17 de enero de 2016
Distancia: 48km
Desnivel acumulado: 971mt
IBPindex: 69
Crónica por Miguel Angel
…Y por fin la Nieve.-
Este invierno es un tanto atípico, hace escasas dos semanas
que íbamos de corto y, ahora si que si, caen las primeras nieves, por lo que
tenemos claro que el objetivo de la ruta de hoy es de ir en su busca, yo
particularmente, no sé cuándo la pisé la última vez y es que parece que voy
progresando adecuadamente, en esto de ir saliendo los Domingos con la cuadrilla.
Parece que es más el compromiso de la cuadrilla, que el
calor que dan unas buenas sabanas con un buen almohadón, así que hoy el punto
de salida está más que concurrido que nunca; somos 19 bikers los que estamos
preparados para pasar una buena mañana, puede ser también que estaba programado
un almuerzo, el cual se suspendió a última hora por culpa del frío, (y yo me hago
una pregunta, donde se almuerza normalmente, ¿qué es lo que hace?).
Puedo ver entre otros a Manu, que con lo poco que salimos,
es más difícil que coincidamos los dos de que haya un doble eclipse de sol un
mismo día.
También contamos con la presencia del aguilucho,
(desplumado), de Anguiano, que por exigencias del guión, no lo volveré a
nombrar en el resto de la crónica, ya que desapareció, misteriosamente a la
salida de Sorzano.
Comentar que Diego aparece muy bien pertrechado para la
ocasión luce encima del culote una buena pantaloneta de gore tex, por eso de
las salpicaduras de barro-agua, y que hoy pilota una fat bike, para disfrutar
de lo lindo.
La sensación térmica es de frío, sobre todo en los primeros
compases de la mañana, las manos son las que más se quejan, y más concretamente
los dedos, bueno, Víctor en vez de dedos
debe tener injertos de madera o algo parecido, ya que el tío va con guantes
cortos.
La sensación de frío desaparece al ritmo que aumenta el
pedaleo y que avanzan los kilómetros recorridos.
Salimos dando los cinco minutos de cortesía, hacia Sorzano, hoy
es día de caza por la cantidad de coches que están en los aparcamientos de
cazadores, eso sí, muchos disparos no se oyeron.
Ya en Sorzano, (así me ahorro el tramo que va desde Lardero,
camino de las vacas y guardaviñas), hacemos la primera parada, para
reagruparnos, y en mayor o menor medida a comer alguna barrita, normalmente, los
que llegan primero les da tiempo de avituallarse y de acicalarse, pero los que
llegan en último lugar, solo les da tiempo de oír, “Vamos, que se nos hace
tarde”.
No sé si me estoy haciendo mayor, o qué es lo que me ocurre,
pero cada vez hay más tramos en las que me dan pampurrias el tener pasar, uno
de estos tramos, va desde la salida de Sorzano, hasta las primeras curvas en
las que ya dejamos a la izquierda el camino que va a la Hermedaña, para centrarnos
ya en la subida al Moncalvillo.
Por fin, ya era hora, plato mediano, plato pequeño, con
treinta marchas uno se aburre de tanto cambiar, habrá que ir pensando en
desprenderse de algún plato, parece que es lo que se va imponiendo en el grupo,
Refiérase plato como parte del engranaje en el grupo de transmisión, de los
platos en las que se sirve la comida, es mejor no tocarlos de momento.
Ya pisamos nieve, que guay del Paraguay, vamos eligiendo por
qué zona pasar, si pisamos nieve virgen hay que abrirse camino y eso hace que las piernas hagan más fuerza y
se resientan, y si vamos por dónde está pisado, corremos el riesgo de dar algún
que otro patinazo.
Así que poco a poco vamos hacia la captación de agua, en la
penúltima curva antes de llegar a la parada, los más torpes hemos de echar el
pie a suelo, y es que las piedras que existen están tapadas por la nieve, y
esto hace, en mi caso, que la rueda trasera, no sea capaz de pasar una de
ellas, lo mismo les pasó a los que íbamos más o menos juntos, los primero me
imagino, que no tuvieron ningún problema y que tiraron para adelante como los
de Alicante.
Una vez que ya pudimos volver a montar, nos encontramos con
el problema de meter las “clavas”, ya que la nieve apelmazada en la base de las
zapatillas hace que sea bastante complicado.
En la paellera, antes de enfilar la captación de agua, está
Dieguito con su supermáquina, apostado en la curva para ir inmortalizándonos
según vamos pasando.
Que me acuerde, porque esta crónica, la empecé el domingo
tarde y estamos a miércoles, en esta parada, estuvimos esperando a un
estilizado Israel, que subía como un campeón con la Fat Bike, que le había prestado
Dieguito, Dalmau, no sé si llegó o se dio la vuelta ya que siempre anda con
prisas, y a Manu, que es el que iba más retrasado del grupo.
