16.02.2020 “Desojando la
margarita”
Distancia: 50km
Desnivel acumulado: 1195mt
IBPindex: 88
Crónica por “Fervantes”
Santi, Toño, Lui, Eduardo, Diego, Jero, David, Dalmau, Micael, Fran,
Vitín, Javi, Isra, Félix, Pedro, Miguel Angel, Fran, Fer
Al iniciar el pedaleo en la rampa de mi garaje y
notar un fuerte latigazo cervical, es cuando fui realmente consciente de que
había abandonado a mi fiel y amada Stumpjumper por otra.
Cruzando el puente de hierro, con la brisa fresca
del Ebro dándome en la cara, intenté buscar un argumento sólido que dar a mi
llegada a la gasolinera. Con esta intención, repasé mentalmente las variopintas
razones esgrimidas por los amigos, que hasta día de hoy ya han sido abducidos,
y que a continuación os escenifico:
Jorge: con una rodillera colgada de la oreja y en la
otra una codera. “Había caído en el ostracismo y en la depresión. Los alumnos
se me quedaban dormidos en clase. Necesitaba un revulsivo para relanzar mi
carrera de afamado rider”
Santi: “Después de la temporada de esquí, se me
cargaban los gemelos ¡jolines!”
Diego: marcando morritos “Nada como una bicicleta
eléctrica, el mar de mi tierra al fondo y un dorado atardecer, para resaltar en
un selfi la sensualidad de mis labios.”
Javi: con una cerveza en la mano y un torrezno en la
otra “A mí me la recetó el médico de cabecera.”
¡Ya te digo !
Fran: “Apareció en mi vida sin avisar, como por arte
de magia.” Esto me lo contaba un día Fran, subiendo la cuesta de las vacas con
la placidez del que se acaba de fumar tres petas.
Saúl: muy enfadado. “Tenía un hueco en el garaje con
una mancha horrible ¡No me miréis así, algo tenía que hacer para taparla!”
Ricardo: sin inmutarse. “Me la aconsejó
encarecidamente Trancas y yo a mi Trancas no le digo a nada que no.”
Miguel Angel: sin inmutarse “Me la aconsejó
encarecidamente Barrancas y yo a mi Barrancas no le digo a nada que no.”
Pedro e Iñaki: mirándose a los ojos “Cuando llegamos
al grupo y vimos a todos los viejos cascarrabias subidos a una eléctrica, pensamos
que era obligatoria y nos la compramos”
Tomás: “No me acuerdo de nada, me debió subir el
azúcar haciendo rosquillas por San Blas y como había hecho buena caja….. Me
pasó lo mismito otro año haciendo roscones en Reyes, cuando aparecí con este
tatuaje en la pierna. Nunca he logrado saber lo que significa.”
Eduardo (Jaba): por una trialera, saludando a unos
que pasan con una mano y con la otra contestando un wasap “Hasta que me eché la
eléctrica era un sin vivir. Con tanto grupo abierto no lograba llegar a ningún
sitio a tiempo. Yo no tengo la culpa de resultar irresistible.”
Victor: “Yo lo he hecho, más que nada, por llevar la
contraria a Pepe. Hacía dos días que no discutíamos y nuestra relación empezaba
a enfriarse.”
Isra: con un vermut doble en la barra y tomándose el
pulso en la muñeca “¡Una engañifa de la industria capitalista y facha!. ¡Un
burdo ardid de las compañías eléctricas
y de la oligarquía española para aumentar sus beneficios!. ¡Una verdadera mierda!
¡Yo sigo sin bajar de 180 pulsaciones… y llevo tres horas sentado en este
taburete.!
Félix: en calzoncillos, con el casco integral
puesto, una mano en la cadera y mirándose al espejo. “Tote me dijo que se
ligaba más que con una moto, pero sigo comprándole los roscos a Tomasín. Ahora
me he comprado este casco y mola mogollón. Estoy hecho un pirata”.
Tate: “Es una excelente herramienta de trabajo. Con
ella me siento más unido a la madre Tierra. Estas declaraciones las gravó él
mismo mientras repartía el forraje a los gamos, montado en su bicicleta
eléctrica municipal, al amanecer y en pelotas.”
