07 abril, 2022

Sendas por Clavijo y Calçotada (15 Ciclistas)


 

Ñiicc, ñiicc, sendas de Nalda y calçots”

20 de marzo de 2022

Distancia: 55km

Desnivel acumulado: 1001mt

IBPindex: 78




Crónica por “Fervantes”



Edu "pinchazo", Israel, Rubén "pinchazo", Javi, Fer, Pepe, Dieguito, Fran, Miguel Angel, Pedro Mari, Feliz, Jero, Luis, Toño y Vitin.




Tal vez porque ya huele a primavera, tal vez porque el libro de las mil rutas tira más que dos carretas, tal vez porque he leído de un tirón las últimas tres estupendas crónicas de Luis, Pepe y Toño y me ha entrado morriña, o tal vez porque los elegantes calçots han estirado lo suficiente en busca de la luz, y ya han sido arrancados en las lejanas tierras del norte. El caso es que me levanto de la cama y voy en busca de la bici, que por cierto, tiene más pegotes que la tripa de un cochino. Está para meterla en la bañera y darle con el estropajo. Mientras canturreo esa de Serrat “ ♫ ♫ Por cierto al techo no le iría nada mal...una mano de pintura ♫ ♫”, le hago el lavado del gato: cepillado de cadena, un chupeteado de barras, soplido a la tija, y a pedalear.




Por lo que veo en la gasolinera, no soy al único al que hoy se le han alineado los astros para salir, algo que a más de uno le resulta sospechoso.

Vamos como cohetes por la Vía Romana hacia Nalda. – Pues serán cohetes, pero al mío le chirría la hojalata – me dice Javi - ñiic, ñiic, ñiic.. Y aquí comienza el curioso tutorial en forma de sainete, titulado: “ Mil y una forma de engrasar la bicicleta, sin que le deje de chirriar la bieleta”




Diego, nuestro maestro mecánico, recientemente ascendido a ilustrísimo mecánico ajustador. “Soy mayorista, no limpio pescado ni me ensucio una mano”, permanece impasible, se encoje de hombros y hace mutis por el foro mientras pronuncia un lacónico: - No es para tanto - que a todos nos suena a un: - ¡Haberte comprado una Scott, tontolaba! -




Ante la amenaza de Javi de abandonar la ruta, y quedarnos sin tan valioso efectivo, repaso mentalmente todos mis recursos mecánicos, aprendidos a lo largo de todos estos años de los grandes maestros del grupo. Saco un botecito de cera, que tiene más arte y salero, y probablemente también más años que Estrellita Castro, ¡que Dios la tenga en la Gloria! Lo aprieto contra el pedalier, seguramente con demasiado ímpetu pues el pitorro sale disparado. Resultado: chorretón por todo el eje y por lo que no es el eje. – Tranquilo Javi, más vale que sobre que no que falte – Busco un palito para empujar la cera, que parece puré de patatas caducado. ¡Joder, el palito tiene algo de tierra! -Tranquilo Javi, esto es como la arenilla de los berberechos, incómoda pero te la comes -

Al final quedamos satisfechos. Un trabajo fino, fino ¡Venga, prueba ahora! ñiiic, ñiiic, ñiiic…-Javi, no desesperes, que la cera es espesa. ¡Tú pedalea y aprieta, que ya irá entrando!




Tras obligar al afectado a realizar varios ejercicios de funambulismo y unos pasos de ballet sobre la bici, Pepe dicta sentencia: es de los pedales. Vete a casa.

Al llegar a Nalda, a Jero ya no le aguantan los nervios y entra en acción. Lo veo venir con una lata de aceite para tractores en la mano, que me pregunto ¿de dónde coño la habrá sacado? Al verlo tan decidido, me viene a la memoria nuestra última y fallida intervención conjunta, consistente en intentar abrir un coche en el lavadero de Las Gaunas, con las llaves y un perro en el interior, y la dueña en el exterior, con la presión del grupo, ¡venga que nos vamos! y con la única ayuda de un trozo de fleje sucio y retorcido de apenas 30 centímetros, que encontramos en el suelo. Pero esta es otra historia, y a este chaval se le acumulan. Pero volvamos a Nalda: le echa aceite de la lata como si fuese a freír veinticuatro huevos, tumbamos la bicicleta a derecha e izquierda para que el aceite penetre bien, haga maridaje con la cera y fusione con la tierrilla del palo.

