08 octubre, 2009

Extrem Jarreros (26 Ciclistas)

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Extrem Jarreros from Vitin btt on Vimeo.


04 de Octubre de 2009

Distancia: 49Kmt.

Acumulado 2009: 2364Kmt.

Desnivel acumulado: 1507Mts.

Perfil

IBPindex: 137.00

Imagen Google Earth

Imagen Compegps

Track

Crónica por Eduardo “Máquina”.

Tate, Julio, Javi”solera”, Eduardo, François, “Juanra”, Alberto”solera”, Mario, Alberto”Winnie”, Jesus”Tragaldabas”, Ramón, Santi, Diego, Jose Luis “Niño”, Manu, Fernando”Fer”, Jorge”treck”, Victor; por parte de los “Sandalios”: Angela, Hector, JoseRa, Goyo, Sergio, David, Fernando y Guillermo.

¡Venga, vale!, ¡aquí estoy, dispuesto a hacerlo por primera vez!... Siempre me había preguntado que sentiría… “¿me gustará?, ¿me pondré nervioso?, ¿lo sabré hacer bien?”… Bueno, en realidad todos sabemos que la primera vez es un poco decepcionante, por eso, ya que va a ser público, pido disculpas a todo el mundo de antemano; aunque os puedo asegurar que pienso poner todo el empeño.

En realidad ya había imaginado que podría llegar este momento, pero cuando Victor “Boss” nada más comenzar la ruta me dijo “Chissss, Eduardo ¡te tocó!”, supe que era inútil hacerse el estrecho. Así que heme aquí, frente al ordenador intentando resumir lo que fue una mañana de mucho mountainbike y de muchos amigos que nos juntamos en Haro para disfrutar de una ruta que prometía.

Tras ocupar casi la mitad de las plazas de aparcamiento del polideportivo municipal de Haro, poco después de las 8 de la mañana nos pusimos en marcha 25 machotes y 1 superwoman. Ya de inicio nos sorprendió el primer retraso; Winnie recibe una llamada comentándole algún problema en el bar. El problema era con la caja registradora y sinceramente…, un bar puede funcionar sin tele, sin café, sin hielo e incluso sin el jefe, pero no puede hacerlo ¡sin caja registradora!.

Subsanado el problema, nos ponemos en faena, primero con unos 5 kms. por carretera, apenas transitada a esas horas. Tras pasar las campas en las que se desarrolla la “batalla del vino” cruzamos el puente sobre la autopista para iniciar nuestra particular batalla. No pretendo ponerme belicista pero es cierto que la ruta iba a presentarse bastante más dura de lo que muchos habían imaginado. Varias rampas, de porcentajes superiores al 25% nos harían pelear con todas nuestras fuerzas para tratar de no caer de nuestras monturas. Desgraciadamente como le ocurriera al “Hidalgo Caballero” todos nosotros fuimos derrotados por la naturaleza en una u otra ocasión.

Dejada ya la carretera, comienza una pista muy pedregosa al principio, lo que ocasiona el primer pinchazo del día. Afortunadamente, a pesar de que éste llegó pronto, solo tuvimos un par de ellos más. Mientras una parte del grupo se quedaba dando apoyo técnico y moral, el resto continuó unos kilómetros hasta los vestigios de las antiguas salinas de Herrera. Dejamos ya la pista principal para tomar la primera senda del día en ligero ascenso; poco después una nueva senda bastante más exigente estirará bastante el grupo y nos obligará a hacer una nueva parada.

Tras agruparnos, enlazamos otras dos sendas en descenso; rápidas y sin dificultades técnicas, que nos permiten disfrutar con las trazadas entre el denso bosque. Otro tramo de pista ancha hasta afrontar un rampón que sólo superan sin echar el pie 3 ó 4 machacas; rápidamente enlazamos con otra senda, mucho más revirada que las anteriores, algo más técnica y en subida nos dejará en la ermita de San Juan del Monte. Aprovechamos para hacer unas fotos de grupo y disfrutar de unas vistas realmente sorprendentes. Seguro que más de uno no se podía imaginar que tan cerca de la “capital del vino”, además de viñedos, existiera semejante masa forestal.

Descendemos rápidamente hasta llegar a los merenderos de San Juan, poniendo a prueba nuestros empastes en unos escalones que nos dejarán cerca de la única fuente con agua que encontramos en todo el recorrido. Por entre las casetas buscamos otra senda, bastante más larga que las anteriores y aunque con menos vegetación resulta extremadamente rápida y divertida. Uno a uno, las expresiones al llegar al final eran las mismas: “¡qué pasada!”. Con la emoción del momento encaramos la subida más larga de la jornada, que con más o menos dureza nos llevará hasta las proximidades de la cima de Peñalrayo. Por allí sufrimos un par de incidencias Angela y Sergio se pasan de largo el camino y a pesar de los gritos no consiguen oirnos e inician un rápido descenso que lleva hasta Galbárruli. Tras llamarles por teléfono esperamos a que volvieran; sinceramente me dolió bastante que se tuvieran que pegar esa pechada extra por no habernos parado en un lugar más claro; ¡lo siento chicos, perdón!. Poco después Julio sufre la rotura de la maneta del cambio, lo que impide que pueda cambiar de piñón y le obligará a dejar la ruta antes de tiempo.

