San Flowmán de Cameros
Distancia: 26km
Desnivel acumulado: 965mt
IBPindex: 91
Crónica por DIEGO “El Grande”
Quique, Hugo (amigos de Felix, venidos
de tierras Sorianas), Félix, Fer, Fran, Alberto Del Pozo, DIEGO, Israel,
Ricardo, Dieguito, Pepón, Javi, Jorge, Toño, Saul y Vitín.
Cuando Dieguito me comentó semanas
antes, como que no quiere la cosa, que Vitín estaba preparando una ruta con
muchas sendas y pocos km., no sospeché nada. “Ahí lo dejo”, dijo con toda
naturalidad. Ya sabía él de sobra que ante semejante reclamo yo iba a picar.
Así que cuando Vitín anunció la tan esperada ruta me faltó tiempo para
apuntarme, y a él le faltó tiempo para endosarme la crónica. El plan había
funcionado a la perfección gracias a la complicidad de los dos. Pero estaba
seguro de que redactar esta crónica iba a resultar un precio mínimo comparado
con el placer de volver a disfrutar de una mañana de bici con amigos.
Así que llegado el día nos
dirigimos con los coches al Molino de San Román, donde iniciamos la ruta con
bastante frío. Salimos por la carretera hasta Jalón de Cameros, donde nos
desviamos a la derecha para, tras cruzar el pueblo, continuar remontando una
pista. La pendiente es cada vez mayor y el firme está muy suelto, lo que hace
que se produzcan las primeras descabalgaduras en un tramo que más parece un
talud que un camino.
La pista da lugar a una senda
algo expuesta donde empieza a soplar el viento y a caer las primeras gotas de
lluvia. Pero tras unos pocos km. giramos a la derecha y nos internamos en el
robledal, iniciando una bonita bajada que nos dejará justo debajo de Torre de
Cameros, un pueblo de apenas 10 habitantes donde el fuerte viento y el ambiente
desolador nos dejan muy claro lo dura que tiene que ser la vida en este tipo de
poblaciones.
Tras comer algo continuamos bajamos
por una pista bastante rota que se convierte en una senda también bastante rota
que nos deja justo encima del hayedo de Santa María. Pero en vez de bajar hacia
Santa María Vitín había previsto bajar por el GR que va hacia San Román, una
senda en perfecto estado gracias al impagable trabajo de Alberto que la
mantiene limpia. Esta senda es muy rápida y divertida de bajar, con varios
peraltes, y el nuevo tramo abierto a partir del abrevadero la hace aún más
completa, con mucho “flow” como suelen referirse a la sensación que produce
dejar correr la bici y negociar las curvas de forma fluida sin apenas necesidad
de tocar el freno.
Al salir a la pista se nos une
Alberto e iniciamos la subida por la pista para volver a subir donde estábamos
hace apenas unos minutos. Tras la pista continuamos subiendo por la dehesa,
tramo que a pesar de su dureza supone un gran disfrute por el paraje por donde
discurre, con viejos robles que han sobrevivido a la deforestación generalizada
de la zona.
Tras este bucle regresamos justo
a la parte de arriba del hayedo, pero esta vez sí que bajamos en dirección a
Santa María. Si la senda original ya era lo suficientemente atractiva, ahora lo
es más gracias al nuevo trazado abierto por Alberto a través de un “tubo” que
se baja enlazando varias enormes eses en un “subeybaja” continuo que hace las
delicias de algunos y hace que otros acaben con sus huesos en la hojarasca. Un
tramo también con mucho “flow”.
Sin ningún percance digno de
mención llegamos al final del hayedo y continuamos por el fondo del barranco.
Esta variante termina literalmente recorriendo el lecho del río en una sucesión
de losas y rocas con varios escalones que desembocan en el camino justo debajo de Santa María, un pueblo
abandonado (como tantos otros). Subimos hacia el pueblo y al llegar sus muros
nos hablan de tiempos mejores y nos produce cierta sensación de nostalgia.
Atravesamos el pueblo entre
paredes que apenas aguantan en pie y continuamos por una senda jalonada de
piedras que asciende con una gran dureza y exigencia tanto física como técnica.
