16 febrero, 2019

Nevadón en Clavijo (12 Ciclistas)



El espíritu del snow patrol madrugó
3 de febrero de 2019
Distancia: 32km
Desnivel acumulado: 501mt
IBPindex: 33



Crónica por Dani

Dieguito, Miguel Ángel, Jero, Toño, Israel, Dani, Fran, Vitin, David, Iñaki, Luis y Félix.


Todos nos acostamos pensando que tendríamos un día estupendo lleno de sol y nieve, tal como lo decía el tiempo, pero como casi nunca aciertan, toco todo lo contrario. 

He salido al portal a las 7:50 y para mi sorpresa llovía y nevaba de una manera brutal. Me quedé en el portal por lo menos un minuto pensando si me quedaba y volvía a la cama, pero ya que tenía la vestimenta decidí ir a ver como estarían los compañeros, así que salí y fui muy despacio para no mojarme el culo y andar de frio y mojado tan temprano. 

Me demore más que ningún otro día en llegar a las gaunas. Cuando llegué estaban todos acurrucados debajo del techo de las gaunas, parecía un gallinero, todos esperando que escampara, menos el niño Félix y Diego "Buitre" que seguían dando vueltas en la lluvia porque no podían esperar ir a jugar con la nieve.


Finalmente, como a las 8:20 empezó a escampar, y se decidió salir. Tomamos el camino viejo de Alberite y estaba de charcos, frío y llovizna, pero todos sabíamos que duraría poco porque se veía a lo lejos despejado y sin nubes. A medida que íbamos avanzando iba mejorando, y se empezaba a ver más y más nieve, ya las vistas de las montañas estaban de película. Una vez que pasamos a Alberite y empezamos a subir hacia Clavijo se empezó a sentir el sonido de la nieve con las ruedas y empezó a haber mas nieve y menos lluvia. 


Ya se empezaba a sentir la emoción y el alivio de haber dejado la lluvia atrás. Una vez que empezamos a subir por la senda verde cada vez había mas y mas nieve y había que poner mas fuerza para avanzar. Los eléctricos y el niño del grupo Félix se puso al frente abriendo camino, pero no había tramos de tanta nieve que era imposible seguir y como te salieras del camino que la llanta que iban dejando los eléctricos era imposible seguir por la resistencia. 



Pronto se convirtió en un juego de quien duraba mas tiempo en la bici, pero al final como era nieve todos recordamos la infancia y ya no nos importaba ni el frio ni el esfuerzo.  Fue un reto llegan a La Unión, estoy seguro que nunca antes habíamos durado tanto en subir a La Unión.



Los primeros en llegar rápidamente buscamos refugio en la parada de autobuses como pingüinos hasta que llegara el resto del pelotón. Una vez que estábamos todos, decidimos seguir por la carretera por que de ninguna manera podríamos llegar por caminos con la gran cantidad de nieve. Algunos pensaban que deberíamos volvernos, pero el espíritu de niño dentro de muchos convenció a todos que podíamos llegar a Clavijo, así que el batallón siguió hacia arriba dando todo lo que tenían.



Por la carretera había la suficiente nieve para que las llantas se agarraran bien sin resbalarse la nieve estaba fresca y sin nada de hielo.  Ya íbamos agarrando calor con la subida y solo caía nieve a ratos. Casi antes de llegar a Clavijo, uno tuvo la grandiosa idea de coger por la carretera nueva del rally que se veía con montones de nieve. Solo la entrada era como medio metro de nieve, pero ya para estos momentos éramos todos invencibles y podíamos pasar cualquier cosa que se nos atravesara. 


Llegamos hasta la valla de la carretera del rally donde había casi un metro de nieve, algunos les llegaba la nieve por la cadera y a otros un poco más… Decidimos acampar en esta zona y hacer todos un poco el payaso, nos imaginamos que era una piscina y mas de uno se tiró de estómago, primero Dieguín, luego otros y por ultimo David que se veía que se lanzaba desde la valla como un trampolín pero al final callo de pies y todos lo pitaron. Después de jugar como niños en la piscina de nieve proseguimos a tomarnos la foto del grupo al final de la carretera del rally.







 Vimos pasar una camioneta de guarda parques y poco después un jeep de la Guardia Civil, solo estábamos los snow patrol de andanzas y los funcionarios asegurándonos que Clavijo estaba a salvo.   Al llegar a Clavijo decidimos regresar y bajar por la senda pleitos, los 100 metros de subida hasta la senda pleitos fue una eternidad con la cantidad de nieve que había, pero la vista de todos el valle repleto de nieve nos daba mas y mas energía a todos para seguir andando con las bicis cuesta arriba. 



La bajada por la senda Pleitos fue una gozada ya que uno podía caerse y no hacerse daño.
Como te salieras de las huellas que habían dejado los primeros era casi seguro que la rueda se clavaba y te frenabas o te caías y así mucho caímos en la nieve ya sin importar nada. Al llegar a la carretera ya fuimos poco a poco hasta llegar a casa. 




Algunos como yo tuvo que ir de emergencia a casa a descongelar los pies que ya no los sentía, otros a almorzar. Fue un día que el grupo de andanzas una vez mas dio el todo por todos y que nunca olvidaremos. Además dejamos un camino de ruedas bien marcado para los demás grupos y ciclistas que subieron ese día a Clavijo gracias a los Andazas Snow Patrol de aquella mañana temprana de frio y nieve.


5 comentarios:

vitinbtt dijo...

Muy buena crónica Dani y es la primera, tan cuidado que como te metas entre ceja y ceja del "chino" igual no dejas de hacerlas hasta que nos alcances.
Menuda mañana salio, estuvimos a punto de irnos a casa, pero menos mal que no lo hicimos, como dice Dani, lo pasamos como niños.
Un nevadón en condiciones, frio, ventisca, a ratos andando, a ratos tirados por la nieve, pero un gran día que es posible tarde en repetirse.

Miguel_Bike dijo...

Con tu crónica volvemos a revivir el día, fue como volver a la infancia, una mañana para el recuerdo.

Toño Pleitos dijo...

Gran estreno Daniel!!! Hace tiempo que en el grupo no contábamos con un escritor de allende los mares, desde que nos abandonó el difunto Cóndor de los Andes (QEPD) y creo, sin temor a equivocarme, que hemos ganado con el cambio (al menos, en lo que al apartado literario respecta).
Nos lo pasamos de cine y disfrutamos como niños (aunque el frío y el esfuerzo de vencer el paquetón de nieve que había caído no nos lo quita nadie). También he de reconocer que fuímos un poco temerarios porque el panorama que se nos presentó a las 8 era dantesco.
Ya de vuelta, en el Nebraska, nos encontramos con algún compañero que no quiso o no pudo salir, alguno de ellos enfurruñados (tal vez por haberse perdido la experiencia) y otros, como Fervantes, con humor y buen apetito como para meterse entre cuerpo y espalda unos huevitos con jamón.

Luis dijo...

Buena crónica Dani, eres como un niño grande. Lo que gozamos en la nieve. Lo siento por el que se fue a casa, que se lo perdió. Sólo con ver a David y a ti cómo disfrutasteis ya mereció la pena el duro comienzo de la ruta

Dan dijo...

que bien que la hemos pasado. las memorias siempre las llevaremos con nosotros. yo muy contento de haber encontrado una cuadrilla como vosotros.