesús y Javier. Ya echaba yo de menos esto de pedalear acompañado y comentando batallitas.
De Sorzano a Islallana nos espera la consabida bajada, aquí no se nota mi exceso de peso, sino más bien todo lo contrario: lo aprovecho para comer posiciones pero, una vez en Islallana, toca volver a subir. A partir de aquí, el resto del grupo decide regalarme unos momentos de reflexión en solitario y de disfrute del paisaje, mientras ellos seguramente andarán picándose en las cuestas. Por suerte me esperan en lugares estratégicos, para que no pierda el rumbo.
En las últimas rampas de subida empiezo a notar que la rueda delantera se agarra demasiado al suelo. Conclusión: pinchazo, pero tan pequeño que en las subidas puedo aguantar con la presión que queda en la rueda, ya que todo el peso se apoya en la trasera. Por desgracia, una vez llegado a mi momento de disfrute (la bajada), la poca presión hace que la bicicleta se vuelva ingobernable, pues sólo quiere ir recta. Sólo me queda ir despacito y en los últimos momentos a pie, para no estropear la cubierta. Remarcar que a pesar de no ser una cubierta Tubeless, pero al ir montada sobre llanta Tubeless, la cubierta no destalona y permanece perfectamente montada.
Llamo a Termi para advertirle que necesito reparación y nos encontramos un poco más abajo, ya cerca de Clavijo, dónde le metemos un chute de reparapinchazos, que a fecha de hoy, todavía aguanta.
A partir de Clavijo, nos espera la rápida bajada a La Unión, y luego bajada a Logroño con el consiguiente pique de los participantes hasta Logroño.
Las apreciación de la dificultad de la ruta es un tema subjetivo, pero a pesar de lo comentado, me pareció una ruta con poca dureza, y dificultad técnica nula. Los caminos están como siempre han estado, y cuando más puede molestar la piedra suelta y las roderas son en las subidas, y esta vez, en todas las cuestas nos hemos encontrado con piso firme que en ningún caso obligaba a descabalgar. Chicos!: En las bajadas hay que volar por encima de ellas y saltarlas...
Una buena mañana en compañía de buena gente que te deja con buen sabor de boca para el resto de la semana. Aunque heché de menos a algún que otro O.R.
Qué pena no poder salir más veces con vosotros.
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