12 agosto, 2020

Canales 2020 (10 Ciclistas)

 

 

CANALES  2020

26 de julio de 2020

Distancia: 37km

Desnivel acumulado. 1237mt

IBPindex: 106

TRACK EN WIKILOC

Crónica by Ricardo “Barrankas”


Toño, Javi, Pepón, Ricardo, Vitín, Israel, David, Jero, Nacho y Gustavo


A pesar de los años que he organizado la etapa por Canales, todavía siento mariposas en el estómago, será por las ganas que uno tiene de que todo salga bien.

Este año dadas las circunstancias todavía más, si cabe.

Ya desde su preparación con el gran Trankas, hasta su celebración, han sido días de darle vueltas a las cosas hasta dejarlas más o menos bien, pero siempre con la espada de Damocles sobre la cabeza.




Hemos quedado en el pueblo a las 9, y puntuales llegan como siempre, para aparcar en la cochera que muy gentilmente nos deja Carlos, un amigo y vecino del pueblo.


Van llegando:

Fernando di Blasi, (ya lo siento) con su copiloto Pepón, valvulinas 2.

Antonio Andrés, gran piloto de rallye, pero parece ser que se le da mejor el asfalto que la tierra, con su copiloto Isra, el hombre tranquilo.

Bartolo, amarga sendas y valvulinas 1, con el jefe Víctor (un respetito) manirroto man.

El abuelo David, y todavía vigente campeón de la RBR para mayores de 60 años, con Madelman Jero, el hombre de Instagram.




A estos amigos y a mí se nos unen dos lugareños, Nacho y Gustavo.

Así pues, tras los saludos y presentaciones pertinentes, a las 9,15 como estaba previsto comenzamos nuestra aventura.

En cuanto cogemos agua en la fuente de San Andrés, enfrente de nuestro flamante teatro, arrancamos cruzando el pueblo, para salir por la ermita de San Antonio y dirigirnos por el camino del Arenal hacia las Centeñeras. Ya en cuanto salimos, las primeras rampas hacen quejarse a mas de uno, pero ni caso, son chicos potentes, aunque es cierto que tan de repente duelen, además vamos ya en continua ascensión, no demasiado dura pero constante. Una vez realizado este primer cumbreo, un suave descenso entre ovejas e intentando evitar a los mastines, nos deja a los pies del primer rampón de la jornada. EL CAMINO DEL ALEMAN.




Es una bonita y exigente subida de un kilómetro o un poco más, entre refrescante sombra de hayas. Hay algún tramo un poco roto, otros con ramas, alguna piedra, lo que lo hace que sea algo técnico, pero sin dificultad.




Parece que nos la tiene jurada, este camino, o es que tenemos que pagar un peaje al señor del bosque (estoy viendo la trilogía del Baztán y me viene a la cabeza), pero como ya ocurrió en años pasados la más importante incidencia del día ocurre aquí.

Como antaño Vitin, hoy le toca abandonar al gran ciclista di Blasi, una rotura del cambio lo manda para casa.

Menos mal que es un hombre de recursos y una vez en el pueblo, coge sus botas de trekin y sus bastones y aprovecha la mañana dándose un buen paseo.


Continuamos nuestra ruta.

Después de superado este percance, salimos a la pista que nos dejara en el límite con la provincia de Burgos, para seguir con otra pequeña ascensión.

La subida que ahora nos toca no es muy fuerte y es una verdadera gozada subir por ese camino, con alguna raíz de esos viejos robles a la vista, que hoy no tienen ningún problema ya que están completamente secas, estando húmedas pueden darte algún susto.



Los árboles que aquí nos dan sombra son un verdadero espectáculo y no porque los tenga muy vistos menos impresionantes, uno no se cansa de verlos y los que no los conocían se quedan verdaderamente impresionados.

Además todo su entorno, limpio y cubierto de helechos, hacen del lugar un paraje de ensueño.

Sobresale del resto un viejo roble afectado por un rayo y de unas dimensiones descomunales.




Después de las fotos de rigor, sobre todo de nuestro instagramer favorito, tenemos que continuar. Nos dirigimos hacia la población burgalesa de Monterrubio de la Demanda.

Primero, un suave descenso entre los robles nos deja en el GR que une esta localidad con otra (Huerta de Arriba), para después con algo más de pendiente convertirse en una bajada rápida y limpia por una pista con la única dificultad de tener que sortear los destrozos efectuados por las últimas tormentas en algún tramo.

Acabada la bajada tenemos un par de kilómetros hasta el pueblo (Monterrubio de la Demanda), que son de un tranquilo rodar. Cruzando la carretera BU-825 entramos al pueblo para hacer nuestra primera parada a por agua.


Una vez avituallados va a comenzar el primer subidón del día.