Pasado el Espolón y una vez batido el “com” de las
Ranitas, me di cuenta que, ¡gracias a Dios!, no me sentía identificado con
ninguno de estos argumentos. Debía buscar uno propio, más original y ¡rápido!.
Al tomar la calle Vara del Rey, ya le estaba dando
forma. Hay que echar la culpa a alguien o a algo, -pensé-. Esto siempre ha
funcionado en España y en el grupo tenemos grandes maestros, de los cuales yo
también he aprendido.
En la rotonda, ya estaba ensayando en voz alta las
explicaciones oportunas. La primera,
echando la culpa a alguien: “Yo no quería, pero Dieguito se ha empeñado, y por
no hacerle un feo….”. La segunda, echando la culpa a algo: “Tengo muchas
ocupaciones y cada vez salgo menos, he bajado de forma y me cuesta seguir al
grupo.” No debieron parecer mal mis explicaciones, porque no escuché cuchicheos,
ni vislumbré sonrisas burlonas a mis espaldas. Aunque estoy casi seguro que
Toño tuvo que decir algo, no consigo acordarme.
Al llegar a Sorzano e iniciar el ascenso a
Moncalvillo, fui consciente por segunda vez de lo que llevaba entre las
piernas. El modo eco se dejaba notar, pese a que Diego me había bajado del 15
al 10%, para que me esforzase un poco. El ascenso resultaba placentero, podía
hablar y pedalear sin que parte del hígado se me saliese por la boca. Tenía, al
igual que Messi, plena libertad para elegir mi posición en el grupo. En un
momento de lucidez, me dije: “Cuidado Fernando, te estás enamorando”.
Como siempre paramos en la fuente, comemos algo
mientras Jero, “El niño las fotos” organiza unos magníficos y originales
posados en grupo. ¡Qué magnífico fotógrafo se ha perdido el Interviú!
Sin parar en la torre de vigilancia y con el aire fresco meciendo los pinos, afrontamos los últimos repechos del cortafuegos, en dirección a las antenas. Sin saber cómo, me encuentro a la par de Santi, pedaleando al unísono, lejos de los demás compañeros. Sigo con el modo eco y aguanto bien. Dejo que sea él quien marque el ritmo, mientras me quedo a una cabeza por detrás, por eso del respeto a los galones. Reconozco que tengo que hacer un gran esfuerzo para no pasar al modo trail y ver cómo tiene que apretar los dientes y algo más, para seguirme…, pero me contengo. Sin duda estas máquinas infernales, además de ser adictivas, emiten unos impulsos maquiavélicos, impropios de un buen biker como yo. Ahora entiendo lo de pasarse al lado Oscuro.
Al llegar a la cima, alguno no puede evitar llegar
hasta las antenas, aunque no es necesario, pues cogemos una senda a la
izquierda “La nueva Hermedaña”. La bajada entre los pinos es empinada. Las
zonas con rocas y giros cerrados que tiene el terreno, me hacen sentir por
tercera vez que voy montado en un bicho de más de 20 kilos. En algunos pasos
saco la patita a pasear, más que por sensatez, por la responsabilidad de llevar
algo que no es mío.
Llegamos por esta, para mí desconocida variante, a
las ruinas de la Ermita de la Hermedaña. Antaño, lugar de encuentro entre
personas, hoy, descansadero de animales. El viajero que se acerque a este
rincón de la sierra y domine el difícil y olvidado arte de escuchar y sentir,
tal vez tenga la suerte de oír contar a las aguas de su manantial, algunas de
las historias y amoríos que aquí sucedieron, o tal vez, al acariciar las
piedras de sus derruidos muros, sienta la presencia entre las hayas del Rey
Ramiro I con su ejército, camino de enfrentarse al musulmán en la batalla de
Clavijo.
“Pues yo no debo dominar este arte – parece que oigo
decir al amigo Eduardo- porque me he dado una talegada de órdago por culpa de
una piedra. ¡Me tenéis hasta los cataplines tanto poeta de tres al cuarto! Yo
lo único que he oído es el “crac” de mis costillas”.” Y a la piedra también la
he sentido, ¡ joder si la he sentido !”
