21 noviembre, 2019

La Boquera (4 Ciclistas)



3 de noviembre de 2019
Distancia: 38km
Desnivel acumulado: 746mt
IBPindex: 59



Crónica by Israel

Vitín, Israel, Toño y Luis


Por una vez llego pronto, el primero. Los compañeros en el WhatsApp llevaban desde antes de las siete desmotivando y saboteando la salida de hoy. Yo, tras comprobar los distintos programitas de previsión de tiempo y una vez encontrado uno que decía que el tiempo nos iba a ser favorable, confirmé al grupo mi salida.


Ya son las ocho y sigo solo. Este ratito lo he utilizado en poner en orden todos los programas y enlazar entre ellos los distintos artefactos que porto. La bicicleta esta revoltosa y no se quiere entender con el teléfono, así como el pulsómetro no hay manera de enlazarlo al cuentakilometros, aunque el teléfono sí que lo ve, el programa de gestión de la e-bike ha decidido no funcionar. Desespero y decido reiniciar todo y parece que por fin los putos chismes se entienden entre ellos la nube electromagnética que emito debe ser detectable desde el otro confín de la tierra y cualquier día hará estallar la gasolinera poniendo fin a tanta insustancial cháchara informática.




Bueno ya es la hora y aquí no aparece nadie. Ciertamente la noche ha sido muy desapacible, fuertes lluvias y aún más fuertes rachas de viento me han despertado asustado varias veces durante la noche. Uno de estos despertares causado por un fuerte golpetazo en el patio hizo que me levantará a mirar por la ventana, fluorescencias y extrañas formas de vivos colores se movían ante mi ventana emitiendo ululantes sonidos, asustado, corro hasta la mesilla y ahora bien pertrechado con mis gafas vuelvo asomarme. El tendedero se está agitado como si quisiera huir del edificio, la ciudad y posiblemente la provincia, el plastiquillo que debía proteger la ropa tendida ya ha emprendido ese camino. Una de las cuerdas esta parcialmente suelta agitando ante mis ojos varios de mis calzoncillos. Ahora entiendo las fluorescencias y vivos colores del fuerte ulular no encuentro el origen, quizás algún vecino también este viendo ondear mi ropa interior y ha sufrido algún tipo de colapso nervioso. Lo dicho una noche muy desapacible.




Ocho y cinco, aquí no viene nadie. Toño escribe por el WhasApp pidiendo salir más tarde se había vuelto a la cama el muy haragán. Le contesto que aquí estamos TODOS esperándole, que le damos un poco más de tiempo pero que se de vidilla.


Ya pasan diez minutos de las ocho y sigo solo. Aguantando el frío, firme ante mi bici miro al infinito perdido en mis ensoñaciones cuando por fin distingo a lo lejos un ciclista. Falsa alarma, pasa de largo, es uno del grupo de ciclosport que tantas veces nos encontramos al iniciar nuestras salidas. Va solo y con cara de pena, me ve ahí plantado esperando y nuestras miradas se cruzan en un tácito entendimiento claramente el ha estado en la misma situación que yo hasta que, desesperando, ha partido en solitario. Yo espero, aún confío en nuestro grupo, haciendo mío el dicho de Pepón “siempre encontraréis a un andanzas esperando en las Gaunas”.



Por fin ya pasados casi quince minutos de las ocho aparece Vitín. No da crédito a lo que ve, mientras se acerca, va mirando la hora en su móvil y a mí una y otra vez. Le pongo en antecedentes de la situación mientras esperamos a Toño. En breve aparece muy matraco mientras llegan mensajes de Luis preguntándonos que por dónde vamos, que él sale en un momento a buscarnos, quizás animado al ver que compartí la ruta por wikiloc según llegue como si realmente estuviésemos ya en ruta, le decimos que pasamos nosotros a buscarle por su casa ya si eso.

Una vez recogido Luis nos ponemos por fin en marcha bajo su guía dirección Clavijo.


Avanzamos a muy buen ritmo por el Camino Viejo de Alberite el terreno está mucho mejor de lo esperado menos agua y mucho menos barro del que se podía presumir. Según vamos avanzando el día va mejorando, ciertamente nos quedó una mañanita preciosa. Cruzamos Alberite y tomamos nuestra típica ruta “Clavijo sin Barro” aunque Luis se empeña en subir por lo duro en vez de por la cuesta de las Piscinas, como le gusta zurrarse a este hombre.




Yo, intentando imitar a Vitín, fui bajando asistencia a la bici tal y como él la lleva cuando llega a enchufarla, pero estos matracos van a todo trapo y en seguida quedo descolgado teniendo que subirle potencia para alcanzarlos. Pero que bruto es Vitín ya solo le falta dejar la batería en casa para ir más ligero.