Salimos del pueblo, y una vez pasada la señal de fin de población, como a 20mts. giramos a la derecha para encarar una pista que va rodear el monte y que en su principio son unos 3 km. duros, duros de verdad. Vamos a pasar de los 1150mts. a casi los 1400.  En este punto se empiezan a hacer algunas diferencias.



Algunos nos quedamos a esperar a Nacho y Gustavo que van un poco justos, mientras los demás, ya saben que al final de la subida una vez pasado el paso canadiense deben de esperar.

Así lo hacen y al poco, una vez todos reunidos, y nuestros amigos recuperados de la ascensión vamos a rodar por uno de los sitios más bonitos de la ruta.



Nos adentramos en un hayedo espectacular, además se agradece su sombra pues el calor empieza a apretar. El camino alfombrado de hojas se hace fácil, muy fácil, tanto que me tienen que pegar un grito para que pare el ritmo, pues sin darme cuenta los había dejado atrás.

Con todas las veces que he pasado por él y si no es por el jefe (Victor) que llevaba el track los mando hasta el río.

Así disfrutando de este camino, llegamos a la carreterilla que va a la Ermita de La Soledad, pero nosotros la cogemos en sentido ascendente para ir a parar al abrevadero que tenemos cerca, para comer algo y coger agua por última vez.




 Aquí nos tomamos un respiro, sin prisa, y entre chascarrilo y chascarrilo, vamos llenando nuestros bidones y mochilas de agua, comemos alguna fruta y como no, los bombones del chino que son interminables.

Dejémonos de charla y a lo que vamos, emprendemos la marcha después de un rato, que ahora viene lo bueno.

Tenemos unos 6 ó 7 kmts. de ascensión con unos porcentajes bastante considerables y constantes.

El principio es suave, por asfalto, hasta llegar al término de Pradejón.


Estamos a 1400 y tenemos que llegar a los 1700 más o menos.

Ahora se convierte, el camino, en pista de tierra que es una suerte como la han dejado de lisa, pues no hace mucho era casi toda ella piedras y más piedras.

Pasamos en primer lugar por la era de la Hombilla, donde pacen y nos miran pasar un puñado de vacas.

A partir de aquí y con calor sofocante, nos adentramos en la arboleda, donde empiezan las verdaderas rampas.

Estas están durante la mitad de la subida siempre sobre el 11%, se hace duro, para unos más que para otros y se vuelven a abrir diferencias.

Justo pasada la mitad de la subida, una curva a derechas nos hace enfilar ya el fin de la subida. Aquí se suavizan las rampas pasando a ser del 8% cosa que no nos viene nada mal, pues unas colmenas colocadas en este lugar nos hacen acelerar la marcha.

Así poco a poco vamos llegando todos al punto más alto de la ruta.

Estamos sobre los 1700mts. y de aquí a Canales, todo favorable, que diría alguno.





Desde aquí y después de comer, beber, descansar un momento y disfrutar de las enormes vistas que contemplamos, arrancamos sin miedo, veloces como el rayo pues la pendiente es la justa para coger una gran velocidad, pero sin riesgo.

Pero tenemos el segundo incidente del día. Jero raja la cubierta y tenemos que ponerle una mecha para taponar, se arregla en un "pis pas" y se infla con un nuevo artilugio que ha traído por si hiciera falta. Es como un compresor en miniatura, y después de varios intentos funciona, ya lo creo que funciona.



 Bueno para no faltar a la verdad diré que mientras algunos arreglaban la avería otros seguíamos disfrutando de las vistas, ya que desde aquí tenemos a un lado la vista hasta los Urbiones y por el otro la pista que te lleva del pantano de Mansilla hasta el San Lorenzo.

Estamos en la loma de Mojón Alto y continuamos, nuestro alegre descenso hasta el lugar que por aquí se conoce como La Cruz de Vado.

De aquí hasta el pueblo son unos 7kms. que se pueden dividir en tres partes.


Una primera senda un poco escondida pero que, entre los gps y que estaba reconocido el terreno, se encuentra fácil, es una sendita estrecha y con alguna piedra, escondida en su mayor parte por las escobas y zarzas, ya que no es muy transitada. La efectuamos sin incidentes y todos prácticamente a la vez llegamos a lo que llamamos el Llano de Las Cordachas.

Desde este llano tenemos que ir girando a la derecha para buscar la segunda parte, que tampoco se encuentra fácil, pero que el sábado mi menda se encargó de ir a marcar.

Era y digo era, una corta pero bonita senda entre pequeños robles y alguna fuente natural.




Ahora la han dejado más corta y han destrozado parte del bosque. Han metido las máquinas para hacer una pista y nos la han dejado para el arrastre. Esperemos un tiempo para ver cómo queda el lugar.

