15 julio, 2018

Por La Puebla (2 ciclistas)


 Distancia: 49km
Desnivel acumulado: 686mt
IBPindex: 35


Crónica por Vitin

Israel y Vitín

 
Un domingo mas nos embarcamos (y nunca mejor dicho) en otra de nuestras andanzas btteras, esta vez y debido a las 4 gotas que habían caído la noche anterior no es una ruta de nuestro afamado archivo de salidas domingueras al que solo tienen acceso los llamados, muchas veces de forma despectiva, “LA CUPULA”. Tengo que decir que esta información no puede estar al alcance de cualquiera, ya que hay mucho “infiltrado” en los diferentes grupos de wasap (El de los idiotas, el de los tontolabas, el de los mongolos, la cuchipandi….) que estarían deseando echarle mano para desbaratar  nuestras bien organizadas kedadas domingueras.
Fue una noche de lluvia “vivificante” como dice nuestro amigo Israel, con quien compartiré agua, barro, truenos, nubes, sol y por qué no decirlo, PENURIAS, en la salida que voy a relatar.

Nosotros no somos como algunos, que salen a hacer rutas de las llamadas “oficiales” y no se dignan en hacer crónica por que dicen que no están los suficientes, así que sin mas dilación vamos al lío.
Alguno podría pensar que estando solamente dos (tontos muy tontos según algún comentario que he podido leer en alguna red social) esto no puede dar para mucho, pero no os fieis de las apariencias que la salida tiene su miga.
Para empezar, el lugar de reunión se había cambiado para aprovechar mas el tiempo y llegar raudos al almuerzo de Pepón, habíamos quedado (por esta vez y sin que sirva de precedente) en la pasarela verde que cruza la vía, al final de Gonzalo de Berceo; algún “iluminado” preguntó “¿En qué lado?”  ¡¡Pero vamos a ver, que no es el puente de San Francisco!!

Allí que aparezco bajo una “fina” lluvia después de haber leído en el Wassap que no iba  a salir ni el “Tato”, bueno, excepto el ínclito Israel;  pero como diría Pandora: “la esperanza es lo último que se pierde”, confiaba en que alguno mas se apuntase al evento a ultimísima hora, pero no fue así, incluso pensé (no sin alegrarme) que “barrilete cósmico” no aparecería; fue una decepción verlo  esprintando en la pasarela como si del mismísimo Sagan se tratase.

En cuanto se coloca a mi lado, ya bien mojadito, le digo: ¿Y si vamos al bar a tomarnos un “cafelito” y una tostada? – “¡¡Ni tostada, ni leches!!, me he levantado a andar en bici…. “ Si quedas alguna vez con este personaje, olvídate de hacer otra cosa que no sea andar en bici aunque caiga “la mundial”.
No hacemos mas que salir y la lluvia arrecia de tal manera que para cuando comenzamos el camino viejo de Fuenmayor el agua ya se ha apoderado del cuerpo, atravesando chubasquero, ropa y zapatillas; en ese momento Israel se coloca el segundo chubasquero “este es el bueno” dice, ¡¡pero si ya estás calado alma cándida!!. En esta guisa, con la lluvia apretando de lo lindo, subimos la cuesta del burro de oro a ritmo cochinero, es llegar arriba y aparecer el otoño en forma de una niebla que había que cortarla para poder atravesarla; menos mal que la temperatura no es baja, en mi “Rolex” marca 20 grados, igual que en pleno verano al sol y en pleno invierno en medio de una nevada (me estoy planteando jubilarlo ya que no sirve para nada, pero me fastidia porque da mucho juego).

Para cuando estamos llegando a Fuenmayor ya ha parado de llover, incluso da la impresión de que no vaya a caer mas agua en toda la mañana, en esto me doy cuenta que no tengo ni idea de donde vamos a ir, se que Israel es de buen conformar por lo que le comento que me gustaría subir a un motecito de Fuenmayor al que ya le había echado el ojo en alguna ocasión, que tiene una cuesta encementada y allí que nos vamos. 

Después de la cuesta encementada continuamos por un camino, también sin barro, que acaba en unos almendros; “Nos damos la vuelta” digo – “Espera” dice, para entonces ya había comenzado a llover de nuevo, el cielo estaba negro a mas no poder y se oían truenos sobre nuestras cabezas. Saca el móvil y observa sobre el wikiloc que (según él) hay una bajada un poco mas adelante, esto supuso tener que avanzar trabajosamente con la bici en la mano sobre un mar de piedras como melones hasta acabar en una viña, que por supuesto estaba llenita de barro y de la que salimos a duras penas empujando la bici.