En un plis nos plantamos en Clavijo entrando por el ya asfaltado Camino de Albelda a Clavijo. Respiramos un momentito, tomamos agua para continuar subiendo por el Camino a Trevijano a buen ritmo hasta llegar al inicio de la bajada de la Boquera donde nos sacamos la imprescindible foto de grupo. Iniciamos la bajada poniéndome yo el primero, rara vez lo hago, pero la bajada está irreconocible la han allanado dejándola como una autopista y me lanzo como un poseso tanto que me paso el enlace con la senda hasta que quinientos metros más abajo me paro al no reconocer donde me hallo. Según echo el pie me llama Vitín al móvil:  “Te has pasado, matraco, vuelve a subir”. Que bien vienen las eléctricas para estas cosas enchufo el turbo sin complejos y en nada estoy con ellos para bajar esa sendita, casi trialera, que tan bien se le da a Coloma. 




Está hecha un tobogán de arcilla y la bajamos con miedo, sobre todo después de ver a Vitín bajar un tramo deslizándose sin control salvando la caída de milagro, la última parte decidimos bajarla con cuidado y a pie, como seguro muestra la foto de Toño bajando bici en mano que Vitín no dejará pasar la oportunidad de colocar en esta crónica.




Ya todo favorable seguimos bajando hasta tomar pistas algo delicadas por el barro que nos llevan rápidamente Albelda donde tomamos la Vía Romana del Iregua. En este tramo se nos juntó inesperadamente Eduardo “ayuntamiento” que viendo la buena mañana que se había quedado salió, aunque ya muy tarde, a intentar darnos alcance, tras muchas vueltas lo consiguió, pero casi al finalizar la ruta.



Bajamos, ya sin distracciones, raudos dirección al Nebraska y nuestro bien merecido almuerzo, antes dejamos a Luis allí donde lo recogimos en un exclusivo servicio puerta a puerta que solo él merece.




Ya en el Nebraska nos estaban esperando avergonzados buena parte de los desertores de esta magnífica rutita, pero que no se pierden un almuerzo ni locos. Comimos, echamos unas buenas risas y apareció nuestro aún convaleciente Pepón ya con fuerzas suficientes como para saludarme riñéndome por mirar el móvil en la mesa. Ya veréis cuando vuelva, ya con todo el flujo sanguíneo recuperado, a poner orden en este grupo. A ver quién se atreve a dejarle a él en las Gaunas solo y esperando como habéis hecho conmigo.

Salud y república compañeros.



3 comentarios:

vitinbtt dijo...

Joder Israel, tienes anécdotas nocturnas para dar y tomar, además las describes con precisión y tu gracia característica, muy buena crónica.
Decir que llegué allí a esa hora de casualidad ya que al no estar en ningún grupo no tenía ni idea de si se salia o no, al final la mañana estuvo genial, no nos hizo frío y nos manchamos muy poco ¡¡Como se conoce "El castigado" los entresijos para llegar a Clavijo sin mancharse!!, cualquiera pone un pie en el parquet lleno de barro ¿Eh luis?
Con respecto a la foto de Toño andando, decir que no tenía intención de colocarla en el blog, pero Israel me ha obligado.

Toño Pleitos dijo...

No está mal la crónica Israel teniendo en cuenta lo parco de la salida en cuanto a kilometraje e integrantes de la partida, aunque también es verdad que nos supo el doble de buena por haber podido pedalear pensando en la envidia que el resto del grupo tenían que estar pasando.
Los vapores etílicos de tus eternos vermuts sabatinos te producen alucinaciones nocturnas que se convierten en pesadillas cuando se combinan, como es el caso, con tu dudoso gusto para la ropa interior.
Entre la mala noche que pasaste y tu ofuscación con el mal funcionamiento de tus gadgets electrónicos no me extraña que confundas todo; cuando te dije que iba a salir estabas todavía en tu casa, a las 8.10 llegamos juntos Vitín y un servidor, como seguías con tus problemas eléctronicos me dió tiempo, incluso, de hinchar ruedas en el compresor de la gasolinera... Ah!, por cierto, el tramo de la foto que no tenía intención el Visisr de colocarla en el blog lo hicimos todos los integrantes de la salida andando, incluído el Visir que era el que encabezaba la procesión.

Luis dijo...

Israel, me he reído a gusto con tu crónica y con las réplicas de Vito y Toño. Qué mala ostia hay en provincias. Lo digo por lo del parquet. Lo pasamos muy bien. Ah!!! No recuerdo que nadie se bajase de la bici donde Toño lo hizo...jajaja