29 diciembre, 2017

Casi Cenzano 2.0 (22 Ciclistas)


ORGULLO RIOJANO CASI LLEGA A CENZANO

24 de diciembre de 2017
Distancia: 57km
Desnivel acumulado: 837mt
IBPindex: 68

Crónica por Jesús “Educador”

Edu “chuches”, Israel, Pepón, Miguel “cuñao”, Chuchi, Javi, Pablo, Rafa, Jero, David, Santi, Mikael, Igor San Juan, Edu “jabalí”, Jesús, Dalmau, Dieguito, David “Reventón”, Saul, Vitín, Luis y Toño.

Como viene siendo tradición los últimos años, por el día de Nochebuena vamos a subir a Cenzano, o por lo menos eso creía yo. Ya me van dando pistas en el wasap de que la ruta va a ser como las últimas veces “casi Cenzano”


A las 8 de la madrugada llego a la gasolinera de las Gaunas, si si, habéis leído bien, a las 8 de la madrugada. Y es que en estas bonitas fechas, las 8, que deberían ser de la mañana, son todavía de la noche.

Tan es así, que no dan ganas ni de dar los buenos días al llegar al punto de encuentro. Desde luego alguien tendría que cambiar su actitud al poner la hora de quedada cuanto todavía no ha salido el sol, esto esta claro que es hasta peligroso con la circulación y los coches. No tiene sentido salir en bici de noche ni siquiera con nuestras lucecitas de los chinos.


Más aun cuando alguien argumenta para salir en verano una hora antes por las mañanas que hay mas horas de luz, parece claro pues, que ahora deberíamos salir mas tarde pues hay menos horas de luz. El límite de la sensatez debería estar en la hora del amanecer pero quizás sensatez sea algo de lo que no podamos presumir.


Una vez hecha esta puntualización la ruta la verdad es que tiene poco comentario por corta y por repetida; salimos dirección Alberite y el camino hacia Ribafrecha que es cuando Chuchi al equivocarse en un desvio parte la cadena teniendo que parar a reparar, cosa que nuestros experimentados mecánicos hacen en un santiamén. Afortunadamente ya contaban con los primeros rayos del día.



Seguimos a ritmo alto hasta Ribafrecha pasando por una senda de infausto recuerdo para nuestro querido Eduardo Bozalongo, afortunadamente esta vez pasamos la dificultad sin problemas. Para bajar a la carretera y puente Laidiez por la senda de las piedras, donde alguien debió hacer volquete.


Subimos la cuesta de la sal y al parar en la portilla de arriba para echar un bocado y reagrupar nos damos cuenta de que el camino para seguir esta lleno de árboles atravesados, lo cual a pesar de intentar seguir, nos obliga a dar la vuelta y bajar por otra pista que aunque creíamos nos llevaría al mismo punto, finalmente nos saca a la carretera de Ribafrecha a Ventas, aprovechando para hacer un par de sendas que había al final.




Volvemos a subir hacia los almendros para bajar otra vez dirección a Murillo, con la novedad de que decidimos ir por el río por cambiar el itinerario, cosa que nos despista y nos tiene un buen rato buscando el camino de vuelta entre sembrados.


Finalmente y ya con prisas para muchos llegamos a Murillo y cogemos el camino hacia Alberite donde con las ganas que nos quedaban vamos dando todo lo que se puede.



A la vuelta a Logroño, unos con prisa a casa, y otros sin prisa a almorzar.

Feliz navidad y año nuevo para todos los O.R.



P.D.: Estoy completamente de acuerdo con los comentarios de abajo, tan de acuerdo estoy, que yo creo que no debería volver a hacer ninguna crónica.