Al abandonar los límites del pueblo la senda se interna en un bosque en el que
se alternan los robles, las hayas y los acebos y por donde rodamos en un suave y
agradable ascenso. Unas últimas rampas exigentes nos dejan en una pista que
continúa ascendiendo hasta llegar a una loma. Iniciamos el descenso por unas
campas que se internan de nuevo en el bosque. Comienza a llover y, tras
ponernos los chubasqueros, continuamos
el descenso trazando un bucle que nos deja de nuevo en la senda por la que
acabamos de subir, regresando de nuevo al pueblo de Santa María. Sin pérdida de
tiempo continuamos bajando y afrontamos el último tramo de senda que baja
directamente de Santa María por una zona de piedras algo resbaladizas por la
lluvia y que terminan en un par de escalones que cada cual negocia con su
propio nivel de pericia.
Unos pocos km. por una rápida
pista nos dejan en las empedradas calles de San Román, donde tomamos un camino
que discurre entre chopos paralelo al río hasta llegar al Molino de San Román.
Tras una reconfortante ducha
vamos hasta el pueblo, donde damos cuenta de una suculenta comida en el
restaurante Monte Real y reponemos fuerzas en animada conversación.
Debo reconocer que he disfrutado
muchísimo de la ruta, por la calidad de las sendas tanto de subida como de
bajada, por el bello entorno de bosques de hayas y robles en un paraje
duramente castigado hace décadas, por la buenos manjares que hemos comido,
pero, sobre todo, por la compañía de tan buenos amigos.
Mi agradecimiento a los que día
tras día investigan nuevas rutas que proponer a sus amigos y a los que dedican
su tiempo a conservar las sendas en perfecto estado.
Gracias amigos. Hasta otra.
6 comentarios:
Muy buena crónica DIEGO, ya las echaba en falta, ¡¡a ver si te vemos mas!!
Un rutón lleno de sendas gracias a Alberto que desde "su" Molino del Corregidor tiene toda esas sendas limpias y en orden para poder ir en cualquier momento a hacerlas, además nos acompañó para disfrutar de ellas sin pérdidas, enseñándonos nuevos tramos.
Ya sabemos que está limpiando alguna senda mas, esperemos que para el año que viene, tenga alguna "nueva" preparada ya que amenazamos con volver.
También agradecerle su disposición para poder ducharnos en el molino y así ir a comer "limpitos" que esta vez hacía mas falta, ya que nos llovio en el último tramo de la ruta.
Buena crónica, Diego. Como dice Vitin, esperamos verte más a menudo. Un gran día, una gran ruta, una inmejorable compañía y una gran comida. ¿ Que más se puede pedir?
Salud,
Barrancas
Muy buena crónica Diego.
La ruta una verdadera gozada grande Vitín has triunfado una vez más.
¡Qué gran día!
Muy buena crónica Diego "El Grande"!!! Tienes que salir más a menudo, no solo por el placer de andar contigo, sino también de leerte y ver tus vídeos. Sales poco pero, por lo menos, cuando lo haces tu productividad se podría calificar como "asiática".
La ruta preciosa, espléndida y gozosa. Este año las salidas de nuestro territorio han sido todo un acierto; Ezcaray, Montemediano, Ventrosa, Villoslada y está última de San Román forman un quinteto espectacular; las 5 mágnificas, como aquella delantera increíble del Real Zaragoza en la década de los 60.
Hay que felicitar, sin que sirva de precedente, al Visir por parir la ruta y, especialmente, a Alberto Del Pozo, por la labor que ha realizado en el cuidado y descubrimiento de sendas y por la mágnifica acogida que nos brindó en "su casa"; El Molino del Corregidor.
Todo lo que antecede quedó culminado por una excelente comida en el Restaurante Monterreal con unos caparrones que quitaban el hipo.
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Gracias Diego por tu gran crónica. Perdón por la tardanza en comentar la crónica, pero es maravilloso el volver a recordar ese día tan increible que pasamos en San Román. Gracias a todos los que la hicieron posible: Vitín, Alberto, y también a los dos Diegos, por esos pedazo de vídeos que os habéis currado.
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