14 julio, 2015

Leon dormido por Labraza (4 Gatos)

05 de Julio del 2015
Distancia: 54km
Desnivel acumulado: 1047mt
IBPindex: 98

“4 GATOS”


Hoy toca una de las rutas que a mi me gustan, vamos dirección norte y quedamos en Franco Españolas, a tiro de piedra de mi casa, así que esta vez soy de los primeros en llegar a la cita, exactamente el cuarto.
Son las 7 de la mañana y salimos escopeteados porque a los “señoritos de Ballesteros”  les están picando los mosquitos. Antiguamente se decía que en este lado del Ebro había mucha niebla….,  humedad…., gitanitos….., y muchos solo cruzaban el puente para ir a San Fermín, o lo hacían con los pies por delante. Ahora resulta que hay mosquitos..…¡flojos!
Hoy solo somos cuatro amigos los que nos juntamos, “cuatro gatos” que diría aquél. Gatos de distinto pelaje: dos grandes con aspecto fiero, otro mediano de corte oriental, tal vez un cruce de un mil leches con un persa, y el cuarto tiene cara de bueno, pero su cuerpo ágil y musculado  delatan al  gran felino que lleva dentro. Los cuatro parecen inteligentes y buenos cazadores, pero no dejan de ser….. “cuatro gatos”.  Al resto de amigos, “mininos” sin compromiso alguno, me los imagino tumbados  panza arriba debajo de una sombrilla, lamiéndose los bigotes después de comerse una ración de gambas o haciendo el tonto en los Dinos.
Vamos por el camino Viejo a Oyón y por el camino de las Monjas a Moreda. Paralelos a la carretera ciclamos por el buen camino que nos lleva a la siempre imponente villa de Labraza. Después de refrescarnos en la fuente de su plaza y leer la información  plasmada en grades paneles adosados a la iglesia sobre las neveras de la zona, el pueblo nos deja marchar sin apenas inmutarse.  Las piedras de estas casas-muralla han visto  muchos ejércitos y han presenciado muchas batallas entre el impetuoso rey navarro Sancho VII el Fuerte, al que pertenecía, y el rey castellano Alfonso VIII, que la pretendía, como para preocuparse ahora por cuatro mocetes en pantalón corto montados en bicicletas.
Buscamos esta vez un trazado alternativo que nos conducirá hacia los aerogeneradores; cuando ya los divisamos aparecen dos caminos que nos muestran sus trazados ascendentes. El track nos manda por el situado en la pate izquierda de la ladera, y empezamos a recordar que esta ruta ya la hicimos  en el 2013, que yo también hice la crónica, y que entonces estuvimos, no cuatro, sino trece (permitirme que omita la rima que todos estáis pensando).
La ruta a la que me refiero fue en el mes Noviembre, y la intensa niebla no nos permitió apreciar la singular belleza de este trazado. Se trata de un sinuoso camino carretil que se empina alegre por la ladera del monte. Hay tanto que ver y disfrutar que mis ojos no saben dónde mirar y van dando tumbos en todas las direcciones. A mi derecha, un bosque de pequeños robles tras un lindero salpicado de espectaculares y olorosos enebros. A mi izquierda, las pequeñas espigas de un bravío y serrano cereal, dejan ver a lo largo de todo el recorrido la rotunda belleza de una Sierra de Cantabria siempre pintada de azul, con sus campos, ahora amarillos, resbalando hacia el Ebro. Si levanto la vista diviso los molinos rasgando el cielo, y si miro hacia abajo disfruto  viendo como mi flamante rueda de 29”  se va tragando un terreno exigente pero amable, y me recreo  dirigiendo la bicicleta a uno u otro lado, sintiendo el raro  placer, para muchos descono cido, de una tracción segura. Una suave brisa en la cara nos pone la “miel sobre hojuelas” y nos recuerda lo bien que hemos hecho en madrugar.
El final de este más que recomendable camino salta al valle y a la pista que sube desde Labraza y nos lleva a la senda Cañero. Creo que es aquí donde oigo a Eduardo decir que está “roto”, no sé si se refiere al camino o más probablemente a sí mismo.
Bajamos a la carretera, cogemos la senda de las palomeras pero en sentido contrario al que siempre hemos hecho, por lo que seguimos a Víctor y sentimos ese cosquilleo divertido de ver si somos capaces de superar hoy sus pequeños pasos y toboganes. ¡ Lo conseguimos !, queda inaugurada la senda de las palomeras al revés.   
Una vez en La Población nos dirigimos al paso que la carretera hace en la peña y  hacemos una senda inédita que nos saca por su izquierda al otro lado del tajo. Desde aquí iniciamos la vuelta a la peña del León Dormido y nos introducimos en las oscuras profundidades de sus hayedos como si fuésemos buzos que realizan una inmersión en el océano más profundo. Las sensaciones de oscuridad a la vista, frescura en la piel y emoción contenida para poder mantener la concentración, deben ser muy parecidas. Terminamos otra vez en La Población  y bajamos por el  pedregoso camino del pilón, donde nos encontramos con una fuente extrañamente hoy seca.
Tal vez sean las 10,30  cuando iniciamos el descenso hacia Oyón, sorteando y saludando a los  numerosos y perezosos ciclistas que ahora suben.  
Una vez en Oyón y desconcertados por lo temprano del regreso, se reúnen los cuatro gatos en asamblea para decidir qué hacer en horas tan tempranas. Sorprendiendo a los demás, el gato más grande dice que hay que seguir cazando, y nos hacemos la subida de la cruz y alguna otra senda antes de caer por Logroño y realizar el peligroso descenso en bici a la bodeguilla del bar de Gerardo.
Pido perdón a los pocos que lean mi crónica por el retraso y brevedad de su redacción. Tan maravillosa ruta  y mejor compañía no se lo merecen, pero tengo mil “excusitas” para cada día que ha pasado sin hacerla: trabajo, bici, mujeres, familia, amigos, más mujeres…. y a otros a los que os puedo echar la culpa, como Fran y Pepe, que con vuestras inoportunas invitaciones no me habéis dejado acercarme a las musas. Muchas gracias a los dos y también a Alberto por su ya mítico festival.

Esta crónica está dedicada a Pepe. 

4 comentarios:

vitinbtt dijo...

Es un placer leerte Fernando, creo que te tenias que dedicar a esto, es decir, hacer todas las crónicas, le quitarias un problema al "chino" y nos darías una alegria a la semana.
Lo que no ubico es al gato ese mezcla de las mil leches y los persas, creo que te has dado un resbalón despues de tanto tiempo que ha pasado desde que realizamos la ruta.

Toño Pleitos dijo...

Fernando eres un abusón, además de comprarte una bicileta nueva con la que andas como un señor, te han debido regalar una pluma de 29´ que para sí la quisiera el Gran Barrancas.
Como escribe el jodío con su flamante 29´!!!.
Envidioso y gratificado se despide su humilde servidor.

PD. Tiene razón Víctor, el gato no era persa ni mileches, era un puto gato paquistaní!!!.

israelogro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
israelogro dijo...

Vaya crónica Fernando, eres un fenómeno, da gusto leerla.

Me bajare este track para realizarlo cualquier tarde de agosto desde Oyón. A ver si el calor y los jadeos me permiten apreciar tanta belleza como a ti.