2 de diciembre de 2018
Distancia: 106km
Desnivel acumulado: 1718mt
IBPindex: 128
Crónica by Alvaro
Igor San Juan, Santi, Dani “Venezolano”, Javi, Fran, Saul, Pepe,
Miguel “Cuñao”, Ricardo, Israel, Toño, Diego “Buitre”, Jero, Luis y Alvaro
Tras unos cuantos días sin poder salir con la cuadrilla,
estaba deseando de que llegase el domingo para disfrutar de un rutón como es de
costumbre es este nuestro grupo.
Pero el despertador y yo no nos llevamos muy bien y apurando
apurando casi me quedo en la cama. A todo correr, porque en este grupo cada día
se sale más rápido y puntual, me toca ir búsqueda y captura de un buen nutrido
grupo de jabalís dispuestos a disfrutar de una mañana de otoño con sus btts.
El Camino de Santiago nos marca la dirección para abandonar
tierras Riojanas y dirigirnos a mi amada provincia; Burgos, cuna del buen
comer, lechazo, morcilla y vino por doquier ( hay que hacer patria jjjj ) el
grupo unido avanzamos sin apenas cruzarnos con peregrinos ni demasiado barro.
Ya se empezaban a oír las primeras voces a cerca del futuro
cronista, los medias rutas, los escapistas del enduro y los carreteros. Temas
de conversación habituales y necesarios en una ruta con este comienzo de pistas
y asequible recorrido.
Empieza el aire de cara y todos rezando para que no cambiase
a la vuelta hacemos piña y seguimos dirección al alto de San Antón. Un poco antes de llegar a Azofra Santi, Igor,
Javi y Dani se dan la vuelta para no
demorar su llegada a Logroño. La previsión de la cúpula para la ruta era de
cinco horas y decidieron retirarse a
tiempo.
Paradita en el pueblo para recuperar líquidos y tomar un
cafecito y a seguir con el camino. Dejamos
atrás los campos de trigo y empezamos las subidas, la primera dirección
Cirueña, que da acceso al campo de golf. Jero y Luis que están más fuertes que
el vinagre marcan ritmo de subida y poco a poco nos agrupamos para cruzar la
urbanización y seguir nuestro camino a Manzanares de Rioja, cercano al robledal
que da acceso a la pista para subir a la torre de vigilancia de la Fonfría.
Pepe da la señal y
deja vía libre para la subida. Un camino entre robles y hayas increíble, hojas
por el suelo, un firme buenísimo, poca inclinación y a nuestra izquierda un
arrollo de agua directa de la montaña. Todo idílico hasta que el camino da
acceso a una pista, las hayas se convierten en pinos, la inclinación ya no
resulta tan agradable y el arrollo pasa de estar a nuestra izquierda a la derecha. Con paciencia vamos llegando al
nevero que queda justamente debajo de la torre de vigilancia.
Fotos, selfies y cuatro mordiscos hacen recuperar las
fuerzas para afrontar la bajada hasta la fuente de Pazuengos donde nos encontramos
con un nutrido grupo de senderistas que acababan de terminar parte de su
recorrido por el GR. Comentando la suerte que habíamos tenido de no tener que
cruzarnos a semejante tropa, Pepe compartió con todos sus orejones y como
buenos fieles de la misa dominical tomamos y comimos para comenzar la senda que
está entre el antiguo horno comunal y una tapia de piedra.
Pusimos marcha entonces al Gr, que con algo de barro al
comienzo, pero bien advertidos por Isra pudimos superar sin mayor complicación.
Un poco de sube y baja y ahora si Rock and Roll.
Bajada preciosa, quizás con demasiadas hojas que nos
impedían ver la piedras en la senda, incluso el propio recorrido. Pero una vez fuera del encinar disfrutamos
como niños, el terreno perfecto y la sensación de todos era que la senda estaba
más limpia que las últimas veces. Quizás fruto de los endureros fotógrafos que
nos encontramos en uno de los tramos.
Después de haber soltado adrenalina tocaba la vuelta. Menos
mal que no había cambiado el aire porque estábamos todos tostaditos. Unas
cuantas paradas en Nájera para buscar una fuente que resultó imposible
encontrar y finalmente tuvimos que recurrir a una de las tomas de agua que
ponen los dueños de las fincas cercanas al Camino de Santiago para avituallar a
los peregrinos.
Con paso ligero llegamos a Logroño sanos y salvos aunque con
un hambre ciego, gracias al rutón que nos habíamos metido entre pecho y espalda
y al olor a carne a la brasa al pasar por la grajera.
PD:
Mención especial para el señor Ricardo que es el tío con los
huevos más gordos y negros.
A Miguel por compartir con todos su almuerzo.
A Pepe por guiarnos cual mesías.
A Israel por ser otro candidato al premio huevos gordos.
A Jero por enseñarnos
a trasladar todas las posiciones del kamasutra
al mundo de la fotografía.
A Luis por enseñarnos que todo es posible. Llegar un domingo
a las tres de la ruta estando tu mujer en casa también.
A Diego por ser el tío que más resiste sin vestir esta
elegante y fantástica equipación. Aunque sabe que se le quiere igual.
Y al señor Antonio por su arrojo, arresto y su indiscutible TALLA
de Portento.
A Santi, Javi, Saúl, Igor y Daniel solamente darles el
pésame por haberse perdido tremenda bajada y vistas en la subida a la torreta.
Otra vez será amigos.
Otro éxito de la cúpula. Gracias.
7 comentarios:
Muy buena crónica Álvaro, se nota cuando uno pone interes y tiene estudios :-)
Lástima no poder asistir a tan impresionante evento, de todas formas me parece de titanes hacer esta ruta, muchos kilómetros y mucho desnivel, todos los que la acabastéis tenéis un mérito de la leche ¡¡Enhorabuena!!
Menudo ruton, espectacular. Vuestra comprensión para conmigo es inmensa. Gracias a todos por la compañía y los animos en los momentos más difíciles.
Salud,
Barrancas
Y resulta que Fran desapareció.
¡Que gran mago es!
Buena crónica profesor, lastima que me arrolló tu prosa.
Gran crónica don Álvaro para una gran Ruta!!! Hacía tiempo que no hacíamos un rutón de los largos. Hay que reconocer que no son tan intensos como las rutas acostumbradas, que el tiempo discurre de otra manera dando lugar a conversaciones y formas de disfrutar de la bici distintas y también muy placenteras. Sobre todo cuando las acabas!!!
El regusto a victoria que te queda después de acabar una ruta de estas no te lo dan las cortas aunque nos quedemos sin almuerzo (y el regusto de los huevos con jamón, que tampoco está nada mal...)
Hay que reconocer que el grupo y todos sus componentes estuvieron a la altura y la ruta se completó sin incidentes y en buena camaradería. Además pude sentirme como una novia en brazos de su amante cuando Alvarito me alzó y me acogió en su seno sin aparente esfuerzo (eso no se paga con dinero).
Solo hay una cosa de la que discrepo en la crónica. No fue otro éxito de la Cúpula, fue de Pepón porque al Visir y al Derrapitos no les vimos el pelo.
Muy buena crónica Alvarito. Es como si hubiese estado pero sin estar, aunque ya veo que no fui el único. Otra vez será.
Es cierto Álvaro, leyendo tu crónica me has hecho revivir los grandes momentos que disfrutamos ese domingo . Como bien ha apuntado Toño las rutas largas dan más tiempo para hablar y relajarse .Recordad que hasta Pepón se arranco por bulerías
Buena crónica Alvaro y qué gran ruta, aunque lo la falta de almuerzo lo llevo muy mal.
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