- ¡Anda, devuelve ya la lata que esto ya está apañao! - Ñiiic, ñiiic, ñiiic….




Con la excusa de tener que abrir la finca “Villa Carmelo” para la calçotada, nos abandona nuestro amigo Victor. Se le une el ñiiic, ñiiic de Bartolo, y aprovecha la oportunidad un tercero, un mustio Israel, que alega tener uno de esos días….

Un “tres en uno” pienso yo, y eso es con lo que precisamente terminará el tutorial en forma de sainete. “Mil y una forma de engrasar la bicicleta, sin que le deje de chirriar la bieleta”, pues Javi, desesperado y con el ruidito metido en el cerebelo, cuando llega a casa rocía toda la bici y se lava la cara y las manos con un bote de 3 en 1. Resultado final: ñiiic, ñiiic, ñiiic…




Con el grupo mermado, pero en silencio, nos adentramos en el valle por el apacible camino del Chorrón de San Marcos. No tardamos en abandonarlo para entrar en faena, subiendo hacia La Ruina. Son estos terrenos por los que ahora transitamos, duros y descarnados, plagados de arbustos y tomillos resecos. Pequeños praderíos verdean gracias al agua retenida en una tierra aterrazada. La suave brisa acaricia las espigadas hierbas del suelo. En lo alto, un tupido ejército de oscuros pinos, trepa por la ladera, en un obstinado asedio a las cumbres de Peña Aldera. ¡Tierras de Nalda en estado puro; aquí las tenéis, para el que quiera venir a treparlas!




Continuamos ascendiendo por la senda del fraile. Las duras rampas de oscura tierra y sus revueltas con piedras blancas, que parecen recién nacidas, hacen estragos entre los que intentamos subir sin echar pie a tierra. Hoy no hay excusas que valgan, el terreno está con la humedad justa, las piernas y el corazón ya están calientes, el aire templado, y tres de los amarga-sendas más aguerridos y peligrosos nos han abandonado hace tiempo. El bosque nos va separando y nos va examinado uno a uno. Siento que me tira de la oreja y me susurra al oído: “Fernandito, espabila, que aquí no se aprueba copiando ni haciendo el tonto”.

Cuando salimos a la luz de la pista, la recorremos unos metros en dirección ascendente y nos precipitamos por la “Fénix”. Rápida, zigzagueante, peligrosa, siempre divertida. Hoy nos sorprende especialmente por su estupendo agarre.




Una de las merecidas paradas de hoy, la hacemos en el dolmen de Peña guerra. Donde otro renacido sale del túmulo al olor de las viandas y es rápidamente inmortalizado por la cámara de nuestro fotógrafo suplente, especializado últimamente en “posados” y “robados”.

Enlazamos con la Resentida; senda larga, constante, en ocasiones sin mucha visibilidad, encarrilada a veces, El cansancio aflora en los brazos, nos estiramos y esperamos con ansiedad su último tramo más aéreo y expuesto, hasta que por fin la senda, cansada de nosotros, nos echa bruscamente al camino.






Como no tenemos remedio, y esto no mejora con la edad, decidimos bajar La Ruina, y darlo todo es su empinado tramo final. Nos vamos animando al ver que las ruedas agarran mejor que otras veces, pero justo en los últimos metros hay que decidir por dónde concluir la bajada, y Toño, por llevar la contraria, sigue recto y nos deleita con un rectificado que le salva de una posible caída, dando muestras de su gran estado de forma y de que no puede estar un minuto sin llamar la atención.