Descendemos de Peñalrayo por una senda hasta enlazar de nuevo con una pista más ancha, perfectamente ciclable hasta llegar a una enorme pared de unos 100 m. de longitud y casi otros tantos de desnivel. Evidentemente todos nos vimos obligados a subirla andando. En ese momento me acordé de “nuestro” pro Carlos Coloma que pensaba habernos acompañado, pero que le coincidió con su despedida de soltero. ¿La habría subido?... ¡Enhorabuena por tu boda, Colo!.

Poco después, una equivocación del que “conocía” la ruta, nos obliga a todos a hacernos un par de kilómetros de más (eso pasa por fiarnos de los aficionaos…). Retomado el camino correcto enlazamos dos sendas absolutamente IMPRESIONANTES. “Por estas sendas se pueden hacer 2 kilómetros de más o los que hagan falta”. En especial la senda de los Tejos, que más que por una senda, parece que vamos descendiendo por un barranco. Espesa hasta resultar oscura, técnica pero sin ser demasiado difícil, llena de rocas cubiertas de musgo, revirada, solitaria, maravillosa. Una escalera metálica permite descender un resalte rocoso de unos 5 m. que hasta hace un par de años debía hacerse agarrando una cuerda.

Los tramos de disfrute se alternan con los de gran esfuerzo y tras esta senda, llega otra terrible subida hasta cerca de la cima de la Cruz de Malpica. De nuevo esta ascensión es una dura prueba que se nos plantea y obliga a darlo todo para superarla. Más de un gesto de satisfacción se vio en aquellos que lo lograron y más de un juramento salió de la boca de los que no pudieron con ella. Alguno que otro seguro que se acordó de la familia del que propuso su ascensión.

De nuevo un largo parón para reagruparnos, un pinchazo y preocupación por las muchas horas que ya llevamos de ruta. Hay que tomar una decisión; si seguimos la ruta prevista, nos quedará algo más de una hora y no llegaríamos a las duchas, por lo que la decisión está tomada; intentaremos volver a Haro por el camino más corto y con la premisa de que llegue alguien antes de que cierren el polideportivo.

Queda pendiente para otra ocasión la suave ascensión hasta el curioso Yermo Camaldulense y otra preciosa senda; pero así tenemos una excusa para volver.

Desgraciadamente en esta precipitada retirada se produce la caída de Manu, que se pega un tremendo costalazo en el lado izquierdo. ¡Que no sea nada!.

Los datos objetivos hablan por si solos: Una media de apenas 13,5 km/h. en movimiento y 9 km/h. en total; 50 kms. (de los cuales unos 8 ó 9 fueron por carretera) y 1500 m. de desnivel acumulado; nos indica claramente que la del domingo fue una tremenda ruta de mountainbike, en un sitio insospechado por muchos.

Después de asearnos en los vestuarios cedidos desinteresadamente por el Ayuntamiento de Haro, pudimos disfrutar de una agradable comida en el restaurante que está junto al polideportivo. Risas, bromas, comentarios sobre la aventura vivida y sobre las que esperamos disfrutar a lomos nuestras bicis. En definitiva, una agradable jornada junto a los amigos.

Bueno, pues para ser mi primera vez he aguantado bastante antes de… ¡ahhh, ahhhhhh, ahhhhhhhhhhhhh!...

Como en Picasa tenemos casi 250 fotos de esta ruta las podeis ver AQUÍ

4 comentarios:

vitinbtt dijo...

Eduardo, muy buena la crónica y eso que decias que no sabias.
Por otra parte, la ruta me parecio de lo mejorcito, subidones, casi todos de platillo, y las sendas una maravilla, habia de todo tipo unas rápidas y otras técnicas pero estas últimas sin ser imposibles salvo un tramo en la senda del tejo.
En definitiva, tenemos que volver para hacer la senda que nos faltó o esa será la disculpa.

Cuarentena dijo...

Muy buena crónica, Eduardo... y cojonuda la ruta. Qué sendas, qué bosques, qué,... ¡qué subidas! A finales de noviembre la intentaré con los de San Asensio pues toda las sendas de la zona de la Ermita no me las conocía. Eso sí, ya que tenemos que ir en coche, saldremos desde San Felices.

Saludos.

Anónimo dijo...

Todo güay, y si la próxima hay compartir vestuario y ducha con la gente del Voley, pues nada encantado, un poco más apretados y ya está.

Javier

François dijo...

Eduardo, vaya pedazo de crónica que has escrito!!! Igual te nombramos cronista oficial, je, je... Agradecerte la estupenda ruta que nos has preparado. Ha sido preciosa, una de las más completas que he realizado últimamente. Vaya sendas, de alucinar!!!