31 mayo, 2021

Cortafuegos de Moncalvillo (11 Ciclistas)


 

“EL REGRESO”  

23 de mayo de 2021

Distancia: 52km

Desnivel acumulado: 1148mt

IBPindex: 80

Track en Wikiloc

Crónica by “FerVantes”

 


Luis, Jero, Isra Tomás, Javi, Félix, Pepe, Víctor, Toño, Fer, Javier (Pinchazo)

 

 


Se terminó el confinamiento, el cierre perimetral, el toque de queda, el aburrimiento, el ¿A dónde vamos hoy?, los almuerzos clandestinos, el vivir de las rentas, en definitiva, la paz. La esperada vacuna ha llegado, y la Cúpula al completo, incluida toda su corte de palmeros, chambelanes, mayordomos, guardián del libro de las mil rutas y hasta los bufones y mozos de bacín han recibido su primera dosis. Otra vez se sienten fuertes y seguros, la sangre parece volver a correr por sus venas, y poco a poco irán incorporándose a la manada. Sin duda exigirán en próximas salidas, y por la fuerza si es necesario, ocupar sus antiguos lugares de privilegio y restaurar las antiguas tradiciones. No será una tarea fácil, pues la pereza junto con ciertos aires democráticos, se han ido apoderando de este grupo, como la hiedra y el muérdago invaden un árbol hasta secarlo.



Una de las primeras tareas a la que se han afanado es a la adjudicación de crónicas. El pobre Dalmau, en su aún incipiente dominio del castellano, no entendió el carácter de broma con el que se le adjudicó el pasado domingo la primera crónica de la nueva era, y va y la escribe. Pese a mi inicial empecinamiento, no pude negarme a escribir yo la segunda, cuando Vitín empezó a hacerme pucheritos.




Como acto de rebeldía, he jurado que esta crónica y las venideras serán más breves, que seguiré hablando de todo menos de lo que realmente hicimos, que daré grandes brincos sobre los recorridos por donde pasamos, y que si es necesario alteraré la realidad hasta hacerla bonita. También he prometido a mi amigo Israel que ya no recurriré al diccionario de sinónimos, así que huiré de lo superficial, de la farfolla, de las palabras vacuas, y no sucumbiré a la veleidad de las ideas triviales.

La ruta de este domingo nos lleva una vez más por las extensas y fructíferas laderas de Moncalvillo, pero esta vez siguiendo caminos, sendas y pistas poco habituales, por lo que entenderéis que muchas ya se me han olvidado. Camino de Sojuela, no os lo podréis creer, nos encontramos colgado a la orilla del camino, el cuadro de Van Goght “Campo de amapolas”. Su belleza, casi onírica, nos cautivó a todos y nos dejó sin palabras, menos a Javi, que dijo: “Este cuadro no ha estado aquí nunca”.




Como si se tratase de una exposición al aire libre, otra obra de arte nos estaba esperando llegando al campo de Golf. Esta vez el lienzo se encontraba extendido sobre las pequeñas praderas que hay debajo de los cables de la luz, en la senda de Bartolo. Su título: “Toño entre cantuesos”. Nunca antes, su grácil figura había sido plasmada con tanta hermosura. También debo decir que, al estar de espaldas, facilitó enormemente la tarea del artista.




Al llegar a la finca de los caballos, cogemos la pista de la izquierda y empieza lo duro. Javier, del Pinchazo, empieza a sufrir, se da cuenta de que él no lleva bici eléctrica y se va reservando para lo que pueda venir.

Aprovechando una salida de cadena de Isra, cualquier excusa es buena, nos quedamos rezagados en animada charleta, intentando emplomar el grupo. (Significado de “emplomar un grupo de BTT”: Acción humanitaria y altruista, por la que uno o varios miembros se sacrifican dejándose caer hacia las posiciones de retaguardia, consiguiendo con este gesto que la velocidad del grupo baje hasta unos niveles cardiovascularmente aceptables, favoreciendo de este modo el diálogo y la integración entre sus componentes”). En estas estábamos, cuando apareció milagrosamente para indicarnos el arranque de la senda del Galgo, la Madre Teresa de Calcuta y otros Montes, que por si no os habíais enterado, ha vuelto de su retiro espiritual, con más kilómetros en las piernas que Anacleto Jiménez y con muchas ganas de seguir dando guerra.