Conectamos el control de velocidad automático para regresar a Logroño, y con puntualidad inglesa llegamos a Villa Carmelo a la hora del Ángelus. Nos recibe Dalmau con su gran sonrisa y su inconfundible voz:

¡Fotre, quanta gent! Ens toca a un calcot para cada quatre i mefia butifarra per a sis. ¡Jero, comenca a fregir ous!




Rápidamente inspecciono las últimas obras realizadas en la finca y que están siendo financiadas gracias a las sisas de los miércoles y a las derramas de los viernes que nos hace Vitín desde hace años en el pincho pote. Compruebo con satisfacción lo adelantada que va la instalación de la calefacción de suelo radiante, así como los ya finalizados bancales elevados. Cabe destacar, y por eso soy el encargado de certificar los trabajos realizados, mis altruistas aportaciones a estas obras, por lo que ya se conoce a mi cartera, como la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Villa Carmelo.





Con una cervecita en la mano firmo la certificación de obra, no sin antes protestar por el desvío de fondos para la compra de vestuario. El chalequito de niño pijo con el que nos ha recibido hoy el Visir, además de impropio para un pakistaní y fuera de lugar, puede explosionar en cualquier giro de las parrillas, y dar un mal sabor a los calçots.




Olvido rápidamente este desagradable asunto con la ayuda de otra cervecita y mientras se asan las butifarras, nos lanzamos a la degustación de los calçots y su tradicional salsa romesco. Todos coincidimos en que nos están sabiendo mejor que nunca. Poco a poco algún componente se va colocando en primera línea de playa y no cede la posición, recordando sus tiempos jóvenes en los que se encajaban en la barra toda la noche y sin soltar el cubata de la mano. No tengo más remedio que hacer un serio llamamiento al orden, que no sirve de nada.





Una vez dentro, seguimos con la degustación: ensaladas, huevos fritos con las butifarras, un estupendo plato de plátanos con queso -gentileza de Isabel-, y para finalizar, roscón de la Pastelería San Millán. (¡Ánimo Tomás en tu recuperación!).

En política y en otras muchas cosas, no coincidiremos, pero todos estamos de acuerdo en lo bien que nos lo hemos pasado. Nuestro agradecimiento a los diseñadores de la ruta, y a todos los asistentes al evento final: al niño pijo del chaleco por su maestría en las parrillas, a la perrita de Isra por traernos a su dueño, a Félix por sus rocambolescas historias, a mi cartera, a Jero por sus huevos, a Isabel por su aplomo, a Diego por su ascenso, a Miguelón por sus posados tan naturales, a Luis por arriesgarlo todo por venir, a Javi por el tutorial de mecánica, a Toño por haberse vuelto bueno y sobre todo a nuestro amigo Dalmau por la invitación.




Hasta la próxima


FOTOS AQUÍ:

https://photos.app.goo.gl/8tVuoUzxZMwoRW2W8

4 comentarios:

vitinbtt dijo...

Da gusto leerte Fer, crónica espectacular, lástima que no te prodigues mas en las salidas de los domingos ya no perteneces ni a la "familia" de los "residuales" como diría alguno.
Dalmau es de los pocos catalanes que no tiene agujeros en los bolsillos en sus celebraciones.
Un 10 para ti Dalmau, espero que te hayan quedado ganas de celebrarlo otra vez el año que viene.

Dalmau dijo...

Muy buena la crónica Fer, como me he reído! Prometo que si no nos jode el cambio climático, habrá calçots por muchos años, y sinó, nos comeremos los de Vitin!

Miguel_Bike dijo...

Se nota Fer que eres una persona de letras, no sabía que existían palabras como las que has utilizado ni colocarlas tan bien en la descripción de los paisajes, yo no paso del azul cielo, verde pradera y senda noble.
Dalmau la Caçotada estuvo sublime, que bien lo pasamos, gracias también a Víctor que sabe sufrir y dejar la ruta a medias para que tengamos todo preparado a nuestra llegada.

Saludos.

Pepón dijo...

Otra gran jornada y van...