Mientras iban llegando los de atrás, fotos por aquí por
allá, bolazos de nieve, el caso que se decide seguir subiendo hasta llegar a
una distancia razonable, para después bajar y coger el camino que va a la
fuente de la Alameda.
Miedo da la palabra “Razonable”, sabiendo lo locos que
estamos.
Bien, una vez que ya las nieves empezaban entorpecer la
ascensión, llega el momento de bajar hasta el cruce del camino de la Fuente de
la Alameda, aquí, foto de grupo de rigOR, uno no sabe ya donde mirar en el
posado, con tanta cámara fotográfica, ya que Víctor apostilló la suya en la fat
y Dieguito al final, consiguió que su móvil se sujetara y no se cayera más
veces al suelo.
Retomamos la marcha, bajar y bajar, intentando no rodar,
todo muy blanco y muy bonito, de repente, oigo como un tractor, un quad, pero
si es Dieguito bajando como un suspiro, como goza el chaval, y los demás también
disfrutamos viéndolo, tenéis que ver el vídeo con cámara subjetiva que ha
realizado.
Cuando ya descendemos a la altura de las chalets inacabados
del campo de golf de Sojuela, cogemos la senda que nos deja en el cruce con la
carretera de va de Sojuela a Sorzano, para continuar con una variante, esta vez
decidida in situ, el Annapurna.
Se trata de un montecito, con una empinada subida, que si
añadimos la humedad del suelo se convierte en un reto para los que le ven
posibilidad de subir a la cima, unos cuantos ya lo intentaron varias veces, y
unos pocos lo consiguieron.
Luego viene cuando uno “arriesga”, no me refiero a la bajada
que se las trae, sino que yo me quedé haciendo un par de fotos en la cima, así
lo que conseguí es quedarme aislado y totalmente retrasado del grupo, cosa que
puedo constatar, por las fotos hechas por mí personalmente.
Bajar, tampoco bajo nada, pero es bonito ver como el grupo
te anima, o eso creo, a que te tires por la senda embarradita como si tal cosa,
yo sigo sin verlo claro, así que la bajé a pie.
Bueno, pues ya solo queda lavar la bici e ir a almorzar,
cosa, que yo mismo reconozco, que hago muy bien.
En resumen:
Como el sábado nevó, no teníamos excusa para ir a la nieve,
así que fuimos al Moncalvillo, conocimos el Annapurna, y al llegar a la city,
de almuerzo, huevos con jamón, como dice la canción.
Saludos y hasta pronto.
7 comentarios:
Buena crónica Miguel Angel, y mucho compromiso ya que encima te quedasta a almorzar.
Y David, que tanto le gusta la nieve se paso toda la mañana protestando, "que porque no subimos hasta arriba, que porque se ha suspendido el almuerzo..." y luego va y no se queda a la comilona.
Pues eso, primeras nieves del invierno y primer disfrute del blanco elemento.
Miguel Ángel, excelente crónica. Por ponerle un "pero", tienes que mejorar tus dotes memorísticas o, en su defecto, mirar con más atención la foto de grupo. Si lo haces te habrás percatado de que yo también fui integrante de la partida e, incluso, haciendo gala de mi compromiso, me quedé a degustar los manjares con los que nos obsequió Gerardo.
No obstante, también puede ser que no sea culpa tuya sino que Vitín "el Torpedo de Islamabad" no haya querido incluirme para ganarme en la clasificación de salidas.
O quizás (siendo generosos) Víctor no haya reparado en mí porque, como ya no doy espectáculo y soy de tamaño reducido, paso completamente desapercibido.
PD. Apúntame la salida antes de que el spinning te derrita las meninges.
Eres un campeon, "trankas" sobre todo en la mesa.
Salud,
Barrancas
No puedo fardar de memoria, no sé si es culpa del Alzheimer, o el pseudo licor del almuerzo, pero te juro que yo no tengo nada que ver, algún despistado del spinning tendrá la culpa, y no digo nada.
Buena crónica Miguel. Ya es hora que te curres una crónica como Dios manda.De todas las maneras espero que este año te tomes a la cuadrilla con un poco más de seriedad y hagas uso de ella al menos "tres veces más" que lo que nos atendiste el pasado año. Me doy cuenta de que esta temporada te quieres integrar con fuerza ya que incluso vienes a almorzar aunque sea a escote. Sigue así, tu presencia es totalmente necesaria.
Te'stim.
Bien Miguel, buena crónica, y perdón por leerla un poco tarde. Al paso que va el Invierno va a ser la primera y última crónica con nieve. Unos lo sentirán y otros se alegrarán.
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