26 diciembre, 2017

XXVII Travesía del pavo


17 de diciembre de 2017
Distancia: 47km
Desnivel acumulado: 963mt
IBPindex: 83

Crónica por Tomas "Máquina"



De nuevo nos juntamos para hacer la del PAVO una cita ineludible del calendario Andanzas, ademas este día se aprovecha para organizar una comida de hermandad para hacer juntos la despedida del año que acaba.
El día sale no muy frio,unos 6º C empezara cubierto,para acabar abriendo y luciendo el sol,salimos neutralizados desde el ayuntamiento,hacia el parque del Ebro con mucha tranquilidad,ya en el parque el chorizo se ira estirando y al llegar a la pista del Iregua se empiezan a soltar piernas,con apenas un taponcillo en la




variante de la senda pegada al rio que los mas viejos del lugar ya sabían que se atascaría a poco que halla algún amargasendas,así nos vamos acercando al primer repecho del día que es la variante de las piscinas,que como ya es bien conocida no presentara muchos problemas y menos con esos 50 que cada vez mas abundan,pisteando por las sendas hacia clavijo,nos presentaremos en la parte baja de sus peñas,para aquí tomar la ruta alternativa que así la apodan los organizadores,que se adentra en lo que llaman las sendas del pinar,que algunos auguraban que estarían embarradas y no fue así,de hecho me pareció que estaban mejor que secas,tras la vueltita por la senda acabaremos en el avituallamiento de Clavijo,en el que nos juntaremos la mayoria, menos los machacas claro  (Santi y Pablito,perdón si me dejo algún machaca,no me gustaría ofender…….) 

que ya estarían en Alberite a estas alturas y después de reponer fuerzas nos hacemos la foto de rigor y arrancamos hacia la escombrera,así iremos pasando km sin complicaciones reseñables hasta el ya famoso “alto del mirón” , si ya sabéis porque le llamo así,es ese donde se agrupa el personal mas avezado par sacar fotos y/o videos poniendo el pie en tierra del resto de la tropa,para regocijo de la muchedumbre,por lo que aquí se aprieta el culo y pon ende los pedales,un poco mas adelante cuando parecía que reinaba la tranquilidad,nuestro avezado “patinetas” o el también conocido como “portento” nos obsequia con un de sus caídas con la elegancia que le caracteriza,sin consecuencias a primera vista y tras el ajuste de los mandos,por el siempre dispuesto Dieguito,

continuaremos el descenso,para después emprender la subida a la unión,penultima tachuela de la ruta,ya que desde aquí nos encaminaremos en constante bajada hacia Alberite,eso si dibujando a nuestra manera la ruta, ya que la experiencia de lo veteranos nos ayudara a evitar el siempre temido “barro pelmazo” y sin darnos cuenta y para finalizar giraremos a la izquierda para hacer la ultima subida por el barrio de las bodegas y caer a la plaza de Alberite,en la que como siempre nos espera la rifa de material,el preñao,caldo,etc etc ,esta vez me vine de vacío,pero sin rencor…...

Después de esto nos iremos a duchar, para quedar a tomar una cerveza antes de entrar a degustar los placeres “de la carne”,aunque dicho así parezca otra cosa, es que hay mucho desviado…...


Mas fotos en el facebook de los Sandalios
https://www.facebook.com/Sandalio-mtb-1399733570241029/

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18 diciembre, 2017

Y se montó el Belén (20 Ciclistas)


10 de diciembre de 2017
Distancia: 47km
Desnivel acumulado: 747mt
IBPindex: 58



Crónica por Jorge “Buitre”.


Diego, Javi Blasco, Miguel “cuñao”, Iñaki, Igor, Fran, Jorge, Vitín, Dieguito, Pepe, Israel, Roberto “Montemediano”, Toño, Fer, Pablito, David, Luis, Santi, Dalmau y Berto


Creo que había dormido demasiado bien, y las sábanas me agarraban con fuerza para que no saliese de la cama, pero las ganas de bici ganaron ese pulso.


Mientras tomaba mi colacao mañanero, asomé la cabeza por la ventana, con los ojos medio abiertos y las legañas aún en los párpados, el cielo estaba cubierto, las nubes amenazaban lluvia, pensaba que ropa ponerme si la ciclogénesis me pillaba desprevenido, o, hacía más calor de lo esperado, pero aun así tanto Rober (Padre) como yo, decidimos aventurarnos.


