19 diciembre, 2013

Se Montó El Belén (18 Ciclistas)





15 de diciembre de 2013
Distancia: 45km
Desnivel acumulado: 805mt
IBPindex: 74

Crónica por Diego “Biker”.


Finaliza el año y, fieles a las tradiciones, la ruta prevista por Víctor para hoy consiste en ir a poner el Belén en el lugar elegido este año: las palomeras de Nalda. En definitiva, una reunión de amigos que busca una excusa para reunirse y brindar por las fiestas navideñas.

Después de muchas semanas sin salir con los OR hoy no podía faltar. Pero ya sabía lo que me esperaba, así que, tras abrigarme para soportar la helada que había a las 8 de la mañana llego al punto de encuentro sin hacer mucho ruido, intentando pasar desapercibido, a ver si David no repara en mi presencia y le asigna la crónica a otro.

Pero nada más llegar, Mario me hace un gesto extraño: se toca la cabeza. Y entonces caigo: con las prisas, se me ha olvidado el casco. En mi defensa alegaré que el calorcito del gorro hizo que no me diera cuenta de que no llevaba el casco puesto. Al momento, todos, incluido David, se percatan de mi presencia, así que vuelo a casa a ponerme el casco entre los gritos y mofas de todos.

Iniciamos la ruta por el camino viejo de Alberite. Al estar cortado por las obras cogemos la senda del río, para deleite de los amantes de los caminos estrechitos. Superado Alberite continuamos sin detenernos hacia Clavijo por el camino de la ermita de San Marcos. En un alto que hacemos en un cruce para esperar se abre un debate sobre lo subjetivo del concepto subir rápido y subir lento.

Llegamos a Clavijo, donde no podemos coger agua porque la fuente esta cortada. Mariano dice que se da la vuelta, así que los demás continuamos por el camino de Trevijano.

Al poco rato Marcelo tampoco tiene muchas ganas de continuar, sugiriendo bajar con Mariano; Mariano no responde al teléfono así que Marcelo decide continuar. Pero en lugar de subir por la senda que nace en la curva como todo el mundo continúa por el camino. Le digo que el resto no ha subido por ahí pero hace caso omiso. Bueno, al fin y al cabo, arriba nos volveremos a encontrar.

Yo, que cerraba el grupo, tiro para arriba por la senda, que agarra bastante bien porque la tierra está helada, pero que tiene zonas de mucha pendiente con piedras sueltas que hacen muy difícil superarla toda montado. Doy con la trazada buena y consigo no tener que bajarme, pero el esfuerzo realizado lo acusaré el resto de la jornada.

Poco a poco llegamos a Cerro Valmayor donde, tras el reagrupamiento, continuamos por el camino que va cumbreando y descendemos a La Hoya. Allí nos sorprende Mariano que, recuperado del esfuerzo y haciendo gala de su pundonor, ha continuado subiendo por el camino. Ahora iniciamos el descenso hacia las palomeras por el empinado camino que baja por debajo de las peñas, cruzándonos con algún caminante que saluda amablemente y algún cazador que nos dirige unas miradas poco amigables.

Nos salimos del camino para dirigirnos a la Nevera de Nalda, continuando por la viña para bajar por el aún más empinado camino que nos dejará en las inmediaciones de las palomeras.

Ya en las palomeras aparece Marcelo. Nadie sabe hasta dónde subió ni por dónde ha bajado, pero no podía perderse el acontecimiento. Así que uno por uno vamos dejando en los nichos destinados a los nidos de las palomas las figuritas que hemos traído, conformando un Belén un tanto peculiar.

Tras las fotos de rigor, brindamos con vermouth y con cava por las fiestas navideñas mientras degustamos los turrones, mazapanes, alfajores y otros dulces que hemos traído.

Tras el ágape, bajamos hasta la carretera y continuamos hacia Logroño por el camino volviendo a tomar la senda del Iregua.

Al llegar a Logroño, algunos decidimos poner el colofón a la ruta de hoy con un almuerzo en el Rincón de Pepe. Mientras comentamos la ruta de hoy aparecen algunos componentes del grupo Rutas Moncalvillo que acaban de terminar su ruta y vienen a lo mismo: a almorzar. Así que mientras nos preparan el almuerzo compartimos chanzas, chascarrillos y comentarios en torno a este deporte. Con los platos en la mesa, todo el comedor se queda en silencio hasta que, poco a poco, se reanuda la charla.

Finalmente el almuerzo corre a cuenta de Mario que amablemente nos invita por su cumpleaños. Muchas gracias Mario.


1 comentario:

vitinbtt dijo...

Muy buena crónica y FELIZ NAVIDAD A TODOS MIS AMIGOS QUE SOIS VOSOTROS.