Ya se había venido arriba el “socio” y estaba imparable, de tal manera que empezó a dirigir las operaciones dejándome en un segundo plano:  “Ahora vamos a La Puebla que me conozco el GR… pero no se como llegar….” dice. Desde donde estábamos se veía el pueblo, así que como si fuésemos indios vamos avanzando sobre ríos que siempre fueron caminos, sin dejar de observar el pueblo para que no se nos escapase.


En cuanto llegamos me dice que tenemos que subir a lo alto del pueblo para coger el GR del Ebro; ¡¡Del Ebro!! que lo teníamos a nuestro lado, al final no se decide ya que no está seguro; lo que se conoce bien es desde Asa hasta Logroño (¡¡¡¡y una mierda!!!!) así que vamos hasta allí por carretera; tengo que decir que no nos cruzamos con ningún coche en los kilómetros que anduvimos como auténticos carreteros, dándonos relevos e intentando dejarnos en las cuestitas que nos encontramos, mas bien intentaba seguir de cerca al “rey del asfalto” sin conseguirlo.












Si habéis llegado hasta aquí sin dejar de leer este tostón, no os perdáis lo que viene a continuación ya que comienza “la increible historia del guía perdido”.
“Esto lo conozco perfectamente, he venido por aquí varias veces y no tiene pérdida” Israel dixit.
Me comenta que tenemos que subir un poco por la carretera de Oyón hasta coger el GR, se me hace muy raro que esa carretera lleve a Oyón pero no digo nada no vaya a ser que meta la pata e Israel es de los que no dicen las cosas por decir, cuando habla sienta cátedra.

Ya vemos las marcas del GR, nos metemos por un camino roto que desemboca en otro camino asfaltado típico de La Rioja Alavesa; ahí se detiene el Guía (a partir de aquí este será su nombre) a quitarse el chubasquero empapado antes de ponernos a bajar hacia nuestra derecha, pero cuando llegamos a la carretera (la de ¿Oyón? otra vez), el “Guía”  se da cuenta de que no es por ahí, con que a subir lo bajado, ahora descendemos hacia el otro lado, a la izquierda, para salir a otra carretera que cruzamos siguiendo las marcas del GR, me doy cuenta (no hace falta ser muy listo) que estamos volviendo hacia La Puebla, además tendríamos que subir un camino que mas parece una cascada, le digo al “Guía” que creo que estamos haciendo al GR al revés, asiente y volvemos a desandar el camino andado, subir y bajar otra vez a la carretera de ¿Oyon? Voy a hacer un inciso en este punto para decir dos cosas:
1-      Llevaba ya mucho rato sin llover y no nos volveríamos a mojar.
2-      En cuanto llegué a casa después del almuerzo, no me valió la paciencia e incluso antes de ducharme entre al Google Earth para ver donde desembocaba esa famosa carretera que nos hubiese llevado a ……………. LANCIEGO, si, LANCIEGO.

Otro ratito por carretera, este muy corto y ya sin ver las señales de GR,  el “Guía” se mete por el primer camino que ve a nuestra derecha y que por su puesto lo conoce y sabe perfectamente donde nos va a llevar
El  “Guía” va cruzando caminos, metiéndose a derecha e izquierda con tal seguridad que en ese momento me hubiese apostado un almuerzo para toda la cuadrilla a favor de que conocía a la perfección la forma de llegar a Oyón sin ninguna pérdida.
Pero nada mas lejos de la realidad, en un momento dado reconoce que está un poco, recalca, un poco perdido, pero no del todo, que esos caminos le suenan ¡¡joder si son todos iguales, como coño no te van a sonar, me suenan hasta a mi que no he estado nunca por aquí!!


