11 junio, 2018

Dehesas y Montecillos (13+1 Ciclistas)




3 de junio de 2018
Distancia: 69km
Desnivel acumulado: 1221mt
IBPindex: 89


Crónica por Javi

En esta ocasión Fernando Alcalá, Luis, Víctor, Pepón, Isra, Lolo, Mikael, Luisma, Roberto, Diego “Nieva”, Igor San Juan, Víctor Llop,  y quien redacta estas líneas + Jorge Muro que se nos juntó un poco mas tarde.

Una mañana como tantas otras, con las maquinas a punto, engrasadas, con nuestra voluntad férrea de trabajo, levanta el sol, la suave brisa de la mañana nos envuelve y ese frescor en la piel que nos hace sentir vivos,  deseosos de arrancar, con acúmulos de energía, después de unos días de mucha ocupación y de no poder compartir del pedaleo con el grupo me siento ansioso con esa tensión en las piernas, ese quizás no puedo pero quiero, y ese llegar hasta el objetivo,  ese objetivo que no es otro que el de pasar una mañana entretenida con este grupo de amigos, de compañeros de fatigas por el cual hemos apostado con constancia y sacrifico.


David el sábado ya me dejo claro que me tocaba hacer la crónica, otra más, “como pasa el tiempo” y que tanto él como Toño y Diego se iban a hacer la prueba de lo Dinos.

En esa ocasión los trece y “sin temor por el número” nos dispusimos a rodar uniendo nuestras pulsaciones con un fin determinado, almorzar reponer lo desgastado y pasar una agradable mañana. Cogimos en primer lugar el camino  que va paralelo a la autopista, pasando por el túnel del Mario.


Os diré que el temor al número trece viene de lejos, se cree que el miedo al número 13 tiene como su origen en el código de Hammurabi, conjunto de reglas impuestas por el Rey de Babilonia en el año 1760 a. E. C. En éste, las reglas están numeradas de forma sucesiva, pero se saltan la número 13, nada que ver con supersticiones, sino que se debió a un error en la traducción. Otra de las razones por la que el 13 se podría considerar de mala suerte, es porque sigue después del 12, considerado un número perfecto, el año tiene 12 meses, cada jornada se divide en día y noche de 12 horas cada una, el 12 marca un momento importante del día, etc. Al pobre 13 le tocó la mala suerte de ser imperfecto después del dígito ideal.

Bueno vamos a lo importante…
Debido a las últimas y reiteradas lluvias un tramo estaba en muy malas condiciones, casi anegado por la enorme cantidad de hierba, pinchos y maleza, sin embargo a los trece no nos resultó un problema y lo solventamos como siempre sabemos hacer “con decisión”. 


Seguimos cogiendo el camino a Medrano y empezamos a subir hacia la dehesa de Hornos para girar hacia la izquierda y comenzar la subida hacia las Palomeras, una subida no demasiado larga pero muy dura para después descender por el cortafuego, la primera parte esta bastante bien pero el último tramo está en muy malas condiciones, con muchas roderas y muchas piedras. 


Aún recuerdo la última vez que intente bajarlo con la intrepidez que me caracteriza y acabe con las costillas en el suelo, así que esta vez fui más cauto, quizás prevenido, no obstante hubo gente que lo bajo entero, no hubo consecuencias que reseñar y continuamos el ascenso hacia la Dehesa, cumbreando y reagrupándonos  para comenzar la bajada hasta Hornos. 


Paramos en el pilón de la entrada del pueblo a coger agua y comer algo, nuestros esbeltos cuerpos necesitan del repostaje. Aún queda bastante ruta, así que después de esos minutos de parada llamemos “técnica” nos dirigimos hacia Navarrete para comenzar la subida hacia la Dehesa en esta ocasión subimos por la pisa del medio y aun buen ritmo llegamos arriba, foto de rigor para inmortalizar el momento y seguidamente comenzamos a bajar por la ruta 18, eso si con mucha precaución por el estado de los caminos, están en un pésimo estado, bastante estropeados y nos puede ocasionar un buen susto.



Continuamos por el camino que se dirige directo a Cenicero, cruzamos la carretera nacional y antes de entrar en el pueblo, a la derecha para la parte trasera del cementerio, empezamos a subir el montecillo, casi todos la conocemos por que anteriormente se celebraba la Perimetral de Cenicero con unos avituallamientos que no eran normales,” te ponías las botas”. Subidas bastante duras de hormigón que finalizan en una viña cerrada con alambre y labrada, para a partir de aquí comenzar la bajada hacia Fuenmayor.


Cogemos nuevamente agua y vuelta a subir el último repecho de la jornada a los altos de Fuenmayor para coger el camino dirección a la Grajera haciendo la senda de las tres o favorita, una senda conocida por todo el grupo que nos resulta fácil quizás por la cantidad de veces que la hemos transitado.

Terminamos la jornada en la gasolinera de la Grajera, el que quiso se dispuso a almorzar como de costumbre y el que no, él se lo perdió, una mañana de diez perfecta en lo climatológico y como no, perfecta por la compañía.
¡Os echaba en falta¡





8 comentarios:

vitinbtt dijo...

Joder Javi, me dejas asombrado, admirado, pasmado, extrañado, fascinado, maravillado, impresionado, desconcertado, conmovido, sobrecogido, estupefacto con las crónicas que te "cascas" últimamente, me tienes que decir a que profesor has acudido para escribir así.
Pasamos muy buena mañana con una ruta que a priori no parece gran cosa, ya que se desarrolla por lugares que acostumbramos a transitar habitualmente, pero que (al menos a mí) resulta bastante dura por el kilometraje y el desnivel.
Echamos en falta a algún habitual que estaban por la ruta de los Dinos, que por cierto, parece que no se va a hacer crónica, pues tampoco se apunta como salida oficial.

Luis dijo...

Corta!, Muy corta, pero te lo vamos a perdonar por lo que nos haces disfrutar en las subidas y en las bajadas, que no has contado que te encontraste un euro...

alquiler bicicletas electricas dijo...

Sin duda un espectáculo de ruta. Solo con ver las fotos invita a disfrutar de estos sitios tan bonitos que tenemos en España.

Toño Pleitos dijo...

Javi, yo no soy como Vitín, a mi no me producen tus crónicas todas esas cosas que dice El Visir. A mí, tus crónicas me dejan A-NO-NA-DA-DO!!! Que florido lenguaje, que cultura destilan tus escritos, tu mención al código de Hammurabi me roduce escalofríos y lo que me deja sumido en la perplejidad más absoluta es la total falta de interjeciones, juramentos y muletillas en tus escritos (ya te digo). No sé, es como si la hubiera escrito "otro" Javi Bartolo.
No me pena nada no haber podido acudir a la salida, disfruté mucho más en Los Dinos con mis compañeros y, sin embargo, amigos; David y Diego (Ah! y con mi par de amigas de cuyo nombre no me acuerdo pero sí de su apellido; LUCK)

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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israelogro dijo...

Muy buen día de btt y una gran crónica como a las que ya nos tiene acostumbrado nuestro gran Javi "AnaRosa" Bartolo.