04 mayo, 2013

Villamayor de Monjardín (9 Ciclistas)




Villamayor de Monjardín
01 de mayo de 2013
Distancia: 100km
Desnivel acumulado: 1237mt
IBPindex: 113

Después de bastante tiempo sin salir con mis amigos de OR me apetecía volver a pedalear con ellos. Y aunque la ruta de hoy era, a priori, bastante dura por los más de 90 km. previstos, decidí que hoy era el día. Hoy era el día en que me tocaría hacer la crónica, como así lo confirmó David en cuanto me vio, antes de decir ni buenos días. Y como me lo temía fui provisto de mi cámara para así poder tener un recuerdo visual de los sitios por donde pasáramos.

Comenzamos a andar a las 8 por el GR99 por la margen izquierda del Ebro. El terreno está algo encharcado por las lluvias de ayer pero se rueda bien. A pesar de ser el día del Trabajador, vemos a unos agricultores recogiendo espárragos (y es que los espárragos no entienden de fechas ni de festivos).

Pero tras pasar las bodegas el camino está impracticable, por lo que salimos a la carretera durante unos 4 km hasta que tomamos la pista que va paralela al canal y que no abandonamos hasta llegar a Mendavia en poco más de una hora. Aquí nos abandona Santi y continuamos los ocho restantes.

Tras cruzar el pueblo giramos hacia el norte rodando por pistas en perfecto estado. Se nota el buen hacer de los políticos navarros en este tema, llegando a convertir antiguas carreteras en desuso en perfectas pistas por las que rodamos a buena velocidad entre interminables campos de cereal. Tras un alto en el camino para echar un bocado (llevábamos casi dos horas y 40 km. sin parar de dar pedales) continuamos bordeando un pequeño monte en el que sobrevive un pinar como una isla en medio de un mar verde.

Llegamos a la localidad de Arróniz en la que paramos lo justo para coger agua. A la salida del pueblo aparece la primera dificultad del día en forma de camino con un barro muy resbaladizo jalonado de piedras y con una pendiente justa para dificultar aún más el avance. Las ruedas patinan constantemente y las bicis van de lado a lado, pero poco a poco damos con ella y la superamos. La pendiente se suaviza algo pero continuamos en continuo ascenso hasta Barbarín, donde enlazamos con la carretera hasta el siguiente pueblo, Luquín, y un poco más tarde a Urbiola, en la antigua carretera de Pamplona, un pueblo al que el tiempo está pasando factura como lo demuestran imponentes casas con escudos heráldicos que están en plena ruina.

Desde aquí ya sólo queda cruzar la autovía y encarar la segunda dificultad del día: el ascenso al castillo de Villamayor de Monjardín. Tras coger agua en una fuente del pueblo (no había tiempo para ver la Fuente de los Moros, del siglo XIII) acometemos las cada vez más empinadas cuestas que suben al castillo.

Pero el esfuerzo merece la pena ya que las vistas, a pesar de que el día estaba nublado, son espectaculares. Además tuvimos la suerte de que un grupo de alegres mujeres llevaban la llave del castillo porque iba a celebrarse una romería, por lo que tuvimos el raro privilegio de entrar en el castillo.

Un rápido almuerzo, unas fotos y zumbando para Logroño. Por lo visto alguno se había hecho a la idea de estar en casa pronto (aunque a mí no me salían las cuentas dado el kilometraje previsto) y no queda tiempo para más. Así que aprovechando que entramos en mi terreno (cuesta abajo) y que llevo el track (para no perderme) decido tirar del grupo.

Tras bajar del castillo, un tramo de carretera nos deja rápidamente en el Camino de Santiago. La presencia de numerosos peregrinos nos obliga a bajar un poco el ritmo, pero aun así llegamos a Los Arcos en media hora. Nuevamente se nota el interés de Navarra por fomentar el Camino de Santiago: el firme está renovado con una mezcla de tierra y gravilla que evita la formación de charcos, hay multitud de bancos donde los peregrinos pueden descansar y comer, y el trazado ha sido revisado para evitar las revueltas que se daban antiguamente.

En 10 minutos llegamos a Sansol donde paramos a engrasar las bicis y quitarnos algo de ropa porque había subido la temperatura (o era porque íbamos a tope?). Y un poco más tarde, En Torres del Río, cogemos agua en la fuente del cementerio (que nos revivió, paradójicamente) y echamos el último bocado antes de afrontar los toboganes que hay hasta Viana.

El continuo sube-baja no es por sí mismo una dificultad (salvo algún repecho realmente duro) pero después de los km. que llevamos se hacen algo pesados. Pero en poco más de media hora llegamos a Viana.

En un intento de acortar algo la ruta e ir por el pinar nos metemos por un camino lleno de charcos y fango en el que nos ponemos de barro hasta las cartolas. Afortunadamente es al final y no tiene mayor trascendencia.

A la altura del cementerio nos encontramos con Jorge Muro que viene de desfogarse en el monte Cantabria con su Tues 2.0

Finalmente llegamos a Logroño a las 2, tras 6 horas de ruta (5 y media de pedaleo) y 95 km. Sin tiempo para más (aunque creo que alguno paró por el camino a tomar el vermout) nos fuimos cada mochuelo a su olivo.

Un placer volver a pedalear con mis amigos de OR a quienes últimamente sólo veía en almuerzos y cenas, donde sufrimos algo menos y disfrutamos igual.

Hasta la próxima (ruta o cena), amigos.
 FOTOS AQUÍ:


2 comentarios:

vitinbtt dijo...

Buenas crónicas de los hermanos Sanchez esta semana, se nota que tienen estudios ;-))
Si, algunos nos quedamos a tomar una "PINTA", pero aun así nos dejaron comer en casa.

Anónimo dijo...

Qué maricón está el tiempo...

Luis.