Ambos teníamos ganas y curiosidad de esta ruta tan especial, no lo digo por las sendas o por el recorrido, sino porque hoy, OR andanzas llevaba a cabo la puesta del Belén y ningún año habíamos podido asistir. Nos habían hablado muy bien de esta experiencia, es un “domingo sagrado” como dice Santi, que no te puedes perder, ni interrupciones familiares, ni rollos con los exámenes, este domingo es de frio, bici y amigos.


Legué un poco antes de las 8:00 a la cafetería de las Gaunas, allí estaban Dieguito, un par de Buitres y otros ciclistas, apurando su café antes de salir a dar pedales. Minutos antes había chispeado un poco, he de decir que me planteé la retirada a la cama, pero, aun así, nos reagrupamos con los demás, y entre saludos y apretones de manos, David me adjudicó la crónica, con una sonrisa en la boca, solo me podía “librar” si Jesús o Alvarito aparecían montados en su bicicleta, pero por desgracia o por fortuna… Aquí estoy tecleando.


Comenzamos la ruta rodando dirección Alberite, salimos tranquilos, sin prisa alguna, hablábamos unos con otros, cada uno a su rollo. Enlazamos con la subida a la Unión, a priori el ritmo era tranquilo, pero poco a poco, se fueron formando grupos a medida que la subida exigía, subir piñones y dejar el charloteo. Llegamos a la fuente de la Unión, paramos 5 minutos a coger aire mientras esperábamos al resto de compañeros.



Tras la interrupción, empezamos la ascensión a Clavijo por la pista verde, una subida con preciosas vistas y no muy exigente hasta llegar a la parte final, que se empinaba un poco… A más de uno le volaba el corazón y le chirriaban los dientes.


Como veía la cosa aburrida… Subía y baja el grupo buscando algo que contaros en esta crónica…Intenté avivar el fuego, y creó que lo conseguí, ya que Pepón, me calificó como espantarrifas (por favor el que sepa la definición que la deje en los comentarios) Mientas le comentaba a padre, el rifi- rafe con Pepón, este apareció detrás de nuestras ruedas, entre gritos y juramentos… Todo se quedó en risas y tanteos, que me ayudaron a coronar el castillo un poco más contento y menos cansado.


Foto “postu” de la Orbea Alma de Pablito, aprovechar para comer barritas, plátanos y rellenar los botellines. Además, hacía más calor de lo esperado, y muchos incluido yo, nos quitamos bastantes prendas intentando no cargar mucho peso en la espalda.

Otra vez puestos en marcha, iniciamos la subida a la Hoya, teniendo precaución con el terreno y disfrutando lo que se podía de las vistas, otra vez, cada uno cogía su ritmo y sensaciones, hasta desviarnos por el Atajo de Ramón.



Aquí empezó la fiesta, atasco en la N-111, el monte estaba húmedo, una suave llovizna empapaba nuestras ropas, en tanto, continuábamos por la estrecha vereda, las ramas rozaban nuestros brazos, los arbustos dificultaban la trazada correcta y limpia de las ruedas delanteras, mientras el barro y las curvas cerradas obligaban a zigzaguear la rueda trasera en nuestra contra.

Así hasta llegar al puentecito de madera, que a muchos se les atascó, Vitín, Pablito… Mientras conversábamos esperando al resto de compañeros, unos descansaban, otros aprovechaban para sacar fotos, míticos selfies de Santi y Diego “Nieva”, en los cuales todos salimos de espaldas, sin enterarnos del momento de la instantánea.





Tomamos una vertiente, que desembocaba en Senda Negra, terreno sinuoso, resbaladizo y muy difícil, cada uno intentaba mantener la bicicleta recta, los frenos a punto de sal para no deslizarnos por la senda, el barro se pegaba a las cubiertas haciéndolas cada vez más anchas, era muy importante mantener la distancia de seguridad con el compañero de delante y poder engancharte a una rueda experimentada que te guiase por el buen camino.
Entre sustos, equilibrios, golpes en la amortiguación, deslizamientos varios, patinetas, y derrapes de película, nos reagrupamos tras superar el escalón.