Así que otra vez ha hacer el indio, dirigirnos hacia Logroño-Oyón sin tener muy claro donde estamos, hasta que salimos al camino que tantas y tantas veces hemos recorrido que va del Corvo a Viñaspre, pero estando bastante más cerca de Yécora que del propio Oyón.
Ya estamos salvados y vamos a poder llegar en tiempo al almuerzo, aunque aún nos queda por pasar alguna penuria.
Avanzamos por este camino en dirección a Logroño y le voy diciendo a el “Guía” que lo mejor sería, cuando lleguemos a la carretera, en vez de cruzarla y seguir hasta el Corvo, continuar por el asfalto hasta Oyón para evitar el barrizal que se forma en ese camino. Ya lo tenía casi convencido cuando a lo lejos vemos un ciclista parado mirando el móvil con nuestra vestimenta; al acercarnos vemos que es Edu “Ayuntamiento”, había salido detrás nuestro a primera hora siguiendo el Wikiloc de Isra, pero con todos los giros y equivocaciones que tuvimos, le fue imposible pillarnos hasta ese momento y en dirección contraria.

El caso es que llegando a la carretera de Oyón veo a Israel que la cruza sin hacerme caso, Eduardo le sigue diciendo que el camino lo ve bastante bien (que Santa Lucia te conserve la vista amigo) y yo como un idiota voy detrás.
Ya creo que os estáis imaginando lo que pasó cuando llegamos a la zona del Corvo, un auténtico barrizal donde se nos embozo la bici y tuvimos que ir un rato andando; joder, menudo cabreo pillé, ya casi estábamos en Logroño limpios y nos metemos en esa “trampa”; “pa haberlo matao”, no tengo mucho recuerdo de esos pocos minutos, pero creo que le llamé de todo menos bonito a nuestro amigo el “Guía”.
Al fin una gasolinera donde limpiar la bici y aparecer limpitos en Villa Carmelo a las 11:10, pero para nuestra sorpresa llegamos casi de los primeros al almuerzo.

Del almuerzo se podrían escribir otros 3 folios, pero creo que ya ha sido suficiente; solo agradecer a Pepón la gran parrillada de langostinos y sardinas con la que nos obsequió, además del vermut antes de comenzar, las bebidas, las ensaladas y los postres, uno de ellos hecho con mucho cariño por Mari Carmen. GRACIAS AMIGO.

Solo una cosa mas, muchos del grupo hicieron la cicloturista de carretera, pero   de ellos al almuerzo solo apareció Saul, al que se le guardó su ración correspondiente de langostinos y sardinas.




6 comentarios:

santiago dijo...

Pero como se te olvide ocurre deja la ruta en esas manos 😱😱😱😱 y la crónica se nota que la has hecho con ganas eeeh .
Muchas gracias a Pepe x el almuerzo-comida que nos metimos entre pecho y espalda .

Igor San Juan dijo...

Que poco compromiso los btt los carreteros domingueros salimos más de 200 buena crónica a la hora que llegue yo de la cicloturista era hora ya de merendar casi cenar otro día será

Toño Pleitos dijo...

Buena crónica Vitín!!! Extensa y bien documentada.No obstante, creo que te has equivocado en el título porque, por casi unanimidad, a la ruta que hicistéis se le conoce como la "MONGOLO´S EXTREM".
Se te ve con un poco de resquemor hacia el pobre Israel pero creo que es completamente injustificado. En primer lugar porque fuiste tú el que le embarcó para hacer la salida, en segundo lugar, por delegar tu autoridad y dejarte guiar por ese matrako, que todo el mundo sabe que es de la "escuela de los pasos perdidos" y cuyo máximo exponente es Tate (que dios lo tenga en su gloria!!)y por último por no imponer tu autoridad como miembro de la Cúpula y haberle seguido, cito textualmente "como un idiota". Por lo demás, a pesar de todas las penurias, tuvisteis que pasarlo pipa. Estas aventuras refuerzan los lazos de amistad, dentro de poco os veremos como pareja estable (para desconsuelo de Pepón).
Por cierto, Pepón, gran almuerzo con el que celebraste tu onomástica. Todo perfecto!!! Los gambones y las sardinas (exquísitas) para chuparse los dedos y disfrutadas en buena compañía.

Roberto. dijo...

Joder, como me he reído.....la próxima que hagáis juntos no me la pierdo...!

Luis dijo...

A pesar del día de mierda que describes me sigue picando el haberme agüevenado, como diría Marcelo. Estos momentos tan nefastos hacen aún mejores a otros.

israelogro dijo...

Gran crónica Vitín fue exactamente como lo cuentas, así aprenderás a no ceder el mando a cualquier indocumentado. Exageras un poco en la cantidad de lluvia, que solo fueron cuatro gotas, realmente solo una suave llovizna vivificante. Muchas gracias Pepón por la magnífica sardinada, genial.