3 de junio de 2018
Distancia: 69km
Desnivel acumulado: 1221mt
IBPindex: 89
Crónica por Javi
En esta ocasión Fernando Alcalá,
Luis, Víctor, Pepón, Isra, Lolo, Mikael, Luisma, Roberto, Diego “Nieva”, Igor
San Juan, Víctor Llop, y quien redacta estas líneas + Jorge Muro que se nos juntó un poco mas tarde.
Una mañana como tantas otras, con
las maquinas a punto, engrasadas, con nuestra voluntad férrea de trabajo,
levanta el sol, la suave brisa de la mañana nos envuelve y ese frescor en la
piel que nos hace sentir vivos, deseosos
de arrancar, con acúmulos de energía, después de unos días de mucha ocupación y
de no poder compartir del pedaleo con el grupo me siento ansioso con esa
tensión en las piernas, ese quizás no puedo pero quiero, y ese llegar hasta el
objetivo, ese objetivo que no es otro
que el de pasar una mañana entretenida con este grupo de amigos, de compañeros
de fatigas por el cual hemos apostado con constancia y sacrifico.
David el sábado ya me dejo claro
que me tocaba hacer la crónica, otra más, “como pasa el tiempo” y que tanto él
como Toño y Diego se iban a hacer la prueba de lo Dinos.
En esa ocasión los trece y “sin
temor por el número” nos dispusimos a rodar uniendo nuestras pulsaciones con un
fin determinado, almorzar reponer lo desgastado y pasar una agradable mañana.
Cogimos en primer lugar el camino que va
paralelo a la autopista, pasando por el túnel del Mario.
Os diré que el temor al número
trece viene de lejos, se cree que el miedo al número 13 tiene como su origen en
el código de Hammurabi, conjunto de reglas impuestas por el Rey de Babilonia en
el año 1760 a. E. C. En éste, las reglas están numeradas de forma sucesiva,
pero se saltan la número 13, nada que ver con supersticiones, sino que se debió
a un error en la traducción. Otra de las razones por la que el 13 se podría
considerar de mala suerte, es porque sigue después del 12, considerado un
número perfecto, el año tiene 12 meses, cada jornada se divide en día y noche
de 12 horas cada una, el 12 marca un momento importante del día, etc. Al pobre
13 le tocó la mala suerte de ser imperfecto después del dígito ideal.
Bueno vamos a lo importante…
Debido a las últimas y reiteradas
lluvias un tramo estaba en muy malas condiciones, casi anegado por la enorme
cantidad de hierba, pinchos y maleza, sin embargo a los trece no nos resultó un
problema y lo solventamos como siempre sabemos hacer “con decisión”.
Seguimos cogiendo el camino a Medrano y
empezamos a subir hacia la dehesa de Hornos para girar hacia la izquierda y
comenzar la subida hacia las Palomeras, una subida no demasiado larga pero muy
dura para después descender por el cortafuego, la primera parte esta bastante
bien pero el último tramo está en muy malas condiciones, con muchas roderas y
muchas piedras.
Aún recuerdo la última vez que intente bajarlo con la
intrepidez que me caracteriza y acabe con las costillas en el suelo, así que
esta vez fui más cauto, quizás prevenido, no obstante hubo gente que lo bajo
entero, no hubo consecuencias que reseñar y continuamos el ascenso hacia la
Dehesa, cumbreando y reagrupándonos para
comenzar la bajada hasta Hornos.
Paramos en el pilón de la entrada del pueblo a
coger agua y comer algo, nuestros esbeltos cuerpos necesitan del repostaje. Aún
queda bastante ruta, así que después de esos minutos de parada llamemos
“técnica” nos dirigimos hacia Navarrete para comenzar la subida hacia la Dehesa
en esta ocasión subimos por la pisa del medio y aun buen ritmo llegamos arriba,
foto de rigor para inmortalizar el momento y seguidamente comenzamos a bajar
por la ruta 18, eso si con mucha precaución por el estado de los caminos, están
en un pésimo estado, bastante estropeados y nos puede ocasionar un buen susto.
Continuamos por el camino que se
dirige directo a Cenicero, cruzamos la carretera nacional y antes de entrar en
el pueblo, a la derecha para la parte trasera del cementerio, empezamos a subir
el montecillo, casi todos la conocemos por que anteriormente se celebraba la
Perimetral de Cenicero con unos avituallamientos que no eran normales,” te
ponías las botas”. Subidas bastante duras de hormigón que finalizan en una viña
cerrada con alambre y labrada, para a partir de aquí comenzar la bajada hacia
Fuenmayor.
Cogemos nuevamente agua y vuelta
a subir el último repecho de la jornada a los altos de Fuenmayor para coger el
camino dirección a la Grajera haciendo la senda de las tres o favorita, una
senda conocida por todo el grupo que nos resulta fácil quizás por la cantidad
de veces que la hemos transitado.
Terminamos la jornada en la
gasolinera de la Grajera, el que quiso se dispuso a almorzar como de costumbre
y el que no, él se lo perdió, una mañana de diez perfecta en lo climatológico y
como no, perfecta por la compañía.
¡Os echaba en falta¡
8 comentarios:
Joder Javi, me dejas asombrado, admirado, pasmado, extrañado, fascinado, maravillado, impresionado, desconcertado, conmovido, sobrecogido, estupefacto con las crónicas que te "cascas" últimamente, me tienes que decir a que profesor has acudido para escribir así.
Pasamos muy buena mañana con una ruta que a priori no parece gran cosa, ya que se desarrolla por lugares que acostumbramos a transitar habitualmente, pero que (al menos a mí) resulta bastante dura por el kilometraje y el desnivel.
Echamos en falta a algún habitual que estaban por la ruta de los Dinos, que por cierto, parece que no se va a hacer crónica, pues tampoco se apunta como salida oficial.
Corta!, Muy corta, pero te lo vamos a perdonar por lo que nos haces disfrutar en las subidas y en las bajadas, que no has contado que te encontraste un euro...
Sin duda un espectáculo de ruta. Solo con ver las fotos invita a disfrutar de estos sitios tan bonitos que tenemos en España.
Javi, yo no soy como Vitín, a mi no me producen tus crónicas todas esas cosas que dice El Visir. A mí, tus crónicas me dejan A-NO-NA-DA-DO!!! Que florido lenguaje, que cultura destilan tus escritos, tu mención al código de Hammurabi me roduce escalofríos y lo que me deja sumido en la perplejidad más absoluta es la total falta de interjeciones, juramentos y muletillas en tus escritos (ya te digo). No sé, es como si la hubiera escrito "otro" Javi Bartolo.
No me pena nada no haber podido acudir a la salida, disfruté mucho más en Los Dinos con mis compañeros y, sin embargo, amigos; David y Diego (Ah! y con mi par de amigas de cuyo nombre no me acuerdo pero sí de su apellido; LUCK)
Muy buen día de btt y una gran crónica como a las que ya nos tiene acostumbrado nuestro gran Javi "AnaRosa" Bartolo.
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