Continuamos, pedaleando, todo el grupo se avisó simultáneamente del peligro que albergaba la senda el Monolito, muchos de nosotros hemos tenido o conocemos de alguien que ha sufrido alguna caída, por lo tanto, nuca está demás ir seguro, mejor prevenir… que curar.

Sorprendentemente, el Monolito me pareció mucho más seguro que con el terreno seco, solté freno y me dejé llevar por las rocas y la tierra, parando de vez en cuando para dar tiempo a los compañeros de delante. La cadena chocaba repetidamente contra el cuadro, esta crujía en cada curva y peralte que superaba, mantenía la postura perfecta para no precipitarme, al suelo… Todo lo contrario, a lo que debió de hacer Toño, tuvo que hacer falta la ayuda de Igor para sacarle de aquel “tatachín” aunque, como relata el mismísimo accidentado: “el arbusto se puso en medio”.




Continuamos bajando hasta topar con el camino, allí nos reagrupamos de nuevo y ascendimos hasta las ruinas donde “la cúpula” decidió montar el Belén, el niño Jesús, María y José también tenían ganas de almuerzo, así que todos sacaron, champán, turrón, mazapanes, productos típicos de navidad.


Vitín nos deleitó con una preciosa frase… “Que no haya más "difuntos" y que sigamos aquí el año que viene” Estallido del corcho, las burbujas chisporroteaban mientras se brindaba, entre sonrisas, cada uno ofrecía lo que había traído, Pablito y yo, nos adjudicamos el turrón, luego nos lo arrebató Vitín… Igor llenaba vasos de colacao, por otro lado, se desenvolvía el mazapán.



Todos los ciclistas ansiábamos hacernos fotos con el Belén, a padre y a mí nos costó un rato… No sabíamos que a Javi Blasco le gustaba tanto este escenario, se nos coló en unas cuantas fotografías J. Ádemás Dalmau, había dejado su pequeño granito de arena en el hueco de la roca.


Inmortalizamos el momento, todos con los brazos en alto, levantando nuestro vaso o trocito de turrón. Recogimos el jolgorio y de nuevo nos montamos en la bicicleta, muchos notamos el aumento de peso… Aproximándonos a la bajada de senda ruina, esta es una bajada bastante empinada, con pocas curvas y ondulaciones, pero un terreno sinuoso, el barro hacía bastante complicado el descenso, algunos pioneros como David aterrizaron por intentar seguir la trazada, otros como a mi padre, se le debió de caer la lentilla otra vez, como en el Mantible, porque me lo encontré descabalgado en medio de la bajada.



Ultima reagrupación, y comienzo de la bajada a Nalda, en la cual nos cruzamos, con el galardonado Carlos Coloma, ciclista de influencia internacional, a la altura de Nino Schurter, Julien Absalon o Toño Pleitos (El portento). Muchos aprovecharon para descargar las mochilas de envoltorios y botellas en el pueblo.


Tomamos la vía romana y el regreso a casa se hizo más complicado de lo que parecía, comenzó a llover, la tierra se juntaba con el agua, y cada vez se salpicaba más barro,5 o 6 se escaparon del grupo a un ritmo contundente, metí el plato, bajé piñones y poco a poco conseguí pillar a los adelantados junto a Beltrán, pero rápidamente me percaté de que ir a detrás era un gran error, las ruedas escupían fango y la visibilidad era prácticamente nula, de vez en cuando me pasaba el guante por la gafa, para quitar el agua, el frío empezaba a hacer mella, y después de unos cuantos pretones, llegamos a las Gaunas con las caras llenas de barro, la ropa empapada, manos y pies helados.


Lavamos las bicicletas, intentando dejar bien limpia cada parte, y nos despedimos de los compañeros. Unos nos fuimos a casa, otros almorzaron.


Otra vez más es un placer compartir rutas con vosotros, en especial, esta última ya que montar el belén es una tradición que seguro repetiré el año que viene.
Gracias amigos.