Nos despedimos de este bello rincón y enfilamos la
estrecha vereda, que arañando la ladera recorre este escondido y mágico valle.
Y algo de magia debe de haber, porque hasta los menos sensibles del grupo
pueden escuchar claramente el lastimero “Hay madre, hay madre” que David
pronunció al despeñarse ladera abajo en este lugar, hace ya un tiempo. Tal
debió ser el sentimiento y angustia con el que lo dijo, que sus palabras
quedaron flotando en el aire espeso y húmedo que ahora respiramos. Y a modo de
maléfico hechizo, permanecen abrazadas a los troncos de las hayas del terraplén,
sin querer abandonar este lugar, como la chica de la curva.
El final de esta senda lo marca la deslizante bajada
y paso de la acequia hormigonada. En esta ocasión, el amigo Luis se encomienda
a “San Saúl del Divino Llantazo”, patrón de este lugar y nos deleita a todos
saltándola limpiamente. Lástima que ésta y otras proezas a las que ya nos tiene
acostumbrados, no le sumen puntos que pueda canjear otro día. Por ejemplo: -Que
hoy no me da la gana pasar el aspirador-: tengo puntos. -Que hoy me quedo
almorzando con la cuadrilla-: aún me quedan puntos. -Que me voy a Lodosa todo
el día: “Te has quedado sin puntos ¡figurín!, no hace falta que vuelvas a casa”
La regadera es otra de las sendas que hoy hacemos y
otro reto para mi nueva montura. Si en la bajada de la Nueva Hermedaña me costó
acoplarme, aquí todo son ventajas. Los pasos por las raíces, los
estrechamientos entre piedras, las entradas y salidas en el agua se hacen ahora
más fluidas y las afronto con la total seguridad de superarlas con éxito.
Salimos a la pista y buscamos la entrada a Senda
Oscura, luego hacemos la del Perdón y para finalizar la que nosotros llamamos
Senda Bartolo, paralela a la carretera de acceso al Campo de golf. Sinceramente
ya no me acuerdo muy bien de ellas y no entraré en detalles, o mejor, ni
siquiera entraré, pues las sendas del Moncalvillo se alinean y amontonan en mi
cabeza como rallas en una cebra. ¡Por favor, que alguien les requise las
azadillas a estos descerebrados !. Para cuando logre terminar esta crónica, Oli
se habrá sacado de la chistera tres o cuatro sendas más. A este paso se van a
terminar los nombres de mamíferos para nombrarlas y empezaremos con la familia
de los crustáceos: senda el Percebe; senda Gamba de Huelva; senda el
Caravinero…..., y sinceramente, no me parece nada serio.
Tengo que dar las gracias a todos mis amigos de
viaje en esta ruta. A los eléctricos por todos sus buenos consejos. A los
pulmonares puros, por su comprensión y por no demonizar lo que no se tiene, no
se ha probado, o no se necesita. Pero en realidad, tanta comprensión, tanta
bondad, tanta laxitud por las dos partes resulta ser …..….¡una mierda!. Yo lo
que realmente necesitaba oír es una voz amiga que me dijese: “Fer, cómpratela
mañana mismo”. “Yo te dejo el dinero y no hace falta que me lo devuelvas hasta
que toque el gordo en la lotería de Andanzas”. O por el contrario, que alguien
me susurrase al oído: “ Ni se te ocurra, sería el fin de tu carrera y de tu
esbelta figura”. “Empezarás a engordar y dejarás de ser uno de los nuestros”. Nada
de esto ocurrió y ahora me encuentro más sólo que la una ante tamaño dilema,
tarareando la letra del mejor bolero escrito para un aficionado a la BTT:
Pero si tú me dices ven
lo dejo todo.
Que no se te haga tarde
y te encuentres en la
calle
perdida, sin rumbo y en
el lodo.
Si tú me dices ven
lo dejo todo.
Mi mujer, ya
ha notado algo raro en mi comportamiento y me ha hecho varias veces la más
terrible de las preguntas que se puede hacer a un hombre: “¿En qué estás
pensando cariño?”.