La senda del Galgo es amplia, limpia, dura pero asequible. Al permitir el pedaleo te incita a seguir y a esforzarte para superar ciertas zonas difíciles. Salimos a la pista que  cumbrea el Serradero y llegamos a la torre de vigilancia. Con buenas vistas y aire fresco nos damos un merecido descanso, y aprovechamos para comer algo. Nuestros queridos amigos Luis y Tomás se encargan de amenizar el avituallamiento. Luis con sus inigualables emparedados y Tomás con sus exquisitos chocolates y rosquillas. ¡Que Dios les conserve la salud y las dos manos muchos años!





Iniciamos el descenso por el camino que arranca desde la misma torre, en dirección norte. Si por un momento desapareciesen los pinos, iríamos viendo a nuestra izquierda nuestro pequeño Cañón del Colorado riojano. El camino rápidamente gana en pendiente y se convierte en un “despeña burros”, lleno de piedras sueltas y malos presagios. Un inusitado soplo de sensatez y otro, no menos fuerte, de mieditis, nos invade a todos y decidimos bajar andando.






El camino se suaviza y, a la vez que se ensancha, se llena de grandes ramas y palos sueltos. La tragedia, tantas veces repetida, se masca en el ambiente. Uno de estos palos entra en la rueda trasera de Félix y hace un estropicio. En ausencia de nuestro maestro mecánico titular, Diego “manos tijeras”, entra en acción el mecánico suplente Victorino “manos limpias”. Un primer diagnóstico eleva la avería a tres radios rotos, pérdida total de fluidos y luxación de la articulación del cambio. Intentando ayudar, me agacho y hago un reconocimiento visual de la zona afectada. No hay palabras conocidas para describir lo que veo, por lo que no me queda más remedio que inventar una nueva: “Purina”, acepción de la palabra coloquial “rulina”, con la que se conoce cada una de las dos roldanas que sirven de guía a la cadena de una bicicleta. Para que una rulina se convierta en “purina” debe ser sumergida tres veces en purines y pan rallado consecutivamente, tras lo cual deberá macerar un mínimo de seis meses al aire libre y doce en bodega. Pues eso, dos “purinas” fue lo que nos encontramos en el cambio de Félix. Impresionados y consternados por tamaño descubrimiento, decidimos por mayoría que debe ser condenado, por el grave delito de ausencia de cuidados mecánicos, con los agravantes de reiteración y de ser un “maltrazas”, a la máxima pena de volver solo a casa.  Y tuvo suerte de que Pepe no vio el desaguisado, porque aún se hubiese ido con un par de “cinglazos” en los riñones. 



  

Para completar el descenso en dirección a Daroca, cogemos la que llamamos senda de los Super Pitufos, y por Navarrete a Logroño.





Para celebrar lo mucho que tenemos, lo bien que nos lo hemos pasado, y que Félix ha llegado a Logroño sin signos aparentes de haber sido forzado en el bosque, lo celebramos con champán y helado. Nuestro gran Jero, maestro del equilibrio y de la puntería, ya sea sobre vehículo aéreo o terrestre, y pese a no ver un pijo por culpa de la alergia, no derrama ni una sola gota.

 

Hasta la próxima.




   

 FOTOS AQUÍ:

https://photos.app.goo.gl/KDgBqpRqiXC1sjZy8

 

8 comentarios:

vitinbtt dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
vitinbtt dijo...

Fernando, como es costumbre te tengo que decir que eres un maestro en esto de la escritura, da gusto leerte por lo que me alegro un montón que escribieses esta crónica. No se puede decir mas, solo hay que leerla y disfrutar.
Esto va por días, no se sabe si la esta semana habrá crónica....

Pepón dijo...

Fernando, solo puedo repetir que eres el evangelio de la cuadrilla, no se puede tener más arte. La panadería ha hecho mucho daño pero no ha podido un ápice con tu literatura...genial.

Igor San Juan dijo...

Fantástica crónica alcalaino me has echo sonreír muy chula

Luis dijo...

¿Algo que decir Tomás, por alusiones de Pepón?
Me he reído a gusto y he disfrutado tu crónica, Fernando. Me reía recordando cómo sacabas mierda de las roldanas. Te daba miedo hasta con un palo. Pero Félix no sabe leer. Al menos estas crónicas. No valdrá para nada darle caña.

javi dijo...

Gran cuadrilla gracias por no sacarme los ojos de las cuencas ...un placer

Anónimo dijo...

Como siempre hay que felicitarte. Ya iremos llegando todos.
Salud y esperanza,
Barrancas.

Pepón dijo...

Ostia he querido decir la pandemia no la panadería