Nosotros pasamos como podemos por los montones de tierra y las rodadas de las máquinas para enfilar la tercera parte. Un largo descenso por unas rodadas bien definidas que nos deja en la entrada del pueblo.

Parecía haber terminado la ruta, pero nada más lejos de mi idea, jeje.

Giramos a la derecha por debajo del depósito, es el camino del Calvario. Aquí nos abandona Nacho, pues para él ha sido bastante. Vamos a salir a la LR-113 unos metros para empezar un recorrido cultural por la zona.

Enseguida entramos a la derecha por un camino recién arreglado hacia el antiguo vertedero, al que dejamos atrás. Parece que la mañana va haciendo daño y el amigo Isra saca otro artilugio (es un cable) y arrastra a Gustavo que ya va en la reserva. Pasamos al lado de la antigua mina y enseguida llegamos a nuestro destino.




Es un lugar de gran arraigo para los Canaliegos, Cividad le llaman, también se dice que aquí estuvo la ciudad de Segeda. Es una loma donde hay múltiples ruinas y coronada ella con un, por lo menos centenario árbol, es un cerezo (ahora no me acuerdo de que tipo) majestuoso. Estamos un rato admirándolo y charlando, unas fotos, y rápidamente para abajo hacia el helipuerto para continuar nuestra visita guiada.




Cruzamos el pueblo (hay poca gente, pues están celebrando misa), primero pasamos por la Espinilla, lugar de reunión y fuertes disputas políticas, seguimos por Barrio la Parte y Fuenterrero, para cruzar el río por el puente Manzano, para después de pasar por delante de nuestro magnífico teatro y nuestro singular papamoscas y dirigirnos a la última emboscada del día en la subida a la que es nuestro mayor orgullo LA IGLESIA DE SAN CRISTOBAL, un excepcional románico del S.XII.

Pero, ¡¡o sorpresa!!, teníamos olvidado al gran di Blasi, cuando aparece chiflando y dando voces a nuestras espaldas. Que alegría volver a verlo, con ese porte y gracejo tan singular. Como ya dije al principio de esta crónica no desaprovechó la mañana y se metió una buena caminata.



Unas cuantas fotos, un poco de charla, a recoger, a la ducha y a comer, que nos lo hemos ganado.

No puedo despedirme sin agradecer vuestra asistencia, se el esfuerzo que supone venir hasta aquí.

Como diría otro: Hasta otra canallas.

 



Me encanta que las cosas salgan bien.

Salud y esperanza,

Barrancas.

 

 FOTOS AQUI:

https://photos.app.goo.gl/gSEPwRUVgCisqtR27

 

 

 

 

3 comentarios:

vitinbtt dijo...

Ricardo, crónica excelente, se nota que le pones interés y que te conoces la zona al dedillo.
Ese camino del p**o Alemán lo vas a tener que descatalogar no hace nada mas que joder las bicis, aunque creo que Fernando lo hizo adrede para irse a andar a su aire.
Pero por muy bien que está la crónica, nada que ver con todo lo que hiciste antes, durante y después de la ruta, todo de 10, pasamos un día buenísimo entre amigos gracias a tu esfuerzo y dedicación. GRACIAS POR TODO AMIGO, ¡¡así da gusto!!

Toño Pleitos dijo...

Buena crónica Ricardo, detallada y precisa, con abundancia de datos técnicos, nomenclatura detallada y verbo florido.
Dicho esto, tengo que hacerte una severa crítica; no has hecho mención del doble motivo de la celebración de la ruta y del convite que no es otro que la onomástica y féliz y esperada jubilación del gran Barrancas, al que no mencionas en toda la crónica a pesar de ser el que se ocupó de todo; preparación de la ruta, marcaje de camimos, infraestructura logística, repostaje cervervecero y carga alimenticia en el Restaurante Taberna La Villa. En fin, Ricardo, me parece que obviar la magnifica labor del gran Barrancas denota por tu parte una cierta envidia de una gran persona que se caracteriza, precisamente, por su humildad y al que hay hacerle un merecido homenaje. Gracias Barrancas!!!.
Posdata:El majestuoso árbol que preside Cividad no es, como se afirma en la crónica, un cerezo. Es un ciruelo. De ahí que los hombres de Canales sean conocidos mundialmente por su gran ciruelo.(Datos extraidos de Wikipedia).

Pepón dijo...

Buena crónica Ricardo, hecha con cariño y con mucha dedicación.Simplemente agradecerte el día que pasamos por lo bien que te curraste la ruta y por lo bien que ejerciste de anfitrión ofreciéndonos todo o incluso más de lo que se puede ofrecer para dejar satisfechos a tus invitados. Sin duda será una jornada que difícilmente olvidaremos los que en ella estuvimos presentes.
Nada más que decirte:
MUCHAS GRACIAS,"BARRANCAS".