Definitivamente,
los dignatarios de las grandes marcas de bicicletas son hombres sin sentimientos.
Si tuviesen un poco de compasión, no nos estarían continuamente obligando a
tomar tan terribles y trascendentales decisiones en nuestra vida: ¿bicicleta
rígida o con suspensión?; ¿rueda de 27,5 o rueda de 29?; ¿uno o dos platos?…. Y
ahora: ¿es el momento de pasarte a la bicicleta eléctrica?. Y aquí nos
encontramos queridos lectores, desojando la margarita: bicicleta eléctrica sí,
bicicleta eléctrica no, bicicleta eléctrica sí, bicicleta eléctrica no….
Fer Alcalá.
Posdata: esta crónica está dedicada a mi querido
amigo Víctor (el Boss), que se ha empeñado en seguir siendo el jefe hasta que
seamos viejos.
10 comentarios:
Buena crónica Fer, como de costumbre tu redacción es espectacular.
Muchas disculpitas para comprarse ebikes, pero la realidad es que cualquier día alguno se electrocuta con todas las que van apareciendo en el grupo y mi consejo es que ¡¡no te la compres!! matrako que eres un matrako.
Menudo subidón que me dediques una crónica eso si que hace ilusión AMIGO.
Antes de nada que sepas que le he pedido permiso a Barrancas para hacer este comentario, como siempre una crónica amena y divertida, como las que acostumbraS a hacer, qué bueno hubiera sido coincidir CONTIGO en EGB y escuchar esas malditas redacciones con el título, "cosas que hice el fin de semana" o de tema libre, seguro que tenías a todas las compañeras de clase detrás, vale que igual no era mixto, pero vaya, risas que me he echado con las recomendaciones de la eléctrica y la descripción de la ruta, un 10.
Saludos
No se qué le pasa al teclado con las mayúsculas, se escapan solas.
Fer eres como la Jurado en la música, un monstruo de las crónicas, a Bartolo le dimos el rango de poeta y tu te mereces el de filosofo-analista de Andanzas
Buenisima crónica Fer. Que además no sabes hacerla de otra manera. Y además para no haber estado te acuerdas de mi en dos ocasiones.
Pd: con la eléctrica te devertiras, y si eres atrevido, conseguiras hacer cosas q antes no, y q bien bajan.
Un abrazo amigo.
Joder que risas Fernando,es un placer leerte.Enumerados uno a uno te das cuenta de la cantidad de "eléctricos" que hay en el grupo.Yo te aconsejo que no te la compres,pero si no lo haces seguro que te arrepientes.
Abrazos.
Aunque un poco tardía, mereció la pena esperar. Como siempre una gran crónica, amigo.
Y por tu figura no te preocupes, que será genético.
Y por las habladurías, menos.
Salud y esperanza,
Barrancas.
Fer, a mí la crónica no me parece para tanto o sea que no te vengas arriba. Voy a tener que ponerte en tu sitio aunque después se me acuse de celosón. Es un ejercicio de autojustificación, de ponerte la venda antes de la herida, de comprar el alimentador de la batería antes de la ebike.
Dices que estás esperando lo que diga la margarita, mientras miras absorto como caen sus pétalos, pero te estás engañando; lo que te tiene que preocupar es lo que diga la otra "Margarita" (tu mujer), que la tienes aburrida de tantos domingos sin salir con la cuadrilla y con media nevera ocupada con los filetes de lomo de tu prometido almuerzo. Ten un poco de compromiso con la cuadrilla e invita a almozar y un poco de lástima de la pobre Marga y cómprate la bici de una santa vez y deja de echar las culpas a los demás. Dicho todo esto desde el cariño y la admiración que te profeso.
La ruta, como dice Félix: EXPECTACULAR!!!
Fernando, compra eléctrica y no la arranques, como dicen todos hacer. Este domingo bajamos 50 minutos la ruta. Ahí lo dejo. Buena crónica. Felicidades.
Gran crónica Fer lo lograste una vez más.
Cómprate lo que quieras pero ya sabes que los viernes se sale sin eléctrica